Kevin Love sonríe de nuevo

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¿Recuerdan a ese pívot que sorprendió en la 2010-2011 por su espectacular juego al poste y su olfato reboteador pese a ser atléticamente un jugador por debajo de la media? Esa primera versión All-Star de la por entonces estrella de Minnesota. El aliado perfecto del joven Ricky Rubio.

Kevin Love dejó a la NBA boquiabierta hace ya casi 10 años, por su desparpajo fuera de la pista y su producción dentro de esta. Tras marcharse de los Wolves sin éxito colectivo, rendir con muchos problemas en Cleveland y formar parte del anillo de 2016, Love muestra ahora su mejor versión en mucho tiempo.

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Quitando un primer duelo contra Orlando en el que lanzó poco y no brilló su acierto (11 puntos en 9 tiros), Love encadena cinco grandes actuaciones. Con dos victorias para Cleveland ante Indiana y Chicago, el bueno de Kevin promedia en estos encuentros 20,8 puntos, 14,8 rebotes y 4,6 asistencias en 33,5 minutos.

A esos buenos guarismos se añade un excelente 42,5% en triples con 8 intentos por partido, un 50% en tiros de campo y un 89% en libres.

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Love ya ha vivido muy buenos tramos de baloncesto en Cleveland. El problema ahí era la durabilidad del jugador y su estilo de juego. Porque sí, es uno de los mejores interiores desde el triple de toda la NBA, pero Kevin siempre ha sido más que eso.

En Minnesota destacó por su juego al poste, su capacidad de pase desde el interior y generar puntos principalmente en la media y corta distancia. Lo del triple siempre estuvo ahí, pero fue el jugar con LeBron James y Kyrie Irving lo que le situó como esquinero.

En este inicio está lanzando de tres más incluso que cuando jugaba con LeBron y Kyrie (todo hay que decirlo, la NBA en general ve más triples que hace dos o tres años) pero es su agresividad la que cambia. Se ha vuelto a ver durante estos encuentros a un Love agresivo. Uno que usa las fintas, busca recibir dentro y juega más de espaldas. Ese estilo que había perdido con el paso de los años en Ohio.

Quizás sea un asunto de confianza y de salud. Kevin Love es la estrella indiscutible del equipo, el mejor jugador. Mientras Collin Sexton y Darius Garland se desarrollan, el jugador formado en UCLA es su mejor pieza y su mejor activo de traspaso.

Porque, recordemos, Love firmó su renovación en el verano de 2018, poco después de la marcha de LeBron a los Lakers. Entonces esa cifra era considerada una barbaridad, pero tras una temporada 2018-2019 en la que apenas jugó y pudo descansar, y mostrar un buen nivel físico en las primeras semanas, quizás su contrato no parezca tan exagerado con las cifras que se firmaron esta pasada Agencia Libre.

Kevin Love tiene 31 años y continúa con el asterisco de la durabilidad. Le restan la actual y otras tres temporadas de contrato por 31, 31 y 28 millones, pero seguro que si mantiene las sensaciones -especialmente en el apartado físico- algún equipo se lanzará de cabeza a por uno de los mejores interiores ofensivos que ha dado la NBA en la década.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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