La noche NBA: Randle y Davis ponen fin a unos Mavericks sin gasolina; Luka Doncic 8 puntos

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Doncic Dallas vs Pelicans

Dallas Mavericks 106 - 132 New Orleans Pelicans

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Se acabó la racha de los Mavericks. Esta noche New Orleans ha puesto fin a las dos victorias consecutivas que acumulaban y las 8 en los últimos 10 encuentros. Un partido en el que Dallas ha acusado el cansancio físico de su última semana de competición y en especial del partido anterior, aspecto que los Pelicans han aprovechado para tomar una ventaja en el segundo tiempo que sería crítica.

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New Orleans tuvo siempre el partido controlado y ciertamente jugó a placer, negando balón a Doncic y con una gran presencia interior que los Mavericks no pudieron parar. Un partido en el que Doncic fue decisión de última hora para jugar o no y eso se notó, acabando con 8 puntos y 6 aisstencias en 22 minutos. El esloveno arrastra desde hace unas semanas diversos problemas físicos que le están lastrando en su rendimiento continuado y eso se aprecia en sus minutos de juego y en cómo juega.

La derrota de Dallas no condiciona en exceso su posición en la tabla (octavos del Oeste), pero sí que permite que rivales como los propios Pelicans se acerquen, estos acumulan un balance de 13-13 y la undécima posición de la Conferencia. El mejor del partido fue Randle con 27 puntos y 18 rebotes, seguido de Anthony Davis con 27 puntos y 9 asistencias.

Los Mavericks comenzaban mucho más centrados y enchufados que sus rivales, encajando un 12-5 de parcial a los Pelicans gracias al rendimiento de Doncic. Julius Randle (27 puntos, 18 rebotes) hacía su aparición estelar con una buena racha de puntos que reducía la distancia y marcaba cuál iba a ser la dinámica del partido. El juego entre interiores desde posiciones exteriores hacia la zona comenzó a ganar fuerza conforme Dallas iba bajando su nivel y encadenando más fallos. Los texanos salvaban el primer match ball gracias a su inicio, pero con el peligro de tener que parar a un Randle en racha.

En un abrir y cerrar de ojos, Quincy Miller y Julius Randle habían desestabilizado el partido. Una racha de 8-0 en cuestión de 3 jugadas había pillado a los Mavericks descolocados y permitió a New Orleans crecer y que confiasen en arriesgar para ganar. Sin otro interior que frenase a Randle, ya que estaban centrados en Davis (27 puntos, 9 asistencias), este campó a sus anchas e impuso su ley bajo el aro. La distancia al descanso era de 16 sin notar la sensación de que una remontada era posible.

A partir de ese momento el partido quedó descompuesto, no roto, todo lo contrario. Los Mavs se vieron completamente superados y la distancia era prácticamente insalvable, más aún cuando ni Doncic ni Barnes parecían acabar de liderar al equipo como en otros partidos.

El tercer cuarto supuso un ejemplo de resistencia por parte de Dallas, pero en el último periodo los Pelicans, ahora sí con una enorme aportación de Davis pusieron el broche de oro al encuentro. 

Aquí quedó patente la superioridad de los Pelicans y Dallas jugó la mayor parte del cuarto con los menos habituales como Powell, Finney-Smith o Brunson, entregando finalmente la victoria a los locales.

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Sergio Rabinal Photo

Sergio es productor senior de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.