Si había pocas dudas al comienzo de los Playoffs, Jayson Tatum se ha encargado noche tras noche de mostrar al mundo que es una realidad, que su talento está fuera de toda duda y que su participación en el All-Star Game no fue casualidad. El jugador de los Boston Celtics completó otro fantástico partido en lo individual para conducir al combinado verde de nuevo a unas Finales de Conferencia tras un año de ausencia, que serán las segundas en su carrera y las terceras de la era Brad Stevens. Una victoria por 92 a 87 que fue justa con el mejor equipo sobre el parqué pues los verdes marcaron el tempo de la eliminatoria desde el inicio en ambos extremos del campo, controlando el juego en ataque e incomodando a sus rivales en defensa.
El tapón de Marcus Smart, el trabajo oscuro de Daniel Theis, la gestión de Brad Stevens... De entre todas las razones que hicieron posible el triunfo de Celtics hay una que destaca por encima del resto: Jayson Tatum.
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El ex de Duke ha ratificado una vez más que es un talento especial, un jugador cuyas capacidades para el baloncesto le colocan como uno de los nombres a tener en cuenta en un futuro próximo al igual que la principal referencia ofensiva de los verdes en los momentos calientes. Como rookie en 2018 ya dio un inesperado salto adelante en los Playoffs incluyendo un séptimo partido frente a los Cleveland Cavaliers de LeBron James para el recuerdo y tras una segunda experiencia no muy satisfactoria, este 2020 ha servido para confirmar que es una realidad.
"Quiero decir, es un Game 7. Tienes que dar todo lo que tienes", resumió el jugador. "No querrás abandonar este partido y pensar en lo que podrías haber hecho. Lo dejas todo en el campo y creo que eso es lo que hicimos esta noche. Este es el resultado que queremos".
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Con 29 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias, Tatum fue el más destacado en todos estos aspectos estadísticos de ambos equipos, quizás no siendo todo lo eficiente que se esperaría (39% en tiros de campo), pero sí con la determinación necesaria para condicionar el partido y marcar la diferencia en un Game 7. Esta actuación marca la 29º ocasión en la que el alero ha conseguido más de 20 tantos empatando con Kevin Durant en ese sentido antes de cumplir 23 años, estando únicamente por delante de él Derrick Rose (22), LeBron James (29) y Kobe Bryant (32) según ESPN Stats y Stathead.
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"Es un poco diferente al estar en la burbuja", dijo Tatum sobre cómo impacta su experiencia previa en situaciones así. "Pero todavía se trata de unos Playoffs y este es mi tercer Game 7, tuve la suerte de ganar dos de esos y es genial estar de vuelta en las Finales de la Conferencia Este. Sé lo difícil que fue cuando perdimos en mi año de novato. Todo el mundo no tiene esta oportunidad. No lo das por sentado y esto es especial; solo quedan cuatro equipos", contó.
Su rendimiento no se centró únicamente en la anotación pues como se ha ido intuyendo a lo largo de todo el curso, Tatum ofreció una muy buena imagen como pasador y como defensor, siendo clave en el primero de los aspectos para descongestionar el ataque de Boston. “Tiene un gran sentido del juego. Y está viendo muchas defensas diferentes. En esta serie vio todo lo que pudo ver", resumió Brad Stevens. "Ha hecho un gran trabajo manejándolo".
"Creo que las dos jugadas de la noche fueron el tapón de Smart y el rebote de Tatum. Ambas fueron jugadas de esfuerzo increíble de dos de nuestros mejores jugadores. Así que tenemos suerte de seguir adelante contra un equipo y una organización como la de Toronto realmente especiales. Tatum es realmente bueno. Hace muchas cosas realmente buenas".
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Llegado a Boston en 2017 vía Draft, Tatum prontó mostró que su talento podía llegar a ser la llave para hacer de los Celtics un equipo grande de nuevo, con un desparpajo y unas condiciones técnicas que recordaban a otras estrellas del pasado. Ahora, tres temporadas después se ha establecido como uno de los pesos pesados del vestuario junto a un Jaylen Brown cuya evolución ha ido pareja a la del nativo de St. Louis y que juntos han devuelto a la franquicia a las Finales del Este. "Estoy agradecido de estar junto a esos chicos", dijo el propio Brown. "Hablé con esos tipos anoche. Le dije a Jayson Tatum que es un honor poder jugar con él y crecer. Hemos aprendido mucho el uno del otro y hemos crecido mucho. Es un gran día para mostrar el crecimiento".
Las palabras de sus compañeros no se quedaron ahí, pues el base del equipo, Kemba Walker, el cual llegó el pasado verano como un veterano consagrado a la espera de su gran oportunidad colectiva encumbró a Tatum como alguien no ya a tener en cuenta, sino a alabar. "Es una súperestrella, lo mostró esta noche. ¿Alguien tenía alguna duda de ello?", dijo el base. "Game 7, el partido más importante de la serie y capturó uno de los rebotes más importantes de la eliminatoria. Un chico especial. Trabaja duro, quiere ganar, le encanta jugar con sus compañeros, es increíble", reconocía perplejo.
Ahora, un difícil camino por delante en busca de regresar a las Finales de la NBA por primera vez desde 2010, en frente los Miami Heat que en 2012 ya les apearon de la lucha por el anillo. Ahora no habrá Big Three ni LeBron James mediante, pero sí un Jimmy Butler en racha y plena forma con un conjunto sólido y repleto de veteranos que puede dar la sorpresa. A favor de los verdes está la historia, o más bien los registros, y es que con la victoria ante Toronto Raptors, los verdes consiguen ganar su primer séptimo partido como visitantes desde 1974 ante Milwaukee Bucks, habiendo perdido 4 desde entonces (1977, 1992, 2010 y 2012). Un dato a tener en cuenta, siempre que ganaron un 7º como visitantes consiguieron el anillo: 1974, 1969 y 1968.
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