A la hora de armar la lista de los candidatos a partido del año, será imposible dejar fuera este Celtics-Rockets. Si el encuentro ya llamaba la atención en la previa, por el excelente presente de dos de los máximos animadores del certamen, el encuentro terminó excediendo toda expectativa y nos regaló 53 minutos de un baloncesto de altísimo vuelo, repleto de emociones fuertes.
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Finalmente, la victoria quedó en manos de Houston por 111-110 en prórroga, no sin antes vivir uno de los cierres más particulares de la actual 2019-2020. Vale la pena repasarlo.
Un cierre de película
Después de que los Celtics dominaran la primera mitad de punta a punta (56-45), los Rockets reaccionaron en el tercero para pasar al frente: parcial de 36-22 y 81-78 para los 12 minutos finales. Allí, los de D'Antoni encontraron puntos en las manos de un Russell Westbrook endemoniado, además de varias jugadas claves de Danuel House, PJ Tucker y Robert Covington, que parecían encaminarlos hacia la victoria. Restando 30 segundos, los visitantes ganaban por 101-96 y tenían la bola en su poder.
Notese que entre las figuras del último período de Houston no nombramos a James Harden. Y lejos estuvo de ser un descuido de nuestra parte. El escolta no solo tuvo un partido muy por debajo de su nivel, sino que le costó a su equipo con varios errores en los momentos claves.
Los números de Harden en los tres minutos finales lo dicen todo: falló cinco triples y perdió un par de bolas que terminaron abriendo la puerta para una furiosa remontada de Boston.
Marcus cuts it to 1️⃣! pic.twitter.com/6MYoSC47N0
— Boston Celtics (@celtics) March 1, 2020
Entre la pérdida de Harden y un libre fallado de Westbrook, los Celtics se pusieron a uno, gracias a cinco puntos consecutivos de Marcus Smart. Dos libres de Russ pusieron la historia 104-101 y para evitar un potencial triple de empate, Houston mandó a la línea a Jayson Tatum.
El alero, de imprecisa noche, falló el primero y con cinco segundos en el reloj, estaba claro que tenía que errar adrede el segundo. Así lo hizo y, cuando parecía que Harden aseguraba el rebote, apareció un manotazo salvador de Smart, para que la bola cayese en manos de Jaylen Brown. La bomba encontró la red, para poner el inesperado 104 a iguales. Tiempo extra.
Allí, Houston daría una muestra de caracter. Cuando podía bajar los brazos tras haber perdido semejante diferencia, siguió compitiendo al máximo y gracias a dos libres de Harden, se adelantó por la mínima restando 24 segundos.
Todas las miradas estaban depositadas en Tatum, pero el trabajo defensivo de Tucker para negarle el balón fue sensacional, derivando en que Brown sea el encargado de tomar el último tiro. Y esta vez, su intento sobre la marca de Covington no ingresó. El reloj llegó a cero y todos Houston respiró aliviado. El cierre del último cuarto quedó apenas en anécdota.
Un Westbrook magnífico
Westbrook tuvo otra actuación inspiradísima, demostrando una vez más, lo bien que le sienta la estrategia del small-ball de Houston. El base acabó con 41 puntos y 8 rebotes, lanzando 16-27 en tiros de campo y beneficiándose claramente de la liberación de espacios que genera el jugar con cinco abiertos.
Muy diferente fue la tarea de Harden, que si bien sumó 21 puntos y 8 asistencias, lo hizo con un 7-24 en tiros, 4-17 en triples y 5 balones perdidos. Además de sus dudas en la definición del partido.
WESTBROOK. OMG. pic.twitter.com/GGrF1fdIcI
— SportsCenter (@SportsCenter) March 1, 2020
Para destacar: la lucha en los rebotes de Covington (16) y Tucker (13), claves para que los Rockets bajasen 12 tableros ofensivos y perdiesen la lucha general apenas por uno (54-53). Ambos fueron una máquina de hacer jugadas ganadoras, como tantas otras veces en sus carreras.
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En Boston, Tatum volvió a tener números explosivos: 32 puntos, 13 rebotes y 5 asistencias, aunque no fue nada eficaz en el tiro (9-27). Además, Smart sumó 26 puntos y 7 asistencias, Brown 22 tantos y Hayward 18. ¿Los suplentes de Stevens? Apenas cuatro unidades. Demasiado poco.
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