Ben Simmons es el gran nombre a seguir de cara al 10 de febrero, la fecha límite de traspasos para esta temporada. Se viene un mes en donde irá creciendo la intensidad de rumores, informaciones y versiones alrededor de posibles movimientos en la liga. Y claro, la situación del australiano, apartado de la dinámica de Philadelphia 76ers a lo largo de todo este curso (algo que no parece que vaya a cambiar, por más que la franquicia quiera recuperarlo), despierta un enorme interés desde todo punto de vista. Se han mencionado a varios equipos interesados desde que se supo que quería salir de la organización, y en las últimas horas se sumó uno más: Atlanta Hawks.
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Según la información de Marc Stein, los de Georgia han aparecido como un potencial destino de Simmons a través de un traspaso. Sí, curiosamente se trata del equipo que eliminó a los Sixers en los últimos Playoffs, en aquella serie de Semifinales del Este que expuso por completo al joven australiano, con aquellas ya famosas acciones en el cierre de la misma que terminaron condenando de cierta manera su futuro en el equipo (aunque las dudas sobre el encaje con Joel Embiid venían desde hacía tiempo).
Ahora bien, ¿tiene sentido pensar en los Hawks como un lugar para Simmons? Veamos.
Las dificultades de encajar un traspaso
Aquí está el primer punto complejo. Como bien aporta Stein, Atlanta no tiene un jugador referencia o estrella que esté a la altura de lo que Philly podría pedir/necesitar para desprenderse de quien era su segunda estrella. En realidad lo tiene y se llama Trae Young, pero no hay ningún tipo de dudas que el base es intocable como la estrella de los Hawks. ¿Por qué Philadelphia se apuraría ahora, tras dejar pasar casi la mitad de la temporada, a hacer una operación que no le entregue el retorno que pretende?
Así aparece el otro escenario: un traspaso entre múltiples equipos. Aunque claro, si una operación entre dos ya tiene sus dificultades, cuando aparecen más equipos las mismas crecen. Y claro, también hay otro factor a considerar: de cierta manera, los Hawks y los 76ers son 'pares' en el Este, ambos quieren pelear. Y ninguno dará más de lo que quiere si eso significa 'reforzar' a un rival, por supuesto.
Recordemos: a Simmons le quedan 3 años de contrato (más allá de este curso) por 113,5 millones de dólares. Es decir que el que lo reciba tendrá atado a largo plazo a un jugador aún joven (25 años), que fue All-Star en el pasado y con un techo aún por descubrir. ¿Qué activos podría meter en la ecuación Atlanta? Probablemente a Bogdan Bogdanovic (2 años más por 36 millones, con opción de jugador en el último) y Danilo Gallinari (20,4 en este curso y 21,4 en el próximo) como dos jugadores probados que ayudarían a un candidato (aunque con salarios que, quizás, hoy están por encima de su rendimiento, sobre todo en el caso del italiano); más De'Andre Hunter, Cam Reddish y Onyeka Okongwu como jóvenes aún con contrato rookie. ¿Por qué los sumamos? Primero, porque podrían ser valiosos para un tercer equipo que se involucre. Segundo, porque Travis Schlenk, GM de los Hawks, dijo recientemente que su responsabilidad era "poner sobre la cancha un producto que pudiera ganar, y ahora mismo creo que no lo estoy haciendo".
Los Hawks están en el 12° lugar del Este con marca de 17-21, fuera de la zona de Play-in. Y si la racha no cambia, desde la gerencia probablemente no duden en activar un modo "ganar ahora" tras la llegada a las Finales del Este en 2021 que los lleve a desprenderse de algún valor jóven para sumar jugadores que rindan de inmediato, como podría ser Simmons.
¿Qué opciones de traspaso podrían darse?
Entendiendo las dificultades, vamos con un escenario en el que se incluye a Detroit Pistons.
Vamos por partes. Los Hawks recibirían a Simmons para potenciar de manera automática su estructura, sobre todo con su capacidad defensiva: los de McMillan son actualmente la quinta peor defensa de la liga, permitiendo 113,1 puntos cada 100 posesiones. El australiano es un candidato constante a Mejor Jugador Defensivo, así que la mejora sería sustancial, sobre todo porque el principal valor entregado, De'Andre Hunter, lleva dos temporadas repletas de problemas físicos que limitan su potencial atrás. También llega Milton, quien podría ser útil desde el banco, aunque faltaría sumar algún que otro tirador más para potenciar a Simmons.
Hunter iría a unos Pistons en reconstrucción y que nuevamente apuntarán a la Lotería del próximo Draft. Y otro punto atractivo para ellos (probablemente el principal) sería la primera ronda que va desde Atlanta vía Oklahoma City Thunder (protegida). Solomon Hill ingresa para cuadrar salarios (está fuera del resto de la 2021-2022 por lesión).
¿Y los Sixers? No tendrán a su estrella a cambio, pero sí a dos jugadores que subirían su techo automáticamente. Bogdanovic es un killer contrastado para momentos de definición, además de una excelente opción para el juego en parejas, algo clave para poner a alguien al lado de Joel Embiid (vemos el éxito que tiene, por ejemplo, Seth Curry). Y, vía Detroit, llega un Jerami Grant que demostró que puede ser una variante ofensiva confiable en el curso pasado, pero cuyo encaje en el presente de los Pistons es un poco a contramano. Además, ya sabemos cómo funciona en un candidato (fue pieza clave de la llegada de los Nuggets a las Finales del Oeste en 2020) por su versatilidad defensiva. Curry, Bogdanovic, Grant, Harris y Embiid como quinteto, regresando a Maxey a una función de sexto hombre (o bien pasando al serbio allí). No hay un base tradicional, pero sí sólidos manejadores y generadores para potenciar a Embiid. Nada mal, ¿no?
Se podría pensar en otros equipos con jugadores que lucen a contramano de sus realidades (como Terrence Ross en Orlando o Eric Gordon en Houston) para que se involucren, sin dudas. Pero siempre recordando las dificultades del caso. En definitiva, que Atlanta se sume como potencial candidato a recibir a Simmons no significa que sea una garantía que vaya allí, está claro.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.