John Collins, elegible para una extensión de contrato en los próximos meses: "Quiero seguir con los Atlanta Hawks"

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La definición de interior ofensivo moderno tiene varios ejemplos de primer nivel en la NBA. Figuras como Kristaps Porzingis quedan incluso en una categoría diferente por esas características que le convierten en un unicornio. Incluso otros como Karl Towns, Nikola Jokic o Bam Adebayo, estrellas de la liga, son pívots muy diferentes a lo que se ha visto a lo largo de la historia del baloncesto.

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Aunque todos ellos son más cincos que cuatros en el baloncesto de hoy en día, existe un jugador que suele quedar en un segundo plano, John Collins. El ala-pívot de los Atlanta Hakws es algo más bajito que estos, muy atlético y menos fuerte, tiene carencias defensivas notables y un poderío ofensivo sin balón a la altura de muy pocos. Un jugador de 22 años con potencial All-Star al que le queda mucho por explotar y crecer en la mejor liga del mundo.

El asunto con Collins es que ya ha disputado tres temporadas en la NBA aunque no lo parezca. Su año rookie fue de suplente y un sólido rol de algo más de 24 minutos por noche. Ya en el segundo año disputó 59 partidos como titular, pero las lesiones le limitaron a 61 participaciones. Y en la 2019-2020, el año de su confirmación, entre la suspensión por el coronavirus y una sanción de la liga de 25 encuentros por violar el programa antidrogas apenas ha podido jugar 41 encuentros.

En esta situación y a la espera de que la liga confirme nuevas fechas, el comienzo de la 2020-2021 marcará su límite para firmar una renovación con la franquicia de Georgia. De no hacerlo, Collins será agente libre restringido en el verano de 2021.

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"Cuando hablamos de salarios máximos y dinero, siento que definitivamente estoy en la conversación para ganar ese dinero específicamente con los Hawks, pero obviamente sé que esto es un negocio y no siempre obtenemos exactamente lo que queremos", dice Collins en una entrevista con AJC. "Pero quiero ser un Hawk, quiero quedarme con los Hawks".

La progresión año a año de JC es notable, tanto en números como en facetas de juego. De se segunda a su tercera temporada, salta de 19,5 puntos, 9,8 rebotes y 2 asistencias, sin llegar al tapón por partido en 30 minutos, a producir 21,6 puntos, 10,1 rebotes, 1,5 asistencias y 1,6 tapones en 33,2 minutos. Además, su mejora en el triple es notable:

  • 2017-2018: 34% con 0,6 intentos por partido
  • 2018-2019: 34,8% con 2,6 intentos por partido
  • 2019-2020: 40,1% con 3,6 intentos por partido

"Siento que ambas partes hemos invertido el uno en el otro. Siento que los dos queremos ver que nuestras inversiones en el otro valen la pena. En ese sentido, solo quiero saber dónde estoy. Quiero saber que podemos cerrar esto (la renovación) tan pronto como pueda en lugar de tener que esperar, lo cual sé que sucede, pero cuando esperas, muchas otras cosas se arrastran mentalmente durante la temporada. El cansancio, mientras juegas, altibajos, lesiones...Pero eso también es parte de ser un atleta profesional".

Los Hawks entraban en la 2019-2020 como uno de los equipos más interesantes de ver. Una plantilla formada por jóvenes en todas las posiciones. Además de Collins y su socio en pick&roll Trae Young, están Kevin Huerter y los rookies DeAndre Hunter o Cam Redish. El problema es que Atlanta es un equipo muy débil atrás. La falta de veteranos destacados y presencias defensivas ha sido una rémora toda la campaña. Hasta la suspensión, los Hawks marchaban 20-47, penúltimo equipo del Este y tercera peor defensa de la liga.

"Quiero que sepan que no estamos tan lejos como la gente piensa", dice Collins, cuya intención es demostrar que pese a la juventud están preparados para empezar a ganar. Sin duda la incorporación de Clint Capela, que llegó traspasado desde Houston, será una pieza más que bienvenida en el esquema del también joven entrenador Lloyd Pierce, apenas en su segunda temporada como entrenador jefe.

Capela formará junto a Collins una de las parejas interiores más atléticas y con mayor capacidad de juego por encima del aro de la NBA, un recurso que sin duda Trae Young explotará de forma abusiva. Tanto Collins como Capela crearán más espacios para los jóvenes tiradores del equipo y, a su vez, el pívot suizo tendrá la tarea principal de ser el ancla atrás. Capela tendrá la misión de transformar el rendimiento defensivo y ayudar y hacer mejor a Collins.

Por supuesto esta tarea no puede recaer completamente en Capela. Será trabajo del GM Travis Schlenk el de proveer de veteranos útiles en el juego exterior que ayuden a Young y Huerter, jugadores de gran calidad ofensiva pero de serios agujeros en defensa. Y a su vez, Schlenk deberá lidiar esa renovación de John Collins y decidir qué hace con la joven figura del equipo. A un lado de la balanza, el progreso mostrado y la capacidad para producir tanto sin balón; al otro, sus problemas defensivos y de durabilidad, además de dudas que puedan existir sobre si es o no una pieza en la que invertir un gran contrato.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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