A simple vista, la temporada 2021-2022 de D'Angelo Russell no está siendo nada que llame la atención. Incluso si solo nos guiáramos por algunos de sus números más básicos, podríamos hablar de un retroceso en relación a campañas anteriores. El base de los Timberwolves tiene su promedio anotador más bajo en cuatro años (19 tantos), está lanzando el peor porcentaje de campo de su carrera (38,2%) y también el peor en triples (32,3%) y dobles (44,6%).
Sin embargo, como muchas veces sucede, esas estadísticas no están ni cerca de contar la realidad del caso. Al extremo que no solo Russell no está teniendo un mal rendimiento en Minnesota, sino que hasta podríamos decir que estamos viendo quizá su mejor versión NBA. O al menos, la más completa e importante para el éxito de su equipo.
Lo de los porcentajes es innegable. Son muy bajos y Minnesota necesita encontrar a un D-Lo algo más preciso. Sobre todo en un conjunto con opciones anotadoras limitadas fuera de su Big 3, que actualmente rankea 22° alrededor de la competición en cuanto a puntos anotados cada 100 posesiones. Sin embargo, sabemos que el impacto de un jugador no se termina en su capacidad para encestar o no la bola, sino que hay muchos otros rubros donde uno puede dejar su impacto. Y es allí donde Russell ha dado un clarísimo paso adelante.
El área más evidente de progreso es la defensiva. Durante años consideramos al ex de los Warriors como uno de los peores bases de la liga en ese costado de la cancha. Y motivos había de sobra. Distracciones, falta de intensidad y predisposición al juego de contacto, bajo rendimiento reboteador, cierta carencia de agilidad lateral... En fin, un rendimiento tan pobre que incluso en la 2020-2021 le llevó a perder la titularidad en los Timberwolves (16 de sus 42 partidos vinieron como suplente).
¿Qué estamos viendo en este torneo? A un Russell que parece haber sentido el tirón de orejas que significó la temporada pasada y sin decir que se ha transformado en un marcador del calibre de su compañero Pat Beverley, el progreso es notable. Lo vemos muchísimo más enfocado que de costumbre, más atento a la lectura de las jugadas rivales y más productivo. Puede quedar solo como un detalle, pero por ejemplo observamos que está promediando 0,8 tapones por partido, más del doble que en cualquier otra temporada de su carrera.
Por otro lado, los rivales de Russell apenas están lanzando un 43,3% de campo frente a él, un 1,4% mejor del rendimiento esperado para esos tiros. El contraste con las dos temporadas anteriores en Minnesota es notable: permitió un 48,5% en la 2020-2021 y un espeluznante 51,8% en la 2019-2020. En lo que respecta específicamente a la defensa de aclarados (jugadas de uno contra uno), también vemos algo parecido: 36,6% permitido este año, contra un 41,1% en la 2020-2021 y un 46,3% en la 2019-2020.
Obviamente no es el único motivo, pero el impacto en el rendimiento general de Minnesota es enorme: los Wolves aparecen hoy con la quinta mejor defensa de la NBA, habiendo terminado 28° en la 2020-2021 y 20° en la 2019-2020.
En el otro costado del campo también vemos a un Russell más maduro y que aún cuando todavía no ha encontrado sus porcentajes habituales, le está dando a los Timberwolves una conducción realmente interesante. Su uso es el más bajo desde la 2016-2017, pero sabe elegir sus momentos a la perfección y lo que está haciendo en los momentos clutch es espectacular: ya lleva anotados 43 puntos en esas situaciones, siendo esta la quinta mejor marca alrededor de la NBA, solo por detrás de Tatum, LaVine, AD y Embiid. Incluso ha sumado más que DeRozan (41) o KD (36), entre tantas otras figuras.
Un dato más: el Net Rating de D-Lo había sido negativo en cada una de sus campañas NBA. Es decir, con él en cancha, sus equipos siempre habían tenido un diferencial por debajo del 0. Desde el -12,5 de su primer año con los Lakers, al -0,1 de una 2018-2019 en la que fue All-Star con Brooklyn. Bueno, este año no solo está revirtiendo esa tendencia, sino que su Net Rating ha subido a un espectacular +8,3... El 12° mejor de la liga entre los que pasan 30 minutos o más en cancha y solo uno de dos jugadores de ese Top 12 que no pertenecen a Warriors, Bucks, Jazz o Suns (DeRozan es el otro).
El récord de Minnesota (11-12), que esta noche recibe a los Hawks, está lejos de ser el ideal y veremos si eventualmente le alcanza para meterse en la discusión del Play-In en el Oeste. Pero lo que es seguro es que a diferencia de otros años, vemos a unos Timberwolves con un camino claro, una identidad de juego muy definida y un futuro mucho más promisorio que de costumbre. A sus 25 años y con un rendimiento que va mucho más allá de los números más básicos, D'Angelo Russell viene siendo fundamental para ello.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.