Dwight Howard vivió problemas fuera de cancha que dificultaron su último año en la NBA. Algunas cosas personales, sumado a la lesión en la espalda que no le permitió nada más jugar nueve partidos en la campaña 2018-2019 hicieron que tocara fondo.
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Superman hizo válida la player option que tenía en su último año de contrato, pero los Wizards lo traspasaron a los Grizzlies, que pensaban cortarlo. Sin embargo, la ruptura de ligamentos de la rodilla de DeMarcus Cousins llevó a los Lakers a firmarlo.
“No tuvo nada que ver con baloncesto. Eran algunas cosas de mi vida personal. Mentalmente, físicamente y espiritualmente. No tuvo que ver como jugador de baloncesto o algo por el estilo. Fueron cosas personales con las que tuve que lidiar que me hicieron más fuerte”, dijo durante una llamada con periodistas.
Howard vivirá una situación muy distinta en su segunda etapa con los Lakers. Cuando jugó con ellos en la campaña 2011-2012 llegó como estrella, pero ahora lo hará saliendo del banquillo y como jugador de rol, como explicó Frank Vogel hace unas semanas.
“Nunca tuve nada malo contra los fans aquí en LA. Amé esta ciudad desde el primer momento que he estado aquí y empecé a jugar en la NBA”, apuntó. “Estoy de vuelta, así que eso del pasado ya no importa para mí. Creo que todos tenemos un nuevo inicio”.
“Estoy buscando un nuevo inicio con los fans y cosas por el estilo. Mostrarles que mi única dedicación es poner otro banner aquí en Los Ángeles”, expresó.
Y habló sobre el verano que vivió: “Fue muy importante para mí como persona. Tuve oportunidad de aislarme. No de la gente, sino realmente aislarme, tratar de estar solo y ser más equilibrado. Este verano fue muy, muy importante”.
Los Lakers comenzarán la pretemporada el 5 de octubre contra los Warriors, en la inauguración del Chase Center.