Anthony Davis y los pívots de Los Angeles Lakers rumbo a los Playoffs: puntos positivos y negativos de cada uno

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Lo que en un principio apuntaba a ser una temporada tranquila y sin muchos altibajos para Los Angeles Lakers después de conseguir el campeonato el pasado curso, pronto se tornó en lo opuesto, pasando a ser más bien una carrera de fondo. Las lesiones que afectaron a sus dos principales estrellas, LeBron James y Anthony Davis, entre febrero y marzo dejaron al resto de la plantilla entre la espada y la pared. Los de Frank Vogel iniciaron de este modo un sprint por la supervivencia en la clasificación, tratando de seguir sumando victorias y con el riesgo de descender hasta puestos de Play-In. 

El balance en ausencia de sus dos figuras podría mirarse desde un prisma optimista, pues han atesorado un 7-9, no obstante esto les ha privado de mantenerse en la pugna por el factor cancha y ha evidenciado algunos de los problemas que atesora la plantilla, especialmente ofensivos. Estas bajas han llevado a Vogel a requerir un mayor uso de jugadores cuyo rol inicial se preveía menor, como pudo ser el caso de Kyle Kuzma, Talen Horton-Tucker o Kentavious Caldwell-Pope, así como hacer de Dennis Schroder alguien vital para el funcionamiento del grupo. Uno de los pilares fundamentales sobre los que se edificó el campeonato de los californianos el pasado curso fue la consistencia, solidez y frescura que aportaba la segunda unidad, un aspecto que por el desgaste acumulado en los 16 partidos sin estrellas puede acabar pasándoles factura en la postemporada.

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Por el camino la franquicia angelina acordó con Andre Drummond un contrato hasta el final del curso, añadiendo una figura de renombre pensando en los Playoffs. Esta circunstancia desplazó a la segunda unidad a Marc Gasol, quien hasta ese momento venía desempeñando funciones de pívot titular, así como restar importancia a Montrezl Harrell y en menor medida a Markieff Morris.

Pese a todo, el horizonte de los Lakers de cara a la conclusión de la Fase Regular parece ser más positivo. Con 11 encuentros restantes, el regreso de Anthony Davis ya es una realidad y la vuelta de LeBron James parece algo cada vez más cercano, lo que daría un corto pero intenso periodo de readaptación antes justo de los Playoffs.

Aunque no exista ningún tipo de duda al respecto de cuál va a ser el rol de LeBron y Davis una vez estén juntos de nuevo, sí cabe preguntarse cómo será la rotación y, más importante, el uso que Frank Vogel haga de sus tres interiores puros una vez arranque la postemporada. A lo largo de las últimas semanas el técnico ha ido experimentando con diferentes formatos y probando cosas diferentes con el fin de obtener respuestas que sean útiles llegado el momento. 

"Creemos en los tres pívots, y necesitamos mantener a los tres en forma", dijo Vogel recientemente.

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La vuelta de Davis

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Los más de 2 meses que Anthony Davis ha estado ausente por una distensión en la pantorrilla y tendinosis en la pierna derecha han obligado a los Lakers a cambiar mucho su plan de viaje. Pensados casi como un conjunto creado para los Playoffs, los californianos se han visto en apuros en más de una ocasión sin el ala-pívot, una presencia vital en ambos extremos del campo y que equilibra las rotaciones y el sistema. 

Como es lógico, desde que regresase a las pistas ante los Mavs el pasado 22 de abril su ritmo de juego ha distado mucho de lo que se había visto de él en el inicio del curso. Más lento que de costumbre, calculando los riesgos de sus esfuerzos en defensa y sin el acierto en sus zonas habituales de juego. Todo esto influye enormemente en los Lakers, pero con el paso de las semanas, el aumento de sus minutos y el reacondicionamiento físico el nativo de Chicago estará listo para la lucha por el anillo. En estos 3 partidos Davis ha promediado 13,0 puntos, 5,0 rebotes y 2,3 asistencias con un 34% en tiros de campo a lo largo de 25 minutos de juego. Muy lejos de lo que es habitual en él.

A lo largo de este pequeño lapso de tiempo con quien más tiempo ha pasado en pista AD ha sido junto a Andre Drummond, tratando de conectar y asociarse lo antes posible para conocer el mejor modo de sacarles partido. La muestra tan reducida y el hecho de que el acierto del ala-pívot haya sido tan irregular dificulta tener muy en cuenta los datos acumulados, pero es indicativo de que por ahora las cosas no han terminado de funcionar.

Estadísticas con los interiores - Temporada

Pareja Partidos Minutos Ratio ofensivo Ratio defensivo Net rating
Drummond-Davis 3 63 106,3 116,9 -10,6
Harrell-Davis 25 263 115,0 112,0 +3,0
Gasol-Davis 24 415 112,9 103,6 +9,2

Las próximas semanas deberían dar una mayor y mejor perspectiva con respecto a qué interior encaja de manera más adecuada junto a Davis. Algo que será vital de cara a cualquier tipo de eliminatoria de Playoffs, independientemente del oponente, pues la clave de estos Lakers es la defensa, desde donde parte todo. Por lo que un tándem interior que rinda bien en la protección del aro será una de las llaves del éxito de los vigentes campeones. No obstante, no solo la cuestión baloncestística será importante, sino también la humana y relativa a las expectativas de minutos de los 3 jugadores, algo que puede ser lo que defina el éxito del fracaso. 

El caso Drummond

Andre Drummond

Con una reputación forjada alrededor de su gran pericia para el rebote, Andre Drummond llegó a los Lakers con la condición de ser el pívot titular del equipo según pudo saber The Athletic, algo que desde su arribo se encargó de repetir Frank Vogel en cada rueda de prensa. El contexto en el que llegó no fue el más ideal, con las estrellas fuera por lesión y en medio de una gira como visitante, lo que ha hecho que su adaptación al juego haya sido más lenta de lo habitual.

La motivación para hacerse con Drummond por parte de los angelinos se basaba en poder contar con un interior de corte más clásico, centrado en funciones básicas como pudiera ser el rebote, el juego en los aledaños del aro y, en cierto modo, la intimidación, al ser un jugador de grandes dimensiones.

En el corto periodo de tiempo que Dre lleva vistiendo de oro y púrpura su rendimiento defensivo ha dejado bastante que desear. En los 10 partidos que ha disputado, el ratio defensivo del equipo con él se ha disparado hasta 111,6, el peor de toda la plantilla. Un dato que comparado con el defensive rating del resto desde que llegó no le deja en buen lugar, estableciéndose en 108,3, lo cual le ha servido a los de Vogel para ser la 8ª mejor defensa de toda la NBA desde el 31 de marzo.

Esto se explica a través de su protección del aro, la cual ha estado muy lejos de lo que se esperaba pues ha permitido el tercer peor registro en tiros de campo de toda la liga desde que llegó a Lakers, concediendo un 64,7% a sus rivales, solo superado por Dario Saric (68,5%) y JaMychal Green (68,6%), y 26,8 puntos en la pintura de promedio.

La parte positiva de su llegada parece estar siendo el ataque ya que Drummond ofrece un perfil de pívot que requiere menos el balón para producir. Con él en cancha el rendimiento ha sido más que notable en la ofensiva, acumulando un 113,5 de ratio ofensivo, el mejor en ese sentido de aquellos que han tenido protagonismo real en estas últimas semanas. Su rápida toma de decisiones y el hecho de que su zona de juego se limite únicamente a los aledaños del aro despeja mucho el resto del campo para los exteriores y manejadores. Sin ir más lejos, el porcentaje de tiro efectivo ha crecido con él hasta el 55,8%. 

Pensando en una hipotética primera ronda de Playoffs, Dre podría quedar muy expuesto de tener que medirse a unos Denver Nuggets, principalmente porque quien se emparejaría con Jokic sería Davis y no él, lo que haría muy complicado verle en pista defendiendo a otros como Aaron Gordon o Michael Porter Jr. Mientras, en ataque, su bajo 53,1% de acierto en tiros de campo le descartaría como referencia interior y su limitada capacidad de pase le podría en una situación difícil. No obstante, contra Clippers o Suns sí podría ser más decisivo, al contar estos con pívots más clásicos y sólidos como Zubac y Ayton.

La incógnita con Gasol

gasol

La llegada de Drummond ha puesto a Marc Gasol en una situación insólita previamente en su carrera en la NBA. Tras haber empezado como titular en 866 partidos de 881 disputados, tras el arribo de Dre ha pasado a ocupar la segunda unidad, saliendo en 3 ocasiones desde el banco y quedando en 7 encuentros sin disputar un solo minuto o directamente sin vestirse de corto. Esto despertó un cierto criticismo por parte del jugador ante los medios y al mismo tiempo mostrándose dispuesto a asumir cualquier función que el staff técnico le requiera pese a todo.

La realidad es que con el catalán los Lakers son un equipo muy distinto que con el resto de interiores. Su capacidad de creación y lectura ofensiva favorece que el ataque del equipo pueda ser mucho más fluido e impredecible desde un punto de vista positivo. A través del pase Gasol conecta con el resto del grupo sobre la cancha y castiga las líneas defensivas del oponente. Mientras, en el otro costado, pese a que su estado de forma está lejos de ser aquel que le llevó a ser Jugador Defensivo del año, sigue marcado en cierto modo diferencias. 

El ratio ofensivo de los californianos con Marc en cancha ha sido uno de los mejores en los últimos 15 duelos, quedándose en 100 y solo superado por Alex Caruso (99,3). Además, tan solo ha concedido un 54,3% de acierto en tiros de campo a sus oponentes, aunque siendo bastante negativa su defensa interior, la cual asciende al 61%. 

El hecho de que el español haya estado desde el comienzo favorece que su encaje con el resto de figuras principales de Lakers pueda ser más natural o tenga un mejor impacto llegado el momento. Esto fue muy notorio durante la primera parte del curso donde construyó una sólida asociación con LeBron James, descargándole de peso en la creación y permitiéndole jugar sin balón. Sin ir más lejos es la quinta mejor pareja de los Lakers con 10.1 de net rating.

El problema viene que la aportación de Gasol en ataque en una serie de Playoffs está más bien limitado. La mayor parte de sus intentos vienen desde más allá del arco, siendo poco habitual ya verle cerca de la pintura más allá de continuaciones en pick&roll. Además, que su rol sea como pasador desde la bombilla le vuelve predecible y facilita que el rival cierre las líneas de pase, obligándole a lanzar a canasta o bien ralentizar el juego de ataque. Pese a todo, está lanzando con un eficiente 38% desde el triple.

De cara a la primera ronda, su incorporación podría resultar interesante ante los Nuggets, emparejándose con Jokic y siendo Davis quien tomase a Aaron Gordon. El español realizó un buen trabajo en la Fase Regular, dejando al serbio en un 50% en tiros de campo, 2 asistencias y 1 pérdida en 30 posesiones. Pese a esto, parece complicado que pueda tener más relevancia si los angelinos siguen avanzando en la postemporada.

Harrell, el secundario perfecto

Harrell

Al contrario que con los otros interiores, con Montrezl Harrell las cosas parecen estar mucho más claras. Se trata de alguien con un estilo muy definido y que ha demostrado ser capaz de cambiar el sino de un encuentro si tiene el día. Aunque limitado en sus habilidades es un trabajador incansable y que ha rendido siempre a un buen nivel como un recambio más que adecuado. A nadie sorprenden sus carencias defensivas llegados a este punto, pero lo que hace importante al de North Carolina es que tiene muy definida su zona de acción: el bloqueo directo. 

Harrell venía siendo junto a Dennis Schroder el alma del banquillo antes de las lesiones de James y Davis. A base de simplificar el juego ofensivo del equipo ambos producían a un alto nivel, manteniendo a los angelinos en el marcador e incluso ampliando las ventajas. Esta unión está llamada a ser lo que permita a los Lakers dar descanso a sus estrellas durante un encuentro de Playoffs así como regenerar el ataque y poner en aprietos al rival. Además, es un excelente jugador en cuestiones de poca repercusión y alta importancia como es forzar faltas en ataque, cerrar el rebote o bien puntear lanzamientos. 

"Se trata de ser un profesional", dijo al respecto de esta situación recientemente. "Se trata de hacer lo que el equipo necesita y lo que el entrenador me pide que haga en ese momento. Somos un grupo completamente diverso de gente que se diferencian un poco entre sí en todos los aspectos. Andre es una fuerza dominante abajo en el lado defensivo y el lado ofensivo en el medio para nosotros. Davis es un tipo que puede hacer ambas cosas, con el manejo del balón y la forma en que lo dispara desde media distancia y desde el perímetro. Marc es alguien que puede extender el ataque hasta la línea de 3 puntos en situaciones de pick-and-pop, pero también continuar y jugar para nosotros. Y yo solo trato de hacer todas las pequeñas cosas. Las jugadas extra. Y cuando los muchachos me encuentran en las continuaciones y alrededor de la canasta, trato de hacer mi trabajo de finalizar".

Su presencia en los Playoffs parece asegurada de un modo más constante que el de otros interiores del equipo pese a que sus minutos puedan variar dependiendo del emparejamiento. El hecho de estar acostumbrado a jugar con la segunda unidad puede ser un aspecto muy importante en la postemporada para los Lakers y que les puede ser muy útil.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Sergio Rabinal Photo

Sergio es productor senior de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.