La noche NBA: los Spurs renacen de sus cenizas remontando ante un gran LeBron James

DeRozan y Bertans, jugadores de San Antonio Spurs

San Antonio Spurs 133 - Los Angeles Lakers 120

Estadísticas | Resumen

En el peor momento de la temporada, los Spurs renacieron de sus cenizas para obrar su mayor remontada del curso ante los Lakers de LeBron James. Los angelinos se las prometían felices cuando tras dos triples de Lonzo y LeBron (ambos cambiaron papeles como asistentes y ejecutores) pusieron el +15 (54-69) a menos de 4 minutos para el descanso.

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Las sensaciones ofrecidas y dinámicas con las que llegaban ambos equipos dictaban que los angelinos cosecharían su quinto triunfo consecutivo y segundo ante el mismo rival. Pero San Antonio, que atraviesa por una de las situaciones más delicadas de la brillante era Gregg Popovich (no hay nadie que pueda poner en entredicho esta afirmación), se levantó. Y lo hizo, básicamente, gracias a la extraordinaria aportación de su banquillo.

DeRozan y Bertans, jugadores de San Antonio Spurs

Esa segunda unidad que lideraba Pau Gasol hasta su lesión. Pero sin la experiencia y veteranía del español, los suplentes de los Spurs se reivindicaron ante uno de los cocos del Oeste. Hasta cuatro reservas locales anotaron un mínimo de 11 puntos para llegar a un total 54. 28 más que sus homólogos visitantes. En el excelso rendimiento de los Jakob Poeltl (14+8 para el austriaco, quien recordó al jugador de la pasada campaña en Toronto), Davis (23 y 4 triples) y compañía cambió el signo del partido.

Sin duda, una de las claves para explicar el triunfo texano. Aunque tampoco hay que obviar, como recalcó después el propio Popovich, el gran trabajo defensivo en la segunda parte. Sobre todo ante el santo y seña de estos Lakers: LeBron James. El cuatro veces MVP completó, en líneas generales, una notable actuación rozando el triple-doble: 35 tantos, 8 rebotes y 11 asistencias en el global. Pero su producción quedó claramente divida en dos. Del 24+7+8 con un 9/16 en tiros del primer tiempo, al 11+1+3 con 4/12 del segundo.

LaMarcus Aldridge fue uno de los titulares que se convirtió en espectador de lujo durante todo el último cuarto. Presenció en primera fila como dos europeos de perfil bajo como Poeltl y Bertans destrozaban la defensa angelina. Ambos eso sí, contaron con la inestimable colaboración de DeMar DeRozan (36+8+9) para cerrar el encuentro. El escolta fue el encargado de poner el broche a una noche en la que el parcial de 44-21 en el último periodo señala la mayor diferencia (+23) de la historia para los Spurs ante los Lakers en cualquier cuarto

Con este triunfo San Antonio no soluciona todos sus problemas. Pero sí que puede ser un buen comienzo. Una de esas noches y uno de esos partidos que, quién sabe, pueden acabar marcando un punto de inflexión.

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