Miami Heat 118 - 120 Golden State Warriors
Quizás no haya un equipo más peligroso fuera de casa en toda la NBA como los Miami Heat. El conjunto entrenado por Erik Spoelstra siempre es un hueso duro de roer para cualquier rival y los Warriors lo han comprobado en sus propias carnes en la última noche. Un encuentro cargado de emoción hasta el final y que ha tenido polémica por diferentes decisiones arbtirales que según el entrenador de los Heat han condicionado el resultado.
Kevin Durant fue el encargado de salvar los muebles en una noche en la que las estrellas de los campeones tuvieron que emplearse a fondo para evitar una derrota. El propio Durant se fue hasta los 39 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias, siendo decisivo en la parte final del partido y acompañado en todo momento por Stephen Curry con 25 puntos y Klay Thompson con 29, continuando con el buen momento de forma que vive el tirador de los Warriors.
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— Golden State Warriors (@warriors) 11 de febrero de 2019
Los Heat dieron todo por acabar con los Warriors en su campo y asaltar la banca de la mano de un Josh Richardson que sigue demostrando su valía con 37 puntos y 8 triples que mantuvieron en los momentos de bajo rendimiento a Miami. Pero el héroe del partido fue Dwyane Wade que puso en valor su experiencia y conocimiento del juego con una exhibición en ambas partes de la cancha acabando con 10 puntos, 6 rebotes y 9 asistencias. Junto a ambos, Waiters con 24 puntos y Winslow con 22 fueron de lo mejor de los Heat.
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— Golden State Warriors (@warriors) 11 de febrero de 2019
No es extraño ver a Golden State ir por detrás en la primera parte de un partido, pero con el tiempo empieza a ser más recurrente que se les haga más pesado remontar. Richardson conducía a Miami a una renta de más de 10 puntos en el primer cuarto lo que no hizo que los Warriors despertasen, siendo los Heat capaces de ampliar la diferencia hasta los 19 puntos. En una acción desafortunada para aumentar la distancia a más de 20 puntos, los Heat fallaron, dando alas a los campeones para anotar, fue entonces, mediado el segundo cuarto, cuando se reengancharon al partido y comenzó la remontada.
Durant y Thompson fueron los artífices materiales del regreso del equipo, un conjunto sostenido por Draymond Green en el reparto del juego y que acabaría con 14 asistencias. Al final del tercer tiempo los Warriors ya habían remontado la diferencia y marchaban por 8 puntos de diferencia, pero fue entonces cuando Wade puso en valor su veteranía para poner el partido en un pañuelo.
A falta de un minuto, Wade forzaba un fallo de Durant que empataba el partido y todo se decidiría en un par de acciones. Entonces, Durant contestó con un triple y los árbitros señalaron falta sobre Cousins, mandándole a la línea donde no falló y acabando con el sueño de los Heat.
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