La noche NBA: Luka Doncic enamora (31) ante Pau Gasol, pero cae en la prórroga en San Antonio

Luka Doncic y Pau Gasol

San Antonio Spurs 113 - Dallas Mavericks 108

Estadísticas | Resumen

Siete partidos ha necesitado Luka Doncic para firmar su primer partido de 30 puntos en la NBA. Esta madrugada, nada menos que en San Antonio (la casa del eterno trío formado por Tony Parker y los retirados Manu Ginóbili y Tony Parker), el esloveno volvió a dejar claro que su sitio es la mejor Liga del planeta. Sólo el increíble récord de Klay Thompson logrará eclipsar el partidazo del esloveno: 31 puntos (11/18 en tiros), 8 rebotes y 4 asistencias en 40 minutos de acción. Para redondear su actuación, un +7 para los Mavericks con él sobre el parqué. Y eso que era duda por unas molestias en la espalda. "Estoy regular, pero no voy a parar", avanzó. Todo con Pau Gasol como testigo de excepción

Luka Doncic y Pau Gasol

Puede que le quede poco tiempo solo al primer europeo de la historia en ganar el Rookie del Año en la lista de ganadores. A sus 19 años, Doncic está demostrando lo que ya nos mostró aquí en el Viejo Continente. Sobrado de recursos y talento, lee y entiende el juego como un veterano. Nueva liga, ciudad y equipo para alguien que sólo es un adolescente. Pero ahí están sus números en sus siete primeras citas. 20,4 puntos, 6,4 rebotes y 4 asistencias con unos más que aceptables porcentajes (45,9% en tiros de campo y 38,8% en triples). Además de los números, su impacto en el juego es considerable. Como intuíamos, Dallas le viene de perlas. No podría haber mejor escenario para su primera toma de contacto con los mejores. Donde él pertenece. Le pese a quien le pese.

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Lástima para él que después de remontar 13 puntos a los Spurs en la primera mitad, se saliera el segundo tiro libre de Dennis Smith Jr. Un lanzamiento que hubiese evitado una prórroga decidida y justo antes forzada por DeMar DeRozan (34+6+9 y robos). Se habla mucho de Kawhi Leonard y el salto de calidad dado por los hasta ayer invictos Raptors, pero el escolta no se queda corto. Es el principal culpable de que los Spurs luzcan un esperanzador 4-2 (con un par de triunfos sobre los Lakers de LeBron) en un curso que muchos esperaban que marcaría el inicio de su declive. Es pronto para decir si estarán en abril en los playoffs, pero podemos asegurar que si no hay más contratiempos (las lesiones, no lo olvidemos, ya se han cebado con ellos en este inicio) San Antonio es capaz de competir con los mejores del Oeste. Lo que habla muy bien de la capacidad de Popovich para reinventarse. Ahora a lomos de DeRozan y Aldridge. Una pareja que está mezclando bien. También está respondiendo otro veterano como Rudy Gay. Y anoche, los puntos de Marco Belinelli desde el banquillo también tuvieron su importancia en pleno demarraje de los Carlisle en el tercer periodo. Gasol se quedó sin anotar, aunque contribuyó con 5 rebotes y otras tantas asistencias en 15 minutos.

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Ganaron los Spurs gracias a un DeRozan decidido y agresivo cada vez que enfilaba el aro. Pero si los Mavs tuvieron el triunfo a tiro se debe en gran parte a Doncic. Convirtió 24 de sus 31 tantos entre la segunda parte y el tiempo extra. Con buenas lecturas tanto de tiro como de juego, castigó a las espuelas por fuera y por dentro con sus penetraciones hasta canasta o que se quedaban a mitad de camino (floaters llaman en inglés a un lanzamiento marca registrada de Juan Carlos Navarro). Y cuando le cerraban el camino, su inteligencia y visión le permitía encontrar a DeAndre Jordan, su mejor socio.

No pudo poner el broche a su primera gran noche de verdad en la NBA con un triunfo que hubiese sido el primero fuera de Dallas. Pero le queda el consuelo de habernos enamorado un poquito más todavía. También a un Greg Popovich que le reconoció su trabajo y clase con un sincero abrazo durante el partido. Qué mejor regalo.  

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