Kyle Kuzma está recibiendo un gran seguimiento por parte de la prensa en las últimas semanas, especialmente tras el traspaso entre Los Angeles Lakers y New Orleans Pelicans por Anthony Davis. Un movimiento que le dejó como el último resquicio del young core del equipo angelino y que le ha colocado como la gran esperanza joven de los Lakers. En este tiempo, el ala-pívot se ha esforzado en evidenciar que es imprescindible para el sistema de LeBron James y que está trabajando en elevar su juego al siguiente nivel.
A las recientes declaraciones en las que recordaba que no todo el mundo está preparado para jugar en los Lakers, Kuzma habló con el periodista de ESPN Ohm Youngmisuk con el que conversó sobre la situación de Los Ángeles y el futuro a corto plazo. "No siento la presión", relata el joven jugador, "pero creo que soy capaz de ser una superestrella". A lo que añade: "He trabajado mucho. Mi progreso a lo largo de mi carrera demuestra que puedo estar allí. He mejorado todos los años, desde la universidad hasta la fecha".
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Un jugador que ha sabido hacerse su hueco en la rotación en el equipo de James, algo que no siempre es sencillo, en donde ha sabido convertirse en un jugador imprescindible bajo su vera. El impacto de LeBron, la llegada de Davis y el cambio de ciclo en el equipo le han impulsado a tratar de alcanzar el siguiente nivel, que, al parecer, pasa por convertirse en el tercer integrante de un hipotético big three de los Lakers. "El año pasado no lancé bien a canasta y aún así promedié casi 20 puntos", comenta. "Si puedo lanzar a canasta y seguir desarrollando otras facetas de mi juego defensivamente, no veo por qué no puedo ser la tercera estrella de los Lakers", asegura.
Kuzma es consciente de que todavía está en desarrollo, su progresivo paso a paso evidencian esa tendencia. Desde irrumpir en el equipo de Lonzo Ball e Ingram tras ser un pick 27 en el Draft a hacerse con el MVP del Rising Stars Challenge en el All-Star Weekend. Ahora, desde el campus del Team USA, Kyle quiere seguir descubriendo sus fortalezas y mejorando sus puntos débiles para estar preparado para el nuevo reto en su carrera.
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"Nunca he sido un jugador dominante con la pelota", reconoce el de los Lakers. "Siempre he jugado sin balón. Va a ser un poco más fácil, voy a tener muchos tiros abiertos. Es mi trabajo confiar en mis entrenamientos de verano y lo que he hecho", finaliza.
El joven jugador de 24 años afronta la que será su tercera temporada en la NBA con el objetivo de convencer a los críticos de que no es flor de un día y seguir mejorando sus registros de 18 puntos y 5 rebotes que consiguió promediar la temporada pasada.