La decadencia defensiva de LeBron James

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Lebron james

Todo equipo que sufre cambios drásticos está obligado a vivir un necesario –y en ocasiones complicado- proceso de adaptación. Un proceso para conocerse los unos a los otros, para aprender a jugar. Y eso es lo que les está pasando a los Lakers de LeBron James.

En la madrugada del pasado 5 de noviembre los Toronto Raptors marcaron un hito en el Staples Center. El 42-17 que reflejaba el electrónico era la mayor diferencia jamás encajada por los oro y púrpura al final de un primer cuarto. Un total de 25 puntos de desventaja. Algo que nunca se había visto en los 71 años de historia Laker. 

 

 

La pasada semana Magic tuvo una reunión con Luke Walton. En este encuentro le advirtió acerca de la falta de identidad que observa en el equipo, tanto en ataque como en defensa. Después de una victoria en Portland para apaciguar los fuegos, perder ante los Raptors de esta manera (121-107) no es desde luego lo mejor que podía pasar. Un resultado que incluso muestra muy poco de la pésima primera parte que firmaron los de Walton.

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Más allá de sobrerreacciones y resultados, la defensa de los angelinos preocupa. Están inmersos en ese proceso de adaptación que comento, pero los problemas defensivos son serios. Sorprende, precisamente, por la cantidad y calidad de figuras defensivas de la plantilla, más ahora que incorporarán a Tyson Chandler.

“En el primer cuarto salimos muy flojos” comentaba LeBron al final del partido. Y tanto que sí. Fue un despropósito defensivo justificado por jugar el día anterior en el Moda Center. Con otro equipo el escándalo montado sería inexistente. Pero esto son los Lakers y LeBron James.

LeBron James, de candidato a Defensor del Año a desaparecer atrás

En 2013 Marc Gasol fue nombrado Jugador Defensivo del Año. Un reconocimiento siempre polémico, más por aquellos años, y lo hizo por delante de LeBron James, pilar indiscutible y ancla defensiva de los Miami Heat.

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No era la primera vez que terminaba en dicha posición. En 2009, año en el que consiguió su primer MVP, James también terminó segundo, esta vez por detrás de Dwight Howard. Tenía 24 años y la imagen en aquel momento es que le veríamos levantar ambos galardones juntos en algún punto de su carrera. Algo que, casi 10 años después, ni hemos visto ni veremos.

“Me siento enfadado por no haber ganado nunca el Defensor del Año. Era un reto personal y todavía lo es, así que veremos lo que ocurre durante el resto de mi carrera”. Estas palabras de LeBron son tras Las Finales de 2016, tras remontar el épico 3-1 contra los Warriors. Y ahí comenzaría la decadencia defensiva de LeBron James. 

La temporada 2016-2017, en la que Cleveland defendía el título, fue la primera en la que vimos a un LeBron dejado atrás. Su consistencia dejaba mucho que desear. Tampoco era necesario volverse loco. Equipos como los Rockets de 1995 o los Lakers de 2001 hicieron desastrosas temporadas en defensa mientras defendían el Larry O’Brien.

LeBron seguía demostrando que, cuando quería, volvía a ser esa bestia defensiva. Decidía partidos y amargaba rivales con esfuerzos sobrehumanos. En la memoria de todos continúa aquel tapón a Iguodala en el Game 7 de Las Finales de 2016. Posiblemente la jugada defensiva más importante de la historia junto al robo de Jordan antes de su ‘Last Shot’.

 

Ya sin Kyrie Irving en Cleveland, ver a un LeBron James pasivo en defensa se convirtió en hábito. La justificación era simple: los Cavs dependían absolutamente de él en ataque y el esfuerzo que requería le limitaba en defensa. O mejor dicho, se autolimitaba.

Siempre decimos lo mismo con LeBron, no necesita dar el 100%. Poco a poco pisa el acelerador, según lo requiera la situación. Y es cierto. Tan cierto como que llevamos dos Finales consecutivas viendo una menor implicación defensiva por parte de James, incluidos algunos momentos bochornosos. 

 

En Las Finales de este mismo año vimos menos veces el duelo LeBron vs Durant cuando los Warriors atacaban. Cleveland trataba de esconder a LeBron y evitar ese emparejamiento. Algo lógico por el esfuerzo titánico de la temporada e incomprensible si nos lo cuentan hace unos años.

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Precisamente ahora, en estos renovados Los Angeles Lakers, lo mejor para el conjunto era regresar a esa versión dominante de LeBron James en defensa. Él mismo confesó hace unos meses que quería jugar menos con balón y esto invitaba a un mayor esfuerzo atrás, lo que sin duda sería clave para las alineaciones pequeñas que pueda poner Luke Walton.

En los Lakers se acentúa el desastre 

 

Es curioso, pero desde hace un año prácticamente hemos visto un mayor esfuerzo defensivo de LeBron James para ganar el All-Star Game que por imponer sus habilidades en partidos de temporada regular.

Como os empezaba contando en el artículo (había mucho y divago con facilidad) la defensa de los Lakers preocupa y por mucho Tyson Chandler que llegue no se solucionará. Va más allá. De primeras sorprende, ya que Lonzo y Rondo forman una de las mejores parejas defensivas en el puesto de base de toda la liga. Caldwell-Pope y Hart destacan atrás y Brandon Ingram, pese a su falta de peso, tiene capacidades para defender. Por no hablar del inmenso inicio de curso de JaVale McGee. 

La inexperiencia de ciertos jugadores, la falta de química y de líderes vocales, la ausencia de un pívot suplente de garantías y Kyle Kuzma y LeBron James. Estos puntos configuran los problemas defensivos de los Lakers. 

 

Las imágenes se repiten partido tras partido. Decir que los Lakers son mejores sin LeBron es una osadía y una mentira, por mucho que su defensa deje que desear. Más cuando este equipo y sus formatos pequeños exigen una figura ‘Draymoniana’ atrás, como se comentaba en verano con la réplica del Quinteto de la Muerte de los Warriors en versión Laker (con LeBron atrás). Esto deberíamos verlo más veces, pero más fuerte y más repetido. 

Los quintetos con LeBron James en pista acumulan un 111’3 de ratio defensivo. Una cifra preocupante por mucho que James siempre comience las temporadas unas cuantas revoluciones por debajo. 

 

 

Ahora aprovecharán los ‘haters’ para decirlo: los Lakers defienden mejor cuando LeBron está en pista. Evidentemente no. Por mucho que se deje en este costado hemos visto unos muy ligeros ‘flashes’ de esas defensas que dominaban hace unos años la NBA. Los quintetos de Lakers cuando James descansa suman un peor 113’8 de puntos encajados por cada 100 posesiones.

Falta química y experiencia, y no siempre es culpa de LeBron. En esta jugada, por ejemplo, falta mucha comunicación en los bloqueos. Lo que extraña es esa aparente sensación de ver a un LeBron aturdido atrás. Perdido en defensa.

Estamos viendo el peor tramo defensivo de la carrera de LeBron James, incluso cuando los partidos exigen más esfuerzo y concentración. LeBron deja alguna imagen en el ‘clutch’ impropia de él.

La edad como explicación sirve de muy poco cuando hace solo unos meses le vimos dominar, como ninguno a esa edad, de forma salvaje durante la temporada regular y los Playoffs. En ataque, claro. El físico es diferente, pero continúa permitiéndole ser dominante.

LeBron James es un jugador muy expresivo. Notamos cuando está o no cerca de su máximo nivel. En su cara, en sus gestos, en su posicionamiento. Percibimos sus quejas y sus aspavientos. Y los gestos defensivos con los que arranca la temporada en Lakers son de desidia. De pasotismo.

Hemos visto como en apenas cuatro años LeBron James, uno de los mejores jugadores de toda la historia de la NBA, pasa de ser candidato al Defensor del Año a ser una de las grandes

debilidades atrás de su equipo. Acaba de empezar la temporada y sabemos que es capaz de pisar el acelerador, es cierto, pero la decadencia defensiva de LeBron viene de largo.

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