La condición de infravalorado cuando se habla de NBA suele abarcar a casi la totalidad de la liga. En una competición en la que hay más de 250 jugadores y una media de 5 encuentros cada noche, poner atención a todos los detalles, todas las grandes actuaciones y, en definitiva, a todo lo que ocurre, es prácticamente imposible. Pero con Serge Ibaka esto no debería ser así.
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La temporada del hispano-congoleño es absolutamente brillante. Su rendimiento en pista con los Toronto Raptors le han hecho convertirse en una pieza esencial del rompecabezas que es el sistema de Nick Nurse, un entramado defensivo que representa la élite de toda la NBA y que les coloca en el séptimo lugar de la Conferencia Este en defensive rating (107.3) mientras se escriben estas líneas.
Quizás el defensive rating no hable por sí mismo como puedan hacerlo otras estadísticas, pero la realidad es que los Raptors poseen un sistema defensivo diseñado para triunfar en los Playoffs. Un plan en el que Serge Ibaka tiene mucho que decir. Su capacidad de intimidación ha permitido que los Raptors puedan plantear una alineación temible compuesta por Kawhi Leonard, Pascal Siakam y Danny Green y el propio Ibaka.
Esta alineación unida a Lowry es la que más minutos ha acumulado en la temporada, por lo que sus números de por sí están más ligados a los resultados que a una estadística oculta que nos revele un oscuro secreto. Más allá de la realidad, en 4 de las 5 alineaciones más usadas con mayor ritmo Ibaka es partícipe de ellas. Algo que está causado por el impacto defensivo que tienen las alineaciones que contienen a Ibaka y a Siakam en pista, puesto que pueden armar una transición mucho más rápida (por encima de las 100 posesiones) y aumentar la eficiencia ofensiva. El net rating de estas alineaciones es asombroso, con un mínimo de 100 minutos en cada una, el "peor" es de +6, que representa la alineación más usada por Nurse.
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Por una razón o por otra, la figura de Serge Ibaka siempre se pasa por encima, se deja de lado, como un apunte más, como un jugador nacional de segunda categoría. Su rendimiento actual precisa rendir el tributo necesario. Al César lo que es del César. Y sin el Serge Ibaka de la temporada 2018-2019 los Toronto Raptors no estarían donde están.
Él sabía del paso que tenía que dar adelante. En un contexto de muchos cambios durante el verano con la llegada Kawhi Leonard y la cesión de Dwane Casey, Ibaka fue consciente de que necesitaba dar algo más que protección del aro al equipo. "Todo el trabajo que he hecho durante el verano está ahora dando sus frutos", decía en noviembre sobre su trabajo con el entrenador Hugo López. Un rendimiento que se transforma mirando lo básico: las estadísticas tradicionales.
Con los mismos minutos en pista ha producido 4 puntos más de media respecto al pasado curso, todo ello renunciando a sus clásicos tiros de tres y aportando desde las medias distancias y en continuaciones, mejorando los porcentajes.
Casi la totalidad de sus intentos a canasta se han producido en la zona restringida, consecuencia de la propuesta de Nurse que le ha hecho renacer como una pieza esencial ante la decadencia del traspasado Valanciunas. Su porcentaje de tiro efectivo roza el 75%, lo que le convierte en un diamante en las manos de los Raptors y un hijo del baloncesto moderno, que demanada eficencia y eficacia, dos conceptos contingentes y diferentes.
Al mismo tiempo, Ibaka no ha renunciado totalmente al tiro de tres, pero al igual que Pascal Siakam sigue siendo circunstancial y restringido a las esquinas, desde donde puede llegar a ser letal. De sus 15 intentos totales solo ha anotado 4, tiros normalmente liberados, pero que en un momento concreto pueden ser decisivos.
La llegada de Marc Gasol añade más leña al fuego de los Raptors que aspiran a todo y no pueden permitirse fallar. Marc le da el relevo perfecto a Ibaka y todavía no se les ha visto a los dos juntos sobre la cancha, lo cual no significa a estas alturas que no puedan coexistir, pero sí que Nurse está tratando de encontrar el sitio de Gasol mientras mantiene intacto el plan del equipo.
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Más allá de los Kawhi, Gasol, Siakam o Lowry, Ibaka es el pegamento que mantiene unido a los Raptors atrás y da sentido al juego de Toronto en ataque.