Finales NBA 2021: ¿Qué tiene que mejorar Milwaukee Bucks para igualar a Phoenix Suns? Tres claves

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Si hay algo que ha caracterizado a los Milwaukee Bucks de Mike Budenholzer desde que este llegase al banquillo ha sido la puesta en marcha de un sistema fijo, sumamente estructurado y, en ocasiones, estanco. Una serie de características que para la temporada regular ha resultado ser sumamente válido y eficaz, convirtiendo al conjunto de Wisconsin en un contender perpetuo. No obstante, en los Playoffs esta filosofía conservadora no ha tenido tanto éxito, llegando a convertirse más en una losa.

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La identidad de este proyecto está muy clara, sus focos muy definidos y en caso de duda los jugadores sobre el parqué saben cómo actuar según unos roles. Sobre el papel este es el escenario ideal para todo técnico, pues sus pupilos siempre ejecutarán el plan marcado al inicio del encuentro sin salirse del guión incluso aunque los resultados no sean instantáneos. 

En esa eterna dicotomía entre gloria y ruina a los Bucks la moneda les ha caído de cara en estos Playoffs, llegando a las Finales y estando a tan solo 4 victorias de lograr el campeonato. La persistencia en su filosofía, su sistema y sus automatismos son lo que les llevó a barrer a Miami Heat, destronar a los favoritos Brooklyn Nets y finiquitar a los irreverentes Atlanta Hawks. Pero como se vio durante el Game 1 ante Phoenix Suns, esa negativa a ajustar y seguir firme al plan marcado no resultó muy satisfactorio para sus intereses. Un Chris Paul inspirado, autor de 32 puntos y 9 asistencias, fue el encargado de guiar a los de Monty Williams al triunfo por 118-105 en un primer partido que estos controlaron a placer. 

Con el Game 2 a la vuelta de la esquina (jueves a viernes, 3:00h) los Bucks tienen que reorganizarse y detectar aquellos puntos donde flaquearon si no quieren emprender el viaje de vuelta a Milwaukee con un 2-0 en contra. ¿Qué deberían cambiar? A continuación, tres claves a tener en cuenta.

1 - Una estrategia diferente en defensa

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Mike Budenholzer quiso arriesgar ysorprender a los Suns en el inicio de la eliminatoria con un planteamiento que habían realizado en pocas ocasiones a lo largo de estos Playoffs con relativo éxito. Estamos hablando del cambio en los bloqueos directos, una estrategia muy extendida dentro de la NBA y que en los últimos años ha ido ganando peso como manera de frenar las posibles ventajas que el oponente puede sacar de una pantalla y continuación. Hasta el Game 1 habían defendido en switch un total de 120 situaciones, un número considerablemente menor en comparación a la defensa más habitual en este tipo de acciones, por la que el interior se hunde para proteger la pintura y el emparejamiento del manejador pasa por arriba el bloqueo. 

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Para llevar a cabo una defensa de cambios que sea eficiente en estos niveles de competición hacen falta tres cosas. Primero, contar con una alineación que pueda emparejarse con prácticamente todo tipo de posiciones independientemente del hándicap físico que pueda haber, ya sea por altura o velocidad. Segundo, se ha de ser agresivo a la hora de detener el balón pues si al cambiar el que se queda sobre el manejador no está lo suficientemente activo la ventaja del rival se incrementa, pudiendo conectar automáticamente con el continuador en un posible mismatch. Y tercero, que los pares defensivos han de planificarse sabiendo que no van a pasar mucho tiempo sobre ellos. Para esto último veamos el siguiente ejemplo:

Los Suns, conscientes de que sus rivales van a cambiar en todo bloqueo directo, buscan el espacio y el emparejamiento que más les favorece, es decir Chris Paul contra Brook Lopez. Durante todo el choque Phoenix se limitó únicamente a explotar este tipo de situaciones de manera reiterada sin que Milwaukee le pusiera freno. En consecuencia, CP3 anotó 5 de sus 7 intentos cuando fue defendido por el pívot, mientras que Devin Booker 2 de 4. 

En honor a la verdad, Budenholzer sí que trató de modificar el planteamiento defensivo en un punto concreto del partido, pasando a lo que se conoce como over o drop, la estrategia conservadora antes mencionada. El problema es que no tuvo un efecto positivo en absoluto. Y es que cuando has acostumbrado a tu equipo a mantener una idea fija durante el partido a lo largo de toda una temporada, en el momento que es preciso ajustar el grupo no es capaz de cambiar el chip.

La defensa en cambio no es un mal planteamiento per sé para estos Bucks, pero sí contra uno de los mejores manejadores del bloqueo directo de todos los tiempos como es Chris Paul. Milwaukee cuenta con las armas suficientes para tejer una red defensiva mucho más sólida, donde PJ Tucker no sea el par principal de CP3 y lo sea Khris Middleton y que quien se junte con Deandre Ayton sea Giannis Antetokounmpo y no Lopez, pudiendo así usar al griego como punta de lanza tanto para saltar al dos contra uno como para negar la pantalla o la estrategia que se decida.

2 - De dentro afuera 

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En el Game 1 los Bucks tuvieron 13 posesiones que concluyeron en un poste bajo, logrando tan solo una efectividad de 0,67 puntos por acción, cuando en el resto del año esta había crecido a 0,92. Phoenix sabía de la importancia de contener a sus rivales en los aledaños del aro y centró buena parte de sus esfuerzos en frenarles desde ahí, siendo Antetokounmpo quien más sufrió para anotar. Pese a los datos, el poste bajo dio la impresión de ser el punto flaco del sistema defensivo de sus rivales.

En muchos casos, los equipos tienden a ser más agresivos en sus defensas en aquellas situaciones que son en realidad más débiles, tratando de camuflar sus deficiencias bajo un velo de intensidad y actividad. Durante la Fase Regular, los de Monty Williams fueron la 10ª peor defensa al poste bajo de toda la liga, concediendo 0,95 puntos por posesión, dato más que alto dado que Phoenix ocupó siempre los puestos de arriba en eficiencia defensiva. 

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Al contrario de lo que se pueda pensar, el poste bajo no es una situación que desechar en la actual NBA, no cuando se tiene a tres de los más determinantes en su posición en la actualidad como Jrue Holiday, Khris Middleton y Giannis Antetokounmpo, los cuales por sus propias habilidades pueden ser claves a la hora de anotar. La razón por la que los Bucks deberían tratar de centrar sus esfuerzos en incrementar sus acciones en los aledaños de la canasta no es únicamente para que sean ellos quienes finalicen, sino para aprovechar su gravedad ofensiva para que el resto de la defensa de los Suns se cierre, hundiéndose hacia ellos y desprotegiendo el perímetro. 

La clave reside en tratar de acumular la mayor parte de la atención de Phoenix alrededor del balón lo más cerca de la canasta que se pueda para desde ahí hilar cortes, bloqueos indirectos para tiradores y fomentar el movimiento de balón, lo que castigaría la agresividad de los Suns.

3 - Poder correr para poder dominar

Holiday

Una de las principales señas de identidad de los Bucks desde que Giannis Antetokounmpo despegó como estrella NBA ha sido el juego en transición. La dificultad para frenar al MVP griego en llegada por su diversidad de recursos, capacidad de reacción ante el rival y cómo resiste los impactos han hecho de él alguien determinante como pocos tras rebote defensivo. Si algo evidenciaron los Toronto Raptors en 2019 es que no hay nada más frágil a la vez que vital para Milwaukee que esto mismo, sus puntos en transición. Los canadienses "construyeron" un muro tras cada lanzamiento errado suyo para evitar que el alero europeo pudiese penetrar a canasta, limitándole considerablemente y mermando las opciones del equipo de Budenholzer.

Esta estrategia que fue calcada por Miami Heat en 2020 parece que ha iniciado un nuevo capítulo en las Finales de la NBA en 2021 con los Phoenix Suns como protagonistas, dejando a los Bucks sin su segunda fuente de puntos más prolífica de toda la campaña. Veamos un par de ejemplos:

Monty Williams y su staff han hecho un magnífico trabajo de scouting para anticiparse a todos los movimientos de los de Wisconsin, trabajando sobre sus tendencias y poniendo soluciones a aquello de lo que viven los Bucks. Durante el primer partido, a cada fallo en el tiro de Phoenix todos balanceaban rápido, despreocupándose de quién era su emparejamiento personal y centrándose en un solo objetivo, cerrar la pintura. Sorprendentemente, el principal damnificado de esta estrategia no fue Antetokounmpo, sino Jrue Holiday, quien tuvo una noche para el olvido. 

Los de Budenholzer han llegado a estas instancias de la competición gracias principalmente a su gran nivel defensivo, tanto individual como colectivo, lo que les ha permitido correr, jugar rápido y definir en cuestión de segundos. Pero todo esto es un círculo vicioso. Sin defensa no hay transiciones, sin transiciones no hay dominio y sin dominio ofensivo es más complejo imponerse en defensa. 

La solución para Milwaukee estaría en tratar de corregir este ajuste de Phoenix centrándose en jugar en llegada a través de algún tipo de secuencia o sistema, por muy simple que fuese, lo cual ayudaría en parte a sacar de la zona de confort a los defensores alrededor de la pintura así como obligarles a tener que ir en busca de un emparejamiento para evitar la canasta fácil. La verticalidad en los contraataques es una virtud que es garantía de éxito en el baloncesto, pero resulta muy complejo ejecutarlo con igual efectividad en unas Finales, por lo que Budenholzer ha de encontrar el modo de construir sobre el ajuste de Williams si quiere seguir con opciones.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Sergio Rabinal Photo

Sergio es productor senior de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.