Especial: viaje a los orígenes de Luka Doncic en Eslovenia, el niño cuyo juguete era una pelota de baloncesto

Luka Doncic

Con 21 años recién cumplidos, Luka Doncic se está convirtiendo en una de las grandes estrellas de la NBA y no son pocos los que le comparan ya con las leyendas de la Liga. El joven esloveno parece estar destinado a hacer historia y, aunque apenas supera la mayoría de edad, muestra una determinación, un carisma y una madurez que sorprenden a propios y extraños. Pero, ¿de dónde viene tanto talento? ¿Siempre fue así? Viajamos a Liubliana para responder estas preguntas. Allí nos encontramos con una historia que arrancó casi el mismo día en que Wonder Boy llegó al mundo...

Liubliana es la capital de Eslovenia, pequeño país situado a medio camino entre Europa Central y los Balcanes, que, pese a contar con apenas dos millones de habitantes, ha visto crecer a varios jugadores que dejaron y siguen dejando huella en la NBA. Entre ellos Goran Dragic, Beno Udrih y Sasha Vujacic. El baloncesto es la gran pasión nacional, por lo que a lo largo de sus ciudades se pueden ver campos de juego en todos los parques públicos.

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Sasa Doncic, el padre de Luka, también fue jugador y destacó en varios equipos de Eslovenia, Serbia y Francia. Hoy, es entrenador del Ilirija, en Liubliana, y recuerda los primeros días de Luka, allá por 1999: “Puedo asegurar que desde el día en que nació, mi hijo es un fanático del baloncesto. Su madre le llevaba a mis partidos, donde ocurría algo increíble: pese a ser un bebé muy inquieto que estaba todo el día llorando, una vez empezaba la accón, se calmaba y no se movía más.

“El espacio en nuestra casa era demasiado pequeño, pero él jugaba contra la pared ya a los 2 años con una pelota para niños. Luego, a medida que fue creciendo, tuvimos que comprar otro balón”, prosigue mientras mientras bucea en su memoria. “Muchas de las cosas de la vivienda terminaron rotas, los cristales quebrados... Por suerte, la cancha del vecindario estaba a 15 metros de donde vivíamos. Luka estaba todo el día allí”.

A medida que el joven Luka fue creciendo, la pasión por el baloncesto se fue trasladando a otros ámbitos lrjos del hogar familiar. Sin embargo, según cuenta Sasa, al principio el chico no había decidido qué deporte quería practicar: “Él estaba todo el día con la pelota, pero con cualquier pelota: de tenis, de fútbol, de baloncesto, balonmano o waterpolo. Era un buen jugador de fútbol. Probablemente por mi influencia, además de que iba a todos los partidos, terminó eligiendo el basket”.

Luka Doncic

Tine Ruzic, actual encargado de prensa del Olimpija Ljubljana, el club en el que Luka dio sus primeros pasos como jugador, también guarda su particular historia de aquellos primeros años. “Yo trabajaba en una tienda deportiva, en un gran centro comercial, y todas las semanas aparecían Luka y su madre. Él se quedaba mirando zapatillas, pelotas, camisetas de baloncesto, maravillado. No siempre compraban, pero siempre volvían a aparecer”.

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Con el transcurso de los años, la pasión de aquel niño por el baloncesto se fue agigantando cada vez más. La tribuna ya no le valía: en los descansos de los partidos que su padre jugaba, él entraba con otros chicos al campo y aprovechaba la ocasión para pasar la pelota, tirar al aro y jugar con los amigos de su edad.

“Siempre competía contra chicos más grandes”, explica su padre. “Cuando tenía 12 o 13 años, le veía jugando partidos de tres contra tres contra jóvenes hasta seis años mayores que él. No sólo les trataba de tú a tu; sino que terminaba siendo el líder de sus equipos”.

“Ahora está sucediendo lo mismo que yo vi durante su infancia -agrega-: tiene sólo 20 años, pero se ha convertido en el líder de los Dallas Mavericks. Esto pasa porque Luka ya estaba muy acostumbrado a tomar papeles importantes en equipos con gente mayor desde bien pequeño. Esa condición es algo con lo que uno nace: hay muchos grandes jugadores, pero sólo algunos llegan a ser líderes. Y él es uno de ellos”.

La carrera del nuevo chico maravilla comenzó en el año 2007, cuando sólo tenía ocho años de edad. Aquella temporada, Sasa jugaba en el Olimpija, el club más importante de la ciudad, y llevó a su hijo para que se integrase en el equipo infantil. Grega Brezovec fue el entrenador que recibió a Luka aquel día. Jamás olvidará lo que sucedió.

“Era un otoño soleado, yo había comenzado poco tiempo atrás como entrenador de menores y me acuerdo que un día Sasa me preguntó cuándo eran los entrenamientos para chicos de la edad de Luka. Entonces, un lunes vino a su primer entrenamiento. Era tan bueno y marcaba tanto la diferencia que sólo duró 16 minutos conmigo: le mandamos con el equipo de menores de 12, que dirigía Jernej Smolnikar y en el que había chicos tres años mayores que él.

“Ese año también le dirigí en un torneo de menores de 10 años. Hay algo que es muy importante para mí: pese a ser considerablemente mejor que el resto de sus compañeros, era un gran jugador de equipo y un líder positivo. Se notaba claramente que el baloncesto corría por su sangre”, añade su primer coach.

Jernej Smolnikar, que fue el técnico que compartió con él varios años durante su etapa infantil en el Olimpija, ratifica las impresiones de su colega: “Fui su entrenador desde los 9 a los 12 años, lo veía seis días por semana. Era muy dominante en su juego y poseía una inteligencia muy grande para este deporte. No tenía ningún sentido que entrenare con chicos de su edad”.

¿Cómo era Luka fuera del campo? Jernej asegura: “Le encantaba pasar tiempo con sus compañeros. Siempre estaba riendo. No estoy bromeando: pensaba en baloncesto el día entero. Parecía que vivía para ello. Y como era muy bueno, a veces se podían ver algunos celos de parte de otros jugadores del equipo, o hasta de los padres de éstos...”.

A la hora de recordar cómo era Luka lejops del parqué, en su vida cotidiana, Sasa sonríe y piensa en aquellas mañanas en las que su hijo salía temprano rumbo a la escuela. “Era un alumno aceptable pero no de los mejores. Todos sabíamos que no iba a ser científico, que no descubriría un nuevo planeta. Pero venían las profesoras y nos decían: ‘todo el tiempo está enfocado en el baloncesto’. Basket, basket, basket… era lo único en o que pensaba”.

“Pagábamos la suscripción de TV y teníamos un montón de canales diferentes para ver. Pero Luka jamás se interesó por los dibujos animados, ¿Sabes qué miraba?” pregunta su padre. No hay necesidad siquiera de arriesgar con la respuesta...

Luka Doncic NBA Real Madrid

En 2012, con 13 años y tras pasar seis temporadas en las categorías inferiores del Olimpija, Luka se integró en la cantera del Real Madrid, uno de los clubes más importantes de Europa. Por entonces, su extraordinario juego había dejado de ser un secreto sólo conocido en Eslovenia. Meses antes había anotado 54 puntos al conjunto italiano Lazio Basket en la final de un torneo infantil.

“Creo que para él fue muy bueno irse tan joven a otro país. Eso le sirvió para empezar de cero y salir de su zona de confort. Además, se marchó a Madrid, una gran ciudad en la que vive más gente que en toda Eslovenia. Aprendió otro idioma, conoció otra cultura...", reflexiona Sasa, quien afirma: “España mejoró a Luka: fue en el momento preciso de su carrera”.

En 2015, con 16 años y dos meses, Luka se convirtió en el jugador más joven en debutar en el primer equipo del Real Madrid. A partir de la primera pelota que cayó en sus manos su trayectoria se disparó de forma meteórica. Su presentación fue un triple en aquel duelo ante el Unicaja. Después llegaron varios récords, tres Ligas ACB, dos Copas del Rey y en 2018 la Euroliga, el más importante de los trofeos del Viejo Continente. El joven esloveno contaba con 19 años y ya tenía en su haber siete títulos (también una Intercontinental) y un histórico oro europeo con su país en el Eurobasket 2017.

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Como viegente MVP de la Euroliga y Liga Endesa, el siguiente paso fue la NBA, donde lo que está logrando en su primer año con los Dallas Mavericks es sencillamente descomunal: promedios de 21,2 puntos, 7,7 rebotes y 5,9 asistencias. Apenas un rookie en toda la historia (Oscar Robertson) cerró la temporada de su estreno con promedios de al menos 21+7+5. “Sin duda, hoy es el gran deportista de nuestro país -destaca Tine Ruzic-: la gente lleva con su camiseta y aunque los partidos de la NBA se transmiten por la madrugada, en los bares mucha gente se junta para verlos y animar a Luka.

#Doncic

¿Cuál es el techo de Luka, aquel muchaco que idolatraba a Drazen Petrovic, que jugaba ya con una pelota incluso antes de poder caminar, que en su primer año en la mejor liga del mundo sorprendió hasta al mismísimo Michael Jordan y se convirtió en el principal candidato a ganar el premio al Mejor Rookie del Año?

Habla su padre. “Hace cinco o seis años hubiera dicho que, dado su potencial, el cielo era el límite para ñel. Ahora digo que éste es todavía mayor. Llegó con 19 años a la NBA y parece que llevase dos décadas jugando alli. Todo depende de él: las cosas en el mundo cambian muy rápido, hay muchísimos jugadores y así como hoy eres el mejor, mañana nadie se acuerda de ti. Pero si sigue así, creo que puede entrar en la historia”, manifiesta con ilusión.

Brezovec, aquel que le vio llegar a su primer entrenamiento y que se enorgullece de “haberle dirigido durante sólo 16 minutos”, tiene la palabra final: Luka es como MacGyver. Si el famoso personaje salía airoso de cualquier situación con una navaja suiza, él tiene una pelota de baloncesto. La pelota es su juguete, su trabajo y su solución para todos los problemas. No alcanzo a imaginar lo lejos que puede llegar si trabaja duro y continúa disfrutando de esta manera”.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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