Entrevista con Luca Vildoza: "Me obligo a disfrutar porque estas cosas se dan una sola vez en la vida"

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Luca Vildoza

"Ahora estoy mejor, está un poco más procesado. Pero hasta que no llegue allá y me pueda dar cuenta de la dimensión que tiene todo esto, no me voy a dar cuenta". Luca Vildoza ha bajado apenas un poco de esa nube de emociones a la que se subió, pero sigue allí arriba y con absoluta razón. Porque llegar a la NBA no es una cosa de todos los días, sino que se trata de cumplir el sueño máximo para todo jugador de baloncesto. Y si ese sueño llega de la mano de una de las franquicias más icónicas de la historia, por supuesto que se potencia. Por eso el base argentino vive con una felicidad plena recorriendo su cuerpo. Felicidad que expresó en una charla mano a mano con NBA.com en español.

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Desde Vitoria, donde se aún se encuentra a la espera de la finalización de los trámites administrativos para poder viajar a Estados Unidos, el marplatense se prendió a una charla para darle un recorrido a este momento mágico tras la confirmación de su llegada a New York Knicks. Una charla donde reflexionó tras estos años de crecimiento y explosión en Baskonia, de aprendizaje y evolución que lo terminaron llevando a las puertas de la liga. "Estoy disfrutando todos los días, festejando, brindando, disfrutando porque al final no se vive todos los días esto", comienza Luca.

Luca Vildoza

-¿Cómo fue el proceso de las últimas semanas en torno a esta decisión atípica por salir de tu club antes de que termine la temporada?

-Fue un poco atípico, a mi no me convencía la idea de dejar el club y el equipo ahora, sabiendo que se venían los Playoffs y no estábamos en un buen momento, nos habían eliminado de la Euroliga y veníamos con algunos partidos de ida y vuelta. Al final es una oportunidad única y uno quiere aprovecharla. Lo del dinero era lo más complicado por el tema de la cláusula, pero al final los Knicks ayudaron mucho, y el club también. Estoy contendo porque me ayudaron a cumplir este sueño.

-¿Qué se te vino a la cabeza en el momento de la firma del contrato?

-El primer contrato que firmé con Quilmes en el bar del club, mi primer contrato por 2.000 pesos. En ese momento como un nene de 16 años lo disfrutaba. Pero también pensé en toda la gente que hay detrás, que al final este sueño es de todos, porque mi familia y mis amigos están felices de lo que estoy cumpliendo y lo viven a través mío.

-¿Qué jugador llegó a Baskonia y qué jugador se va?

-Uno diferente. Llegué acá muy diferente, estaba físicamente más gordito, no tenía la velocidad para jugar y sacar ventajas. Hoy en día me siento físicamente bueno, estoy sacando ventajas en los contragolpes, mejoré mi rango de distancia en el triple, mejoré en la defensa, que es lo que más se hablaba en Argentina. Se va un jugador totalmente diferente al que llegó desde Argentina.

-¿Y desde lo mental que cambios notás? Te tocaron momentos muy buenos, como ser MVP y campeón, y otros muy malos, con muchas lesiones que superar.

-Al principio fue duro. Me fui de casa siendo hijo único y me alejé de todo el mundo, llegando a un lugar nuevo, donde sabía que no iba a jugar al principio. Terminé jugando, pero recién al final de temporada, había tenido lesiones en un tobillo, me lo doblaba constantemente. No estaba bien físicamente, el entrenador al principio no me daba chances pero porque realmente no me daba. Y creo que mejoré muchísimo más como persona afuera. Hoy en día soy una persona diferente, más tranquila, consciente de lo que hago. Disfruto en este momento sabiendo que la sufrí, disfruto de todo lo que conseguí.

Entre Ginóbili, Rose y las ilusiones NBA

Luca Vildoza

-¿Cuál es el primer recuerdo que tenés de la NBA, dónde nace en tu cabeza?

-No recuerdo bien dónde. Tengo imágenes de Jordan, pero me acuerdo patente la imagen de Manu (Ginóbili) haciendo el debut contra los Lakers en su primer año. Él marcó una época. Si bien después llegaron varios argentinos que hicieron su camino, Manu marcó una época y ese es mi primer recuerdo NBA. Después hay muchos otros que me hacen pensar a la clase de liga que voy.

-¿Y a qué liga pensás que vas?

 -A un mundo de televisión probablemente, de dibujos animados (risas). Voy a jugar con estrellas, a compartir equipos con ellos, a disfrutar porque al final uno ve que todos se ríen y uno quiere eso en la vida porque un ama el deporte que hace. Llegar a lo más alto del deporte que hacés es algo realmente increíble.

-¿En qué momento la NBA pasó a ser algo alcanzable en tu cabeza?

-Creo que este año me di cuenta que podía dar el salto. Al final creo que fue una buena temporada para mí, si bien hubo varios altibajos y algunas lesiones, creo que en los partidos buenos que tuve me sentí cómodo, me sentí cómodo con mis habilidades, siendo uno de los pilares del equipo. Al final el ir creciendo adentro y afuera de la cancha me permitieron soñar con algún día estar en esa liga, que podía competir y medirme contra ellos. Lo que más quiero es medirme, ver en qué estado estoy. Y lo tengo que disfrutar.

-Siempre se habló de vos como un talento NBA, por tu estilo, recursos y demás. ¿Por qué pensás que se te termina dando, por qué se concreta?

-Por las ganas de mejorar día a día. El club me apoyó mucho en eso. En Quilmes yo estaba en una zona de confort donde realmente no entrenaba y jugaba sólamente por instinto y talento. Y acá en Baskonia no me alcanzaba con eso. Acá me tuve que enfocar mucho en lo profesional, en cosas como la comida, el entrenar horas extras para poder mejorar en todos los aspectos. Al final, si al talento no se lo entrena no sirve para mucho. Yo realmente disfruto de la oportunidad que me dio el club para poder mejorar como persona y profesional.

-Está claro que cualquier franquicia lo iba a hacer especial, pero con los Knicks es aún más, ¿no?

-Para mí es increíble. Llego a una de las mejores ciudades del mundo, al estadio mítico donde todos quieren jugar y quieren hacerlo bien, a un franquicia histórica que está ahí desde el primer momento. Uno cuando va a New York quiere ver a los Knicks, y para mí es totalmente un privilegio estar ahí, compartir con estrellas como Derrick Rose... Que los entrenadores estén contentos por mi llegada también es muy bueno y un privilegio.

-¿Cómo ves lo que viene? Parece complejo pensar en jugar de entrada por los tiempos, pero después llegan semanas y meses de pura evaluación donde cada paso que des estará pensado o puede impactar en tu futuro para la próxima temporada.

-Sí, es difícil pensar en jugar esta temporada, porque el equipo ya está armado, llegaron a Playoffs jugando de una manera y no va a cambiar mucho. Intentaré estar lo más posible, mejorar y ver si en algún momento puedo estar, pero como el entrenador dijo es más una cosa de verano, más un tema de prepararme, trabajar, ir a los Juegos Olímpicos si se hacen, intentar jugar bien para demostrar que vean que no estoy ahí de regalo. Pero para lo que más voy a estar ahí es para entrenarme y romperme el c*** trabajando.

-¿Es cierto que tu única exigencia será la renovación de Derrick Rose?

-Ojalá (risas). Me encantaría, me encantaría conocerlo, uno siempre sueña hacerlo con un ídolo. Derrick Rose para mí siempre lo fue. Compartir equipo con él hoy en día es increíble.

-¿Hay otros referentes más allá de él?

-Al final hay una estrella en cada equipo, y uno siempre intenta copiar, no sé, el tiro de Curry, el dribling de Kyrie Irving o Lillard. Son estrellas de las que intentamos aprender, pero una vez que los enfrentás sos el rival y no podés permitir que te gane la magnitud de esos jugadores.

-Te tocó Dusko Ivanovic en Baskonia y ahora te toca Thibodeau en New York. ¿Cómo es Luca siendo entrenado por tipos tan estrictos?

-Al final, más allá de lo estricto que haya sido Dusko, ha sido clave en mi carrera y ha exprimido lo mejor de mi. Si bien es un entrenador con el que uno se cansa de estar entrenando todos los días al 100%, al final eso te termina mejorando como jugador. En mi carrera fue clave que pueda dara ese paso, y quizás eso me ayuda a adaptarme a la filosofía de mi nuevo entrenador.

-¿Cómo ves tu juego en la transición NBA?

-Creo que todo lo puedo mejorar un poco. Tendré tiempo para la técnica individual, que la necesito mejorar, como el dribling, el tiro porque es clave porque nosotros no somos muy explosivos y es algo importante en esta liga. Tengo que mejorar los porcentajes desde la línea de 3, que sé que está lejos. Y quizás también hay que enfocarse en el juego sin balón, que también es clave.

-Me hablabas de la imagen de Manu y de los jugadores que llegaron después. ¿Qué se siente ser parte del mismo fenómeno ahora? Porque se pensaba que después de Manu iba a ser complicado, y ahora vos sos parte del mismo fenómeno con Facu (Campazzo), Tortu (Deck) y el resto.

-Es increíble. Uno sueña con llegar a lo más alto y copiar a sus ídolos, más si son de tu misma nacionalidad. Estar ahí con los mejores del mundo, qué se puede decir. Es un orgullo, porque trabajaste toda su vida para esto. Y tener al lado a chicos con los que venís compartiendo tanto será muchísimo mejor.

-Cuando fueron campeones de la ACB, dijiste "la vida es buena, les juro que la vida es buena". Vaya si es real esa frase que salió tan de adentro,¿no?

-Se me viene a la cabeza ese momento, viendo a mis compañeros festejando un título después de 10 años. Salió de adentro, y en mi vida por lo menos es así, la vida es buena. Más allá de las piedras del camino, termino reconfortándome de las cosas buenas que me pasan. Uno siempre dice que tiene que disfrutar pero al final no es fácil. Pero yo me obligo a disfrutar porque estas cosas se dan una sola vez en la vida.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Leandro Fernández Photo

Editor Jefe de las ediciones en español de The Sporting News.