Ben Simmons y un problema en crecimiento para el ataque de Philadelphia 76ers

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La ofensiva de Philadelphia 76ers tiene un problema cada vez más evidente y con nombre y apellido: Ben Simmons. Porque mientras el australiano se ha transformado en un verdadero as en el costado defensivo, su producción en ataque está dejando mucho que desear. Y cuando eso se combina con el protagonismo central que tiene en el equipo, la fórmula deja resultados peligrosos para los dirigidos por Doc Rivers.

La caída de Simmons en este inicio de campaña ha sido notable. A pesar de estar jugando la misma cantidad de minutos de siempre (33), está promediando solo 12,3 puntos por encuentro, cuando nunca antes había bajado de los 15,8 (año de novato). Además, tiene su peor porcentaje de campo (50%, nunca antes menos de 55%), su mayor promedio de pérdidas (4,2) y de infracciones (3,4), como así también su segunda media más baja en asistencias (8). Lo mismo sucede con sus estadísticas avanzadas, donde está en el piso de su carrera en true shooting percentage, porcentaje de asistencias, porcentaje de pérdidas, porcentaje de uso, win shares por 48 minutos, box plus minus ofensivo y box plus minus general.

El bajón es aún más significativo en sus últimos cuatro partidos. En ellos no ha pasado de los 11 puntos en ninguno y ni siquiera está siendo agresivo con el aro, promediando apenas 9,3 tantos y 8 disparos, con un 41% de campo en 33,5 minutos. Demasiado poco para alguien con sus características, aún cuando tenemos en cuenta lo que ayuda al equipo en defensa.

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Es imposible saber a qué se debe exactamente ese retroceso, pero es interesante que haya coincido con la intensificación de sus rumores de traspaso a Houston, el cual según diversos reportes, Philadelphia estuvo dispuesto a realizar. Incluso el mismo Simmons se refirió a eso recientemente, declarando que "esto es un negocio. Cosas así pasan. Lo único que puedo controlar son mis entrenamientos, los partidos y mi día a día. Solo estoy tratando de ser un profesional, hacer lo correcto y ayudar a mi equipo a conseguir victorias".

La palabra de Simmons no solo parece validar los rumores como reales, sino que demustra que de una u otra manera, es un factor que está en la mente del ex LSU. Y si nos guiamos por su rendimeinto en cancha, eso está lejos de ser una buena noticia para los 76ers. Sea porque el base está desconcento en Philadelphia o simplemente porque ha sentido el golpe y las distracciones de estar involucrado en un potencial canje, la realidad es que el escenario no es el ideal ni para el jugador, ni para el equipo.

En la derrota de los 76ers ante los Grizzlies de este sábado, quedó una vez más reflejado lo problemático que resulta para Philadelphia confiar en Simmons como su faro ofensivo, algo que ocurrió (y volverá a ocurrir esta noche ante OKC), debido a la baja de Joel Embiid. De hecho, en 268 posesiones que lleva Simmons en cancha sin Embiid durante la 2020-2021, Philadelphia tiene un Net Rating de -10,9 y un rating ofensivo muy pobre de 101,9 puntos, que en ambos casos lo colocan en el percentil 8 alrededor de la liga (0 siendo la cifra más baja posible y 100 la más alta). En otras palabras, cuando los Sixers le dan la llave de la ofensiva a su base, los resultados son realmente malos.

Hasta como definidor ha perdido eficacia. El 66% que está lanzando alrededor del aro es por lejos la marca más baja de su carrera, mientras que también está teniendo su menor proporción de volcadas: solo representan el 11,8% de sus intentos al aro, cuando nunca antes estuvo por debajo del 15,5%.

En esta acción de ayer termina con dos airballs consecutivos y luego parece dirigirse al banco en lugar de enfocarse en defender, pensando que el período había finalizado, cuando aún restaban 2,4 segundos en el reloj. Llamativo desde la ejecución, la actitud y la concentración.

Simmons puede impactar el juego de muchas maneras diferentes, pero tener constantemente con el balón en las manos a un jugador tan pasivo y falto de amenaza como anotador, es claramente perjudicial a la hora de pensar en una ofensiva efectiva. Actualmente hay 34 jugadores que están promediando al menos 5 minutos de posesión de la bola por partido. Entre ellos, Ben Simmons aparece anteúltimo en cuanto a puntos por toque: solo 0,139, apenas superando los 0,130 de Tyus Jones. Y entre los 18 que promedian por encima de 6 minutos, el australiano está directamente en el último lugar.

Por supuesto que Simmons sigue destacando como pasador, aunque tampoco a un nivel de absoluta élite que ayude a compenar sus defectos: las 14,4 asistencias potenciales que genera por partido lo ubican décimo alrededor de la competencia. Un ranking excelente, pero de nuevo, no en la élite absoluta. Y un tema allí: es muy bueno descargando para los tiradores, pero no necesariamente alimentando a Embiid en la pintura (solo registra 8 asistencias de ese tipo en la temporada).

La peor noticia para Simmons es que el contraste con las otras opciones del equipo empieza a ser notable. El novato Tyrese Maxey está anotando 0,226 puntos por toque, bastante por encima de los 0,139 de Ben. Mientras que los de Shake Milton llega al extremo de doblar (e incluso más) sus números: 0,327 puntos por toque.

Claro que ni Maxey ni Milton tienen la visión y capacidad de pase que posee Simmons, pero la diferencia está siendo tan notoria en lo que ambos dan como anotadores, que empieza a surgir la pregunta: ¿se justifica que la bola siga tanto tiempo en posesión del oriundo de Melbourne o sería mejor combinar esos minutos con los de los otros jóvenes guardias? 

Un dato más: en las 194 posesiones que Philadelphia ha jugado con Milton en cancha, sin Embiid ni Simmons, el equipo tiene un correcto Net Rating de +1. Nada espectacular, pero claramente superior al -10,9 de Ben sin Joel. ¿Será momento de que crezca el rol de Milton, quien promedia 27,7 puntos, un 63% de campo y un 46% en triples en sus últimos tres partidos?, ¿será momento que Simmons explote su faceta pasadora jugando sin el balón, en una función más similar a la que por ejemplo tiene Draymond Green en Golden State?, ¿o en caso de que se descubra que el bajón está ligado a su descontento por las negociaciones con Houston... será momento de buscar un traspaso que le convenga a ambas partes?

Lo del cambio a un rol a la Draymond podría ser una respuesta inmediata que tenga sentido: el ala pivote de Golden State solo tiene la pelota en sus manos en el 9% de sus minutos en cancha. ¿Simmons? Exactamente el doble, con un 18%. Y sin embargo, el impacto de uno y otro como pasadores es muy similar: el de Philadelphia genera 15,7 asistencias potenciales por cada 36 minutos, mientras que el de los Warriors está en 14,8.

Simmons tiene todos los recursos necesarios como para poder destacarse en esa función y no necesariamente tener que ser el encargado de manejar la bola en la media-cancha (sí en transición donde es mucho más peligroso). Tomar decisiones más rápidas y atacar en pocos segundos los huecos que deja la defensa rival, sería un paso adelante para el australiano. Ser más Draymond, ser menos LeBron en cuanto a roles.

Lo que está claro es que Philadelphia necesita a Ben Simmons para ser un gran equipo. Pero no a esta versión del australiano. Y si las tendencias se mantienen, no sería extraño que aparezca un cambio... ya sea por parte de Doc Rivers en cuanto a su utilización o eventualmente de la propia gerencia que comanda Daryl Morey.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Juan Estevez Photo

Juan es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.