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El camino de las estrellas del baloncesto europeo en la NBA: desde Fernando Martín y Drazen Petrovic hasta Luka Doncic

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Fernando Martin Drazen Petrovic Luka Doncic

La NBA está más internacional que nunca. De los 38 jugadores que formaron parte en alguna de las últimas dos ediciones del All-Star Game, 10 son foráneos, mientras que cinco de los jugadores escogidos con el primer pick en los últimos siete Drafts son de origen extranjero (aunque todos salieron del sistema universitario estadounidense).

Esta es la evolución de un camino que comenzó a abrirse en los últimos años de la década del 80, que creció en los 90 y que se potenció muy fuerte en los inicios de los 2000. Los internacionales en la NBA son cada vez más. Pero no todos llegaron con el cartel de los casos que vamos a repasar a continuación: hombres (algunos saliendo de la adolescencia) que ya eran megaestrellas en el viejo continente y los mejores del baloncesto FIBA, para los que la NBA representaba un desafío diferente al caso de chicos que llegan desde la NCAA o acostumbrados a un rol más pequeño en su mismo país. 

Desde Fernando Martín hasta Luka Doncic, fueron varias las estrellas que cruzaron el charco, con distinto éxito. La NBA previa al siglo XXI era un contexto hostil para los foráneos, con el prejuicio de que eran jugadores "blandos", uno que todavía no se terminó de borrar en un 100%, por más internacionales que haya. Así, apenas un jugador de una liga europea fue elegido con el primer pick del Draft en toda la historia: el italiano Andrea Bargnani en 2006, alguien que ya mostraba mucho potencial en la Euroliga con 20 años pero que lejos estaba de dominar la competición. 

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Fernando Martín y los Drafts de 1985 y 1986 

fernando martin julius erving portada

El primer europeo de la liga no criado en Estados Unidos y sin paso por NCAA fue el interior búlgaro Georgi Gluchkov, fichado por Phoenix Suns en 1985, pero apenas duró una temporada en la liga norteamericana. Un año antes, por caso, New Jersey Nets había elegido a la leyenda brasileña Oscar Schmidt, el máximo anotador de la historia de los Juegos Olímpicos, que nunca jugó en la NBA.

En ese mismo Draft de 1985 en el que eligieron a Gluchkov también apareció, bastante más adelante (elección número 38, en la segunda ronda), el pívot español Fernando Martín, figura del Real Madrid y múltiple campeón en Europa con apenas 23 años. Unas rondas después, con el pick 77, Atlanta Hawks escogió a un tal Arvydas Sabonis, que a los 20 años ya comenzaba a ser considerado el mejor jugador del viejo continente. Pero esa elección de Sabonis fue nulificada porque aún no tenía 21 años, y además, sacarlo de la Unión Soviética sería muy complicado. 

Sabonis volvió a ser escogido en el Draft de 1986, ahora por Portland Trail Blazers con el pick 24 de la primera ronda. Sabas ya causaba semejantes buenas impresiones como para que arriesguen una elección de la primera ronda por él, a pesar de que ya había sufrido su primera lesión seria. Aquel Draft de 1986 tendría a otra sensación europea que tardó unos años en llegar a la NBA: el yugoslavo Drazen Petrovic, escogido con el pick 60 también por los Blazers, después de haber ganado las Euroligas de 1985 y 1986 con el KK Cibona, sobre el Real Madrid de Martín y el Zalgiris Kaunas de Sabonis. 

Mientras tanto, Martín pasaba la 1986-1987 con la franquicia de Oregon, pero el madrileño no recibió demasiado peso junto a Clyde Drexler y compañía: promedió 6 minutos por noche en 24 partidos y decidió volver al Real Madrid, donde estaba mucho más cómodo.

"El quinteto de la Green Card"

Drazen Petrovic

"El quinteto de la Green Card". Así se denominó a un grupo de cinco jugadores de Europa del Este que llegaron a la NBA para la temporada 1989-1990, los sucesores de Gluchkov y Martín. Se trataba de los soviéticos Sarunas Marciulionis y Alexander Volkov y los yugoslavos Drazen Petrovic, Vlade Divac y Zarko Paspalj. Todos ellos ya eran jugadores destacados en Europa, medallistas en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 en los que la URSS y Yugoslavia dejaron a Estados Unidos en el tercer escalón del podio, pero la verdadera gran figura era Drazen, ya con 25 años (misma edad que Marciulionis y Volkov). 

La suerte de este grupo fue dispar: Paspalj, firmado por San Antonio Spurs sin ser drafteado tras ser uno de los miembros del quinteto ideal del Eurobasket 1989, apenas jugó 28 partidos en San Antonio, promediando 6,5 minutos. Volkov, otro elegido en el Draft de 1986, tuvo más oportunidades en Atlanta Hawks, llegando a promediar 8,6 puntos, 3,4 rebotes y 3,2 asistencias en la franquicia de Georgia, pero en 1992 eligió volver a Europa para jugar en el Reggio Calabria italiano. 

En California, Divac y Marciulionis la pasaron bien: el pívot elegido por Los Angeles Lakers con el pick 26 del Draft de 1989 se adaptó rápido, estuvo entre los mejores novatos y duró 16 temporadas en la NBA, llegando a ser All-Star en 2001 y a ser titular en más de 110 partidos de Playoffs. Sarunas, en tanto, maravilló con sus movimientos ofensivos, promedió 18,9 puntos por partido en la campaña 1991-1992 y no regresó a Europa, retirándose en Denver Nuggets en diciembre de 1996 debido a problemas físicos.

El caso especial fue justamente Petrovic. El "Mozart" del baloncesto llegó a un gran equipo como esos Blazers de la temporada 1989-1990 (fueron finalistas) pero, como había sucedido con Fernando Martín, el entrenador Rick Adelman no le daba lugar y lo limitaba a un rol de tirador puro, siendo Petrovic un jugador acostumbrado a hacer mil cosas más. Promedió 12,6 minutos en el primer año y jugaba 7,4 en su segunda campaña. "Nunca en mi vida estuve sentado en el banco de suplentes y no quiero hacer eso en Portland", declaraba el croata. 

Por suerte, New Jersey Nets lo rescató. Drazen llegó a la franquicia del Este en enero de 1991 y tras un periodo de adaptación en la segunda mitad de esa temporada, explotó en la campaña siguiente. Aportó 20,6 puntos, 3,1 asistencias y 3,1 rebotes en la 1991-1992, y 22,3 tantos, 3,5 asistencias y 2,7 rebotes en la 1992-1993, en la que con su 45% de acierto en triples se ganó un lugar en el tercer quinteto All-NBA. Petro era el primer europeo considerado una estrella en la NBA, aunque injustamente no fue seleccionado para el All-Star Game de 1993. Entonces ocurrió la tragedia el 7 de junio de ese año, cuando falleció en un accidente automovilístico en Alemania. Un final muy temprano para uno de los mejores de la historia europea.

Toni Kukoc, otro mago yugoslavo

Toni Kukoc

Como Petrovic o como Luka Doncic, Toni Kukoc pertenece al exclusivo club de jugadores que revolucionaron el baloncesto europeo siendo apenas adolescentes. Este alero con habilidades de base y cuerpo de interior fue el nuevo dueño de Europa en los inicios de la década del 90, mientras que su compatriota Petrovic, que había dejado el trono vacante, intentaba hacerse espacio en la NBA. La gran explosión sucedió en 1990: Kukoc, de 21 años, fue elegido MVP del Mundial 1990 que ganó Yugoslavia, fue MVP y máximo anotador de las finales de la Euroliga que conquistó con la Jugoplastika, y fue drafteado por Chicago Bulls con el pick número 29 del Draft NBA.

Es impensable hoy que un jugador con semejante currículum salga en la segunda ronda, pero así eran las cosas entonces. Toni, apodado "La Pantera Rosa", no saltó directamente al equipo de Michael Jordan, Scottie Pippen y compañía: era difícil arreglar los términos con alguien que ya dominaba Europa y era tratado como estrella en el Benneton Treviso, donde jugó desde 1991 hasta 1993. Finalmente, y a pesar de que MJ y Pippen se encargaron de tratar de no dejarlo bien parado en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, Toni llegó a los Bulls para la campaña 1993-1994: lo hizo a los 25 años, la misma edad que Drazen en su momento.

El alero estaba en su plenitud y encontró en el rol de sexto hombre su espacio ideal en esos Bulls: fue el mejor en ese papel durante la temporada 1995-1996, promediando 14 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias por partido a lo largo de poco más de seis temporadas y obtuvo tres anillos de campeón, siendo el primero de los "cracks" FIBA en consagrarse en la NBA, la cuál abandonó en 2006, cuando se retiró en Milwaukee Bucks con 37 años.

Sabonis y una llegada tardía

Arvydas Sabonis

En 1995 fue el momento de debutar en la NBA para Arvydas Sabonis. Para entonces el pívot lituano ya tenía 30 años, muchas lesiones y casi 15 años en el baloncesto profesional encima. Eso y su cuerpo de 2,21 metros no eran el mejor combo: Sabas ya estaba lejos de ser aquella bestia enorme que se había consagrado en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 y a la que los Blazers habían drafteado nueve años antes, en 1986. 

Todos los estudios médicos previos a su firma de contrato para la temporada 1995-1996 daban malos resultados, pero Portland igual fue a por el pívot que era en ese momento el MVP de la liga española y que había llevado al Real Madrid a la conquista de la Euroliga 1994-1995. Es que Sabonis era tan pero tan bueno que podía impactar igual en el juego. En su primer año finalizó segundo en las votaciones para mejor novato y mejor sexto hombre, promediando 14,5 puntos, 8,1 rebotes y 1,8 asistencias por partido en apenas 23,8 minutos. Cuando su estado físico lo permitía era titular, y en la campaña 1997-1998 llegó a promediar un doble-doble: 16 puntos y 10 rebotes por partido, con 33 años.

Mientras que el lituano estuvo en los Blazers, Portland siempre se clasificó a Playoffs, llegando a poner contra las cuerdas a Los Angeles Lakers en el año 2000 (los de Oregón cayeron en el séptimo partido de las finales de conferencia debido a un pésimo cierre). Sabas se despidió de la liga en la 2002-2003, con un rol muy limitado por sus 38 años, pero como un favorito de los fans de los Blazers, siendo el primer jugador internacional destacado de una de las dos primeras franquicias que apostó fuerte por el mercado europeo (la otra fue Atlanta Hawks). Sólo queda la duda de qué hubiera pasado si hubiese llegado a la NBA en aquel 1986 y hubiese sido parte, en plenitud, de aquella época dorada de los pívots.

Manu y Pau, dos emblemas de una nueva era

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Con algunas puertas abiertas por Petrovic, Kukoc, Sabonis y compañía, la perspectiva con la que se observaba al talento de las ligas europeas ya era distinta en el inicio del siglo XXI.

Siguieron llegando más jugadores desde Europa, algunos con más suerte como Dino Radja o Zydrunas Ilgauskas, otros a los que la NBA no los tentó demasiado y la abandonaron, como Sasha Danilovic o Sasha Djordjevic. Dos talentos muy jóvenes que serían estrellas de la década del 2000 llegaron en 1998: Peja Stojakovic (máximo anotador de la Euroliga 1997-1998, había sido drafteado #14 en 1996) y Dirk Nowitzki (jugaba en la segunda división de Alemania).

Pero los dos siguientes que llegaron como estrellas europeas y agrandaron aún más las puertas fueron Manu Ginóbili y Pau Gasol.

El argentino, elegido con el pick 57 en 1999, cuando todavía jugaba en la segunda división de la liga de Italia, se transformó en una gran figura en los tres años que pasaron entre su Draft y su aterrizaje en la NBA. En ese período Ginóbili se coronó como MVP de Italia y de la Euroliga, ganó la máxima competición del Viejo Continente y fue el líder del equipo argentino que llegó a la final del Mundial 2002, siendo la primera selección en ganarle a unos Estados Unidos compuesto por jugadores de la NBA. Inmediatamente demostró en San Antonio Spurs que merecía un lugar en la rotación, promedió 27,5 minutos por partido en los Playoffs del título de 2003 y durante los siguientes 15 años fue un jugador fundamental para la franquicia texana, ganando tres anillos más, a la par que conquistaba logros grandísimos con la selección de Argentina, como el oro olímpico en Atenas 2004.

El español fue, en el Draft de 2001, alguien que logró algo impensado años atrás: lo escogieron con el tercer pick tras una gran temporada 2000-2001 con el FC Barcelona. Mejor aún le fue en su primera campaña NBA, promediando 17,6 puntos, 8,9 rebotes y 2,1 tapones en Memphis Grizzlies y siendo premiado como el Rookie del Año. De ahí en adelante le llegarían más exitos, tanto con la selección de España con la que ganó un Mundial, tres Eurobasket y tres medallas olímpicas, como en Los Angeles Lakers, donde ganó los campeonatos de la NBA de 2009 y 2010. 

Luka y un éxito esperado

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En la NBA de Ginóbili y Gasol, ya a ninguno de los dos se le hubiese ocurrido regresar a Europa en su plenitud. De la misma forma, tampoco se cruzó por la cabeza de Luka Doncic no saltar a la mejor liga del mundo ante su primera oportunidad. El esloveno que había debutado en el Real Madrid a los 16 años, a los 19 ya era el mejor jugador del baloncesto europeo sin discusión, tras coronarse en la Euroliga con el Real Madrid y el Eurobasket con la selección de su país. Por eso todavía suena increíble que no haya sido escogido con el primer pick del Draft y que haya sido relegado a la tercera elección, por detrás de DeAndre Ayton y Marvin Bagley. 

Luka es tan bueno que arrasó con el premio de Rookie del Año en la 2018-2019 (21,2 puntos, 7,8 rebotes y 6 asistencias) y que ya se metió en la conversación por el MVP en el inicio de la 2019-2020, en la que lleva unos 28,7 tantos, 9,3 rebotes y 8,7 asistencias con 21 años cumplidos durante el curso del campeonato. Un éxito esperado pero a una velocidad vertiginosa, con un techo que todavía desconocemos. Los Petrovic, Kukoc, Sabonis, Ginóbili, Nowitzki, Gasol, le abrieron el camino tanto a él como a Giannis Antetokounmpo (llegó a la NBA desde la segunda división de Grecia en 2013) y a todas las figuras internacionales de hoy en día. Ahora es momento de que ellos terminen de conquistar la mejor liga del mundo.  

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Agustín Aboy Photo

Agustín es productor de contenidos para Sporting News.