D'Angelo Russell tiene en los Minnesota Timberwolves lo que busca desde hace años en la NBA

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La carrera de D'Angelo Russell en la NBA está teniendo más turbulencias de las que él esperaba. Aunque ahora parece que por fin podrá establecerse. Al menos ese es el plan con los Minnesota Timberwolves. Este artículo se basa en el gran reportaje que ha preparado Jon Krawczynski en The Athletic sobre la figura del base. 

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Después de dos temporadas en Los Angeles Lakers, otras dos en Brooklyn Nets y media en los Golden State Warriors, Russell desembocaba en un lugar al que espera llamar hogar. Donde sentirse parte real de un plan a largo plazo. Y donde además dispone de apoyos. El entrenador asistente que dispone de la etiqueta de coordinador ofensivo es la persona con la que mejor conectó en Brooklyn, Pablo Prigioni. El GM, Gersson Rosas, trató su firma en verano y, al no conseguirla, prefirió no buscar otro base relevante porque quería conseguir su traspaso. Siete meses después se confirmó.

Y, por supuesto, él. Su mejor amigo. Uno con el que había hablado en anteriores ocasiones de reunirse y compartir equipo. El único jugador que salió por delante suyo en el Draft de 2015, Karl-Anthony Towns.

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Karl-Anthony Towns, D

D´Lo llegó a los Lakers como joven estrella con el número 2 del Draft, pero salió sin el brillo de su llegada. Los Nets optaron por Kyrie Irving y Kevin Durant tras su temporada de All-Star; y los Warriors, casi más por casualidad que por voluntad, le ofrecieron un máximo salarial a expensas de que podían quedarse de manos vacías ante la marcha de KD a Brooklyn. Por eso cuando Russell aterrizó en Minnesota, el recibimiento de la gente supuso algo muy especial para él.

"Desde lo que he pasado en años anteriores hasta mi origen en la infancia, la gente no muestra su amor y su apoyo por ti de esta manera, en esta magnitud (cuando llegas por primera vez)", dice el base. "La gente no hace eso. Que la organización monte algo así, para que yo sienta ese amor y apoyo de inmediato, pensé, 'Esto tiene que quedar registrado'. Eso fue lo primero que pensé". Russell sacó su camara y grabó todo.

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"Cuando hablo sobre mi carrera, es como si estuviera en el agua todo el rato y tuviese que salir a respirar", cuenta Russell. "Luego salgo y vuelvo al agua. Respiro y vuelvo otra vez, y estoy así de nuevo en el agua".

Towns ha compartido innumerables conversaciones telefónicas con su amigo. Compartía sus frustraciones en su etapa en los Lakers, cuando su inmadurez y un entorno nada sencillo para él terminaron con noches de dudas. También le hizo una visita sorpresa en su primer partido de Playoffs y, como no, trató de convencerle el pasado verano para que firmase con los Wolves.

"En toda su carrera, lo miran y parece que no era querido, ya sea que se pusiera él en esa posición o en cualquier otra", dijo Towns el pasado mes de marzo. "Simplemente nunca se sintió como si lo quisieran, y él podía sentirlo".

Su etapa en Hollywood fue la más complicada, con mucha diferencia. Llegó como número 2 del Draft y siendo un jugador que necesitaba el balón en las manos para desarrollarse, cuando los Lakers querían despedir a Kobe Bryant con todos los honores. Noche tras noche el plan del equipo pasaba porque fuese Kobe el que tuviese el balón. Los jóvenes se vieron relegados. Que Byron Scott fuese el entrenador para un grupo con tantas promesas tampoco era lo ideal.

"No sabía cómo ser un profesional y la guía tampoco me la ofrecían allí", dice Russell. "No culpo a nadie. Me culpo a mi mismo. Fue realmente un borrón para mí en el sentido de las cosas por las que he pasado desde entonces".

"Fue injusto para él", cuenta Jeff Boals, entrenador jefe de la Universidad de Ohio y asistente cuando Russell estaba allí. "Fue el segundo pick por los Lakers en el año del canto del cisne de Kobe. Estás jugando para un entrenador como Byron Scott al que realmente no le gustan los novatos. Tienes a Kobe en su último año y todo gira en torno a él".

Tras la primera temporada y la retirada de Kobe apareció el problema del vestuario y el drama con Nick Young. Russell no estuvo bien. Tampoco tenía a los ejemplos de veteranos en el vestuario que un joven como él necesitaba. Y Towns estuvo ahí, como amigo.

"Muchos chequeos, muchas noches simplemente ayudándolo a superar todo lo que pasó", cuenta el pívot. "Creo que hubo muchas conversaciones con las que no nos sentimos cómodos. Aunque en ocasiones solo necesitar tener un hermano y decirle de qué se trata".

Magic Johnson y los Lakers querían su salida. El propio Russell quería salir. Por eso su traspaso a los Nets fue el traspaso a los Nets supuso una liberación.

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"Brooklyn era un lugar que le necesitaba tanto como él necesitaba a Brooklyn", dice Antonio Russell Jr., hermano mayor de D'Angelo. "Pudieron moldearse mutuamente y construirse en positivo ambas partes".

Una pieza fundamental del desarrollo de esos Nets fue el entrenador Kenny Atkinson, aunque D´Lo no cree que haya que darle todo el reconocimiento al entrenador por el trabajo que hizo con él. Cree que Atkinson solo acudió a él cuando Caris LeVert y Spencer Dinwiddie cayeron lesionados.

"No le voy a dar todo a Kenny", dice. "Todavía no creo que él supiera lo que tenía, sinceramente. No creo que él supiera de lo que yo era capaz en el cuarto cuarto".

Pero Russell explotó. Su segunda mitad de temporada 2018-2019 fue sensacional y terminó con 21,1 puntos, 7 asistencias y 3,9 rebotes de promedio. Elegido All-Star, lideró a los Nets en su regreso a los Playoffs y vio en verano cómo volvían a renunciar él. Kyrie y Durant elegían Brooklyn como destino, lo que significaba un nuevo cambio de rumbo.

"Todo iba bien, finalmente tiene un año All-Star, está saliendo del cascarón, mostrando su verdadero potencial, y no fue lo suficientemente bueno", cuenta Towns. "No fue lo suficientemente bueno para estar allí, no te quieren allí, nos vamos a deshacer de ti. Eso es duro para cualquiera. No importa lo bueno o popular que seas".

Entonces apareció la posibilidad de jugar en los Warriors, más que nada por la elección de Durant. Russell vio la opción de jugar con su jugador favorito, Stephen Curry, y aprender de él y de todos los integrantes de la franquicia. Steve Kerr o Draymond Green. De una organización ganadora. Además, ofrecían 117 millones por los 107 de Minnesota. Siempre quedará la duda de qué hubiese pasado de elegir KD otro destino.

“Recuerdo pasar por el proceso y pensar: ‘Si voy a Minnesota, juego con Karl y todos los muchachos que estarán allí, potencialmente podría relajarme (en cuanto a un nuevo traspaso) y deshacer mis maletas”, dice Russell. "Pero había algo que me decía que tenía que conseguir todo el dinero que valía en ese momento".

Golden State Warriors Curry Russell

"Mi mentalidad fue el ir a aprender de esos muchachos", cuenta el base. "Incluso si no juego con ellos mucho tiempo, voy a absorber de su cerebro tanto como pueda".

El frío de diciembre trajo su disponibilidad para traspaso cuando apenas sumaba una veintena de partidos con los Warriors. Apenas no jugó con Curry por su lesión de mano y Klay estaba de baja toda la temporada. El ruido sobre un futuro traspaso aumentaba. Él se daba cuenta y la franquicia era consciente. Y en febrero llegó el movimiento a Minnesota.

"Todos estos fans lo miran no solo como una pieza sino como el pilar", explica Towns. "Creo que esta es la primera vez que se siente como un pilar desde el instituto".

Gersson Rosas, D

Lo cierto es que Gersson Rosas persigue a Russell desde hace meses. El ejecutivo es una mente moderna en cuanto a baloncesto se refiere y tiene claro el enfoque que quiere dar al base. Vivió como asistente del GM el traspaso de James Harden a Houston Rockets, donde le dieron más balón, le rodearon y maximizaron sus puntos fuertes para construir una estrella que no tenían.

"Gersson piensa que Russell es su Harden", le cuenta un ejecutivo de la Conferencia Oeste a Krawczynski.

Por supuesto son dos estilos diferentes en el perfil de base amasador de balón, aunque los dos sean zurdos y estéticamente muy divertidos de ver. Harden es más grande y fuerte, duradero y consistente dentro de unos volúmenes de balón insanos. Russell todavía tiene que ganar en regularidad y hacerse a los patrones ofensivos del equipo, ya que a diferencia de la Barba sigue utilizando mucho el lanzamiento de media distancia, y no destaca tanto en sus ataques al aro. Eso sí, tiene la habilidad para anotar de tres, hacerlo en los momentos calientes y es un excelente pasador.

Rosas tiene a tres jugadores de 24 años en Russell, Towns y Malik Beasley sobre los que construir el futuro del equipo, además del alero Juancho Hernangómez que también parece entrar en los planes de la franquicia a largo plazo.

"Una cosa que todos queremos en la vida, como humanos, todos luchamos es ese sentimiento de necesidad", dice Towns. “Queremos sentirnos queridos y amados. Creo que esta es la primera vez en su carrera profesional que siente eso. Sé que lo siente. Creo que eso es lo que hizo que su llegada a Minnesota fuera tan especial para él y su familia".

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"Quiero mi propio barco", cuenta Russell. “No digo que esto sea mío y por mí. Quiero ser si perdemos, una gran parte sea por mí. Si ganamos, que el gran esfuerzo colectivo me vea envuelto. Quería esa, quiero esa posición. He estado disfrutando sabiendo que podría estar aquí el resto de mi carrera si aprovecho la oportunidad".

Minnesota buscaba un base, una estrella joven con la que acompañar a Towns. Rosas quería a Russell y ya le tiene. D'Angelo ha podido vivir sus primeros 12 partidos con el equipo, aunque todos ellos sin Towns por lesión. Toda la franquicia de los Wolves le da al joven base lo que llevaba años buscando sin fortuna. Un entorno que cree en él y le da piezas de su confianza, como Prigioni. Ahora es tu turno, Russell, de devolver esa confianza y transformarla.

Es la hora de D´Lo de demostrar en los Wolves todos los motivos por los que fue en su día número 2 del Draft.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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