Las mareas y los vientos cambian con una rapidez pasmosa en la NBA, más en los comienzos de temporada. Para Philadelphia 76ers la última semana ha sido una interminable odisea por el Atlántico en donde se han visto obligados a reencontrarse consigo mismos y tratar de buscar soluciones a problemas que acechaban con destruir su mejor inicio en casi veinte años. La suspensión de Joel Embiid, el fugaz rendimiento de Al Horford, la lesión de Ben Simmons. Todo ello desembocó en una racha negativa de tres derrotas seguidas que contrastaban con los cinco triunfos con los que dieron comienzo el curso. En la noche de hoy finalmente consiguieron desquitarse de su mala racha con su undécima victoria seguida ante los Charlotte Hornets por 114 a 106 en un partido gris de Joel Embiid con 19 puntos y 9 rebotes.
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Sin embargo, la luz la puso un joven escolta turco, que debido a la imperiosa necesidad de descargar a los titulares de peso ofensivo ha emergido como una solución a los problemas de spacing que adolece el sistema de Brett Brown. Furkan Korkmaz (1997, 2,01m) se ha asentado en la rotación del equipo en este comienzo de temporada después de pasar un año prácticamente asumiendo los minutos de la basura y las migajas que el resto del roster de los Sixers le dejaban. En los últimos 5 encuentros el turco promedia 13,2 puntos con un 50% en tiros de campo y un asombroso 53% desde la línea de tres puntos. Sorprende, sobre todo, sus actuaciones ante Blazers con el triple de la victoria, los 20 puntos en la derrota ante Suns y, más recientemente, los 17 que consiguió en el triunfo (al fin) contra los Hornets.
El segundo máximo anotador del equipo tras todo un Joel Embiid y que completó un tercer cuarto asombroso con 10 puntos que sirvieron para que Philadelphia despertase tras un deficiente segundo cuarto. Korkmaz está ayudando enormemente a desatascar una zona congestionada y atolondrada, repleta de manos y que no está sabiendo moverse sin Simmons sobre el parqué. En los últimos cuatro encuentros, los 76ers han pasado de un pobre 35% desde el triple a un 39%, todo gracias al turco, que ha anotado 12 de sus 22 intentos en los últimos 3 choques
Korkmaz, que durante el pasado curso apenas disputó 48 por decisión técnica, se ha ganado no solo su renovación a base de trabajo, sino que ha dado un paso adelante cuando nadie esperaba al turco. Si bien había dejado claro que había potencial en él como lanzador exterior, la falta de continuidad, las exigencias competitivas del equipo y su contexto le habían relegado al último asiento del banquillo. "Creo que su confianza está en su punto más alto", dijo Brown en declaraciones recogidas en el Philadelphia Inquirer.
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El escolta turco fue el encargado de hacer sonar la tradicional campana en el vestuario del Wells Fargo Center como es habitual en una noche maravillosa. "Estaba hablando con el entrenador Brett Brown, y él me decía que todo está sobre la mesa ”, aseguró Furkan tras su gran encuentro ante los Hornets. “Solo lucha por tu lugar, y si lo haces bien, te lo daré me decía. Llegué al training camp con esa mentalidad".
"Todo el mundo me decía, es la NBA, ya sabes", comentaba Korkmaz. “Muchos equipos tienen diferentes cosas en mente. Han sido dos años difíciles para mí, muchos altibajos, pero este año estoy feliz porque estoy teniendo esta oportunidad y jugando bien para este equipo", finalizaba el turco.
Un triplista que busca su hueco en la NBA con la esperanza de asegurarse un futuro brillante en uno de los mejores equipos de la competición. Si la oportunidad no viene a ti de manera natural, búscala. Así podría resumirse la mentalidad y la metodología usada por Furkan Korkmaz en este arranque de temporada. Un año clave en el que va a por todas.
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