Chicago Sky logró un triunfo récord ante Phoenix Mercury y quedó a una victoria de ser campeón de la WNBA

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Kahleah Copper

Las finales de la WNBA llegaron a Chicago y la ciudad del viento se transformó en un verdadero tornado que pasó por encima de Phoenix Mercury. Chicago Sky ganó el Game 4 por 86-50 dominando desde el primer cuarto y, con una Kahleah Copper tan fenomenal como el trabajo defensivo de todo el equipo, quedó a apenas un triunfo de ser el nuevo campeón de la liga: lo buscará el próximo domingo (21:00 horas de España) en su estadio.

Después de un Game 2 definido en la prórroga que quedará para la historia de la WNBA sorprendió un poco ver semejante diferencia en la cancha. Pero todos los puntos fuertes de las Sky llevaron a esto, un partido que ya tenía una diferencia de 21 puntos cuando apenas había transcurrido un poco más de la mitad del segundo cuarto.

Phoenix en ningún momento de la primera parte le encontró la vuelta al ataque y eso mismo la llevó a recibir varias puñaladas a corazón abierto en su defensa: Chicago encontró puntos fáciles en transición una y otra vez y se llevó una ventaja de 22 puntos al descanso, que en la segunda mitad del partido se encargó de extender lo suficiente para marcar un récord: la diferencia más amplia en el marcador de un partido de las Finales (en 2020 Seattle le había ganado a Las Vegas por 33 puntos). Otra marca quedó cerca: apenas por seis puntos no fue el partido de Playoffs en el que Phoenix menos puntos anotó en toda su historia (quedó en 41 en una derrota de la postemporada de 1997).

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En ningún momento Phoenix resolvió el desafío planteado por Chicago, que cuando podía intentaba doblar la marca sobre Brittney Griner y apretaba mucho en el perímetro, con la misma receta que lo hizo ganar el Game 1 de esta serie. Así fue como un equipo que tiene en la defensa a su herramienta principal para ganar rompió el circuito de juego del rival y lo desmoralizó tras el impulso que había sido ganar el Game 2. Cualquier cosa vista en el primer partido que ganó Chicago (91-77) quedó corto al lado de lo de este viernes.

El contexto se planteó ideal para Kahleah Copper: con espacio para ir hasta el aro una y otra vez, la escolta de las Sky consolidó su candidatura para ser la MVP de estas Finales en el caso de que Chicago se consagre campeón. Sería un broche de oro para un año soñado de la jugadora de 27 años.

Copper terminó con 22 puntos (6-10 de campo, 8-8 en tiros libres), un rebote y un robo, números que no parecen ser de gran impacto, pero todo su trabajo sucedió en la primera mitad, cuando cada canasta valía: anotó 20 tantos en el primer tiempo, más que lo que sumaron todas las titulares de Phoenix (17 para un equipo que se fue al entretiempo con 24 puntos anotados).

Diamond DeShields fue la otra figura de la noche: desde el banco ayudó con su agresividad defensiva a ir rompiendo el partido. Terminó con 11 puntos, 5 rebotes, 2 asistencias y 5 robos, varios de los cuales hicieron que Chicago tenga parciales importantes a favor. 24 minutos en cancha le alcanzaron para un +20 en el +/-.

Candace Parker cumplió (13 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias), Allie Quigley también ayudó a poner a Phoenix en caos (9 puntos, 4 asistencias, 2 robos) sin depender del triple (1-1) y Courtney Vandersloot, como siempre, se encargó de mover el balón (4 puntos, 10 asistencias y 2 pérdidas). Chicago marcó diferencias en cada aspecto del partido y, en un Wintrust Arena con entradas agotadas, terminó hasta sacándole el clima de Finales al partido. Las jugadoras del banco terminaron disputando el último cuarto, en el que por ejemplo tuvo su momento la rookie Dana Evans (9 puntos con 3-5 en triples).

Para Phoenix no queda nada bueno: fue un sábado de la peor pesadilla posible. Brittney Griner fue su máxima anotadora con 16 puntos, pero hizo su producción más que nada en la segunda parte tras un inicio malo con 1-8 de campo ante un rival que la hacía tirar a tres metros del aro o más lejos.

Diana Taurasi quedó con solamente cinco puntos (1-10 de campo) luego de la prórroga brillante del Game 2 y Skylar Diggins-Smith tampoco encontró el aro: 2-9 de campo para terminar con siete puntos. Entre las dos perdieron cinco balones, misma cantidad que las asistencias que repartieron.

Ninguna jugadora por fuera de las del Big 3 estuvo cerca de cambiar el destino de un equipo que apenas encestó el 25% de sus tiros de campo y sus triples y que casi genera el doble de pérdidas (19) que de asistencias (11). Los 16 tiros de campo anotados por Phoenix son la tercera peor marca en la historia de las Finales (las dos primeras son de Houston en las Finales de 1999 con 15)

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Agustín Aboy Photo

Agustín es productor de contenidos para Sporting News.