FedEx Forum de Memphis. También un viernes 16 de noviembre, como hoy, pero de hace 11 años. Los Grizzlies recibían en su cancha a los por entonces New Orleans Hornets (hoy Pelicans). Nos encontramos en los primeros días de la temporada 2007-08. Una campaña especial en la que Pau Gasol, hasta su traspaso a los Lakers en febrero de 2008, volvió a compartir vestuario por última vez en un equipo que no fuera la selección con su amigo Juanqui. Aquel curso, Juan Carlos Navarro Feijoo, decidió dejar su Barcelona para probar suerte en la NBA ya con la Euroliga de 2003 el oro mundial de 2006 en su currículum.
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En sus siete primeros partidos en la mejor Liga del planeta, Navarro no había encontrado su sitio. Apenas contaba en la rotación de un Marc Iavaroni que apenas le había concedido un máximo de 22 minutos en cancha. Una única actuación de 10 puntos y tres roscos en la mochila. Además, colectivamente, las cosas no iban mejor: 2-5 de balance. Con ese bagaje se plantó el escolta en la que iba a ser su gran noche. La de su presentación en sociedad en la NBA.
Nada más pisar el parqué dejó su impronta. Entró a falta de 5 segundos para la conclusión del primer cuarto por Rudy Gay (por entonces la gran esperanza de los Grizzlies). 4 segundos más tarde, recibió el balón de Kyle Lowry y… ¡bingo! Se cerraba el acto inaugural con su primer triple. Cuatro más convertiría para llegar con 5 al descanso en su cuenta particular. Un golpe encima de la mesa. Un “aquí estoy yo” que permitió a su equipo irse 58-62 al descanso pese a verse 15 abajo (17-32) segundos antes de la entrada de la Bomba en el partido.
El rival, aquellos Hornets, contaban con uno de los equipos más potentes de entonces. Chris Paul, David West, Peja Stojakovic, un Tyson Chandler que ahora da sus últimos coletazos en los Lakers de LeBron James… Acabaron con un 56-26 de balance, récord que igualaron los Spurs (vigentes campeones) y sólo superaron los Lakers de Kobe y de un Pau Gasol llegado a mitad ejercicio. No se vieron las caras con ellos en la final del Oeste 2008 porque no supieron hacer valer un 3-2 a favor en semifinales ante San Antonio.
Pero esa es otra historia. Volvamos a Memphis. Al 16 de noviembre de 2007. A la gran noche de un Navarro que convirtió otros tres triples en el último periodo. El último a 13,5 segundos del final. La antesala de otros dos posteriores de Rudy Gay que permitieron forzar la prórroga (114-114).
Un tiempo extra que David West decidió para irse hasta los 40 puntos. El que fuera doble campeón con Golden State antes de retirarse este verano, estableció la que por aquel entonces era su mejor marca personal de anotación. Curiosamente, frustró a otro compañero que también ha decidido jubilarse este pasado verano. No pudo evitar la derrota (118-120), pero en una noche de hace justo 11 años, Juan Carlos Navarro se fue hasta los 28 tantos con un 8/9 en triples.
Un día como hoy pero en 2007... ¡¡Navarro conseguía un 8/9 en triples con los @memgrizz !!
— NBA Spain (@NBAspain) 16 de noviembre de 2018
LE YEN DA pic.twitter.com/5a43SEsL9W
Cuestiones familiares y la falta de competitividad le hicieron regresar a Europa al término de esa campaña en la que se quedó a sólo dos triples de igualar el que por entonces era el récord histórico en una temporada para un rookie, 156 por los 158 de Kerry Kittles (marca superada a posteriori por Rudy Fernández, Stephen Curry, Damian Lillard, Kyle Kuzma y Donovan Mitchell).
Dejó su tope anotador en la NBA en 28 tantos. Igualó esa misma marca ocho días más tarde. Pero ya no volvió a anotar 8 triples en un partido. Tampoco en la ACB ni en la Euroliga con el Barça, ni con la selección española. Hoy se cumplen 11 años del día en el que Navarro demostró ser carne NBA.
