Trae Young y Kevin Huerter, como generadores y anotadores; Cam Reddish y De'Andre Hunter, dos aleros con tiro exterior, uno más ofensivo y perimetral (Cam) y otro más grande y defensivo (Hunter); y John Collins, uno de los mejores moldes de cuatro moderno ofensivo.
Estos Atlanta Hawks son la definición de baloncesto moderno. Su columna vertebral así se compone y la complementan con piezas para tapar otras facetas, como Alen Len o Bruno Fernando como hombres grandes y más tiradores y veteranos (Allen Crabbe o Vince Carter) desde el banquillo.
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Pero hay un hombre que rompe esa tendencia, en realidad dos. Dentro de esa vorágine del pace&space y muerte de la media distancia, Jabari Parker y Evan Turner se estructuran como viejas reliquias. Como recuerdos cubiertos de polvo de una época que hace tiempo cayó en el olvido.
Turner tuvo un papel reducido y lo hizo bien, pero sin duda fue Jabari el que más destacó. Fue importante en la victoria por 117-100 en Míchigan con sus puntos desde el banquillo. El que fuese número 2 del Draft de 2014 tiene un estilo muy marcado, alejado del triple y con mucha actuación en la media distancia.
Lo que más llamó la atención fue el uso que le dieron. No tuvo la pelota en sus manos, si no que le usaron como finalizador. Parker se aprovechó de los problemas defensivos que tenía Detroit sin Andre Drummond en pista y se comió a la segunda unidad de Dwane Casey.
Con Jabari en pista, que fue clave en el tercer cuarto para cimentar la victoria, los Hawks anotaban a un ritmo de 142,2 puntos por cada 100 posesiones, la mejor cifra del equipo con un mínimo de 15 minutos de juego. El impacto ofensivo del producto de Duke fue sobresaliente: 18 puntos en 11 tiros en 23 minutos.
Apenas necesitó balón, anotó uno de los dos triples que intentó y por dentro ganó la posición en repetidas ocaiones. Juego duro y sin miedo. Eso sí, en defensa mostró sus habituales problemas. Atlanta puede usar esos puntos de Jabari Parker desde el banco en un perfil tan diferente a lo que ya tienen. Ojalá consiga estabilidad después de pasar por Milwaukee, Chicago y Washington en cuestión de meses.
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