Denver Nuggets 106 - 103 Toronto Raptors
Denver ha puesto punto y final a la racha de 8 victorias consecutivas que acumulaban los Toronto Raptors de la forma más agónica posible: en un intercambio de canastas ganadoras. En este ir y venir de puntos y emociones la franquicia de Colorado ha sido la última beneficiada, no sin antes tener que sufrir de lo lindo debido al acierto de Kawhi y pasar por una de las canastas más locas que se recuerdan, que, efectivamente, no subió al marcador.
No ha valido pero menuda fantasía de Jokic esta noche en Toronto pic.twitter.com/aeNDdMAkVu
— Martin Santana (@Marnsantana) 4 de diciembre de 2018
Pese a todo, Denver y Toronto nos regalaron un verdadero partidazo. Con emoción y baloncesto de la más alta calidad durante todo el encuentro. Los 27 puntos de Kawhi Leonard supieron a poco, al igual que el fantástico tesón con el que Lowry manejó el partido, repartiendo 11 asistencias y poniendo a los Raptors por encima durante gran parte del encuentro.
MÁS | El Big Three de los Warriors se une para meter 85 y triunfar ante los Hawks; espectáculo de Curry (30)
El verdadero héroe fue el serbio Nikola Jokic que, obviando la canasta estrambótica, totalizó el juego en sí mismo, dando un verdadero recital de juego y poderío. Con sus 23 puntos, 11 rebotes y 15 asistencias se coronó como el mejor jugador del partido y el líder de los Denver Nuggets que han conseguido lo que los Warriors no fueron capaces: frenar al mejor equipo del Este en su propia casa.
Valor especial tiene este partido para Juancho Hernangómez, autor de 15 puntos, 5 rebotes y 2 robos decisivos para que los Nuggets finiquitasen la victoria y que en muchas ocasiones fue el encargado de frenar a Kawhi Leonard en defensa.
Nikola Jokic tallies his 18th career triple-double in Toronto.
— NBA (@NBA) 4 de diciembre de 2018
23 PTS - 15 ASTS - 11 REBS pic.twitter.com/r8MDFRzuq3
La figura de Jokic impregnó toda la primera mitad con un espectáculo al alcance de pocos, de una calidad técnica y de visión de juego sin igual. Todo pase posible Jokic lo imaginaba y lo ejecutaba, todo corte que se producía podía acabar de uno u otro modo en canasta. Los Nuggets lideraban gracias a él, haciendo que los Raptors no estuviesen cómodos y aprovechando su mala noche en el triple.
La primera parte se la llevaban los Nuggets con una clara superioridad en cancha que se resumía en el 59 a 47 con el que ambos equipos partían a vestuarios. Los 16 puntos de Leonard no se estaban viendo acompañados por sus compañeros, que estaban siendo ferozmente defendidos por toda la línea exterior de los Nuggets, frenando su apoyo al alero de California.
En la segunda mitad vimos a los Raptors más centrados, con las ideas claras y ejecutando el estilo que ha marcado su año. Coral, redistribuidor y con espacios para todos. En un abrir y cerrar de ojos Toronto estaba ya respirando en la nuca de los Nuggets, el partido estaba abierto, pero más tarde Murray y Jokic se encargarían de reestablecer el orden.
El último cuarto, locuras a parte, trajo la confirmación de que los Raptors podían ganar el partido, como así pareció por momentos. De esto tuvo culpa, en gran parte, el bajón defensivo que sufrieron los Nuggets de la zona hacia afuera, permitiendo que los Raptors sacasen rédito del espacio generado y recortasen la distancia de 10 puntos e incluso llegasen a ponerse por delante.
Un tiro con dos jugadores encima y casi imposible de Kawhi Leonard ponía el partido empatado a falta de 7 segundos, pero una falta sin el balón en juego de Ibaka muy protestada dio la opción a Denver de ganar desde el tiro libre. Lowry decidiría jugarse la última a la desesperada para errar y darle la victoria a los Nuggets.