Nikola Mirotic vivió a estas alturas del pasado año el peor momento de su carrera. Una discusión con un compañero, Bobby Portis, acabó en una agresión que le acabó mandando al hospital. Todo sólo unas semanas antes de sellar su renovación con Chicago. De golpe y porrazo, el panorama tanto para Niko como la franquicia se volvió negro. No obstante, ambas partes consiguieron salir bien paradas. Y es aquí donde entró en juego la profesionalidad del hispanomontenegrino.
Dos meses después del puñetazo y compartiendo vestuario con su agresor, volvió a jugar. Lo hizo mostrando una regularidad que antes no le habíamos visto en su carrera NBA. Exhibiendo dureza física y mental y un espectacular acierto desde el triple, el regreso de Mirotic insufló gasolina a un equipo muerto. Diez victorias en 12 partidos y unos números notables le situaron en el foco de toda la Liga. Pero él quería salir y los Bulls le dieron vía libre. Encontraron en los Pelicans la primera ronda que buscaban y el de Podgorica se aseguró antes 12,5 millones de dólares para esta temporada. Un win-win de manual.
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Aterrizó en Nueva Orleans en pleno Mardi Grass. Después de un buen inicio, en marzo tuvo un bajón del que salió indemne en el momento más importante de la temporada. Los Pelicans llegaron como un tiro a los playoffs, donde se merendaron a los Blazers de Lillard y McCollum. A los Warriors consiguieron arrancarles un triunfo en semifinales del Oeste.
15 puntos, 9,6 rebotes, 1,3 tapones y 1,1 robos fueron los promedios del internacional español en la pretemporada. A destacar su espectacular progresión defensiva. Una apariencia menos fiera en apariencia (se afeitó la barba, hasta entonces seña de identidad), pero no así en el parqué. En los últimos encuentros le vimos defender con soltura a los pequeños cuando cambiaba en defensiva y ser mucho más agresivo cerca del aro.
Prestaciones que deberá mantener esta campaña en NOLA. Ya sin Rajon Rondo, mucho más que un compañero, afronta su primera campaña completa en Luisiana como uno de los referentes. Siempre a la sombra, claro está, de un Anthony Davis que oposita al MVP. Su sociedad con La Ceja ya vimos que resultó muy beneficiosa al aprovechar ambos los espacios que el otro genera.
Se ha ido Cousins, pero la dupla tiene nuevo socio. Julius Randle apostó por los de Alvin Gentry en vez de jugar junto a LeBron en los Lakers. El ala-pívot completó una segunda mitad de ejercicio espectacular antes de abandonar LA. Randle supone un salto de calidad para el roster, pero también una incógnita. ¿Quién partirá desde el banquillo? Dando por sentado que Davis saldrá siempre, desde el inicio, por lo que hemos visto en la pretemporada parece que Gentry se inclina por darle los galones a Niko y dejar el rol de sexto hombre para Julius. Pero otra posibilidad es que el trío comparta presencia en pista, actuando de alero el ex del Real Madrid. De ahí que se clave que mantenga la explosividad y desplazamiento lateral que ya mostró el año pasado.
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La preseason no ha traído los resultados previstos. Pero no nos engañemos, poco o nada hay que extraer en la NBA de lo que en ella veamos. Lo cierto es que hay muchas ganas de ver lo que son capaces de hacer estos Pelicans en el salvaje Oeste. Un año clave para la franquicia y para un Nikola que el próximo verano será agente libre. Muchas cosas en juego.
Niko showing off the footwork 👣 ⚽️ #doitBIG @threekola #PelicansMediaDay pic.twitter.com/xqAIcScmgj
— New Orleans Pelicans (@PelicansNBA) 24 de septiembre de 2018