Markelle Fultz, el primer triple de su carrera en la NBA y la fiesta en Philadelphia

Markelle Fultz.

Con el duelo ante los Bulls prácticamente decidido, Markelle Fultz aprovechó el espacio que LaVine le concedió para clavarse tras bote desde el perímetro y embocar el primer triple de su carrera en la NBA. La locura se apropió de la grada del Wells Fargo Center.

Todo quedaría en una mera anécdota de no ser porque Fultz fue el número 1 del draft de 2017 después de haber convertido 52 triples en 25 partidos con los Huskies de la Universidad de Washington en la NCAA la temporada anterior. Y todo quedaría en una mera anécdota de no ser porque en su año rookie apenas disputó 14 partidos después de sufrir una extraña lesión en el hombro que le hizo desaparecer por completo su tiro.

Con esos antecedentes, la reacción de Philadelphia y la de su banquillo está más que justificada. Por fin, en su 19º partido en la Liga (disputó tres en los pasados playoffs) pudo cantar bingo. Para que se hagan una idea de cómo había perdido toda confianza en lanzamiento de media y larga distancia, el triple del que todo el mundo habla era su tercer intento como jugador NBA. Posteriormente erraría el cuarto.

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Después de los Celtics, los Sixers aparecen ya en el segundo escalón de favoritos a ocupar el trono vacante que LeBron James ha dejado en el Este. No obstante, empieza a extenderse la idea de que al equipo liderado por los jóvenes y extraordinarios Joel Embiid y Ben Simmons (otro que aún no se ha estrenado desde la línea de tres puntos: 0/12) les falta una tercera pieza para afrontar con garantías el asalto a cotas tan importantes. Esa tercera pata debería ser el propio Fultz. Hay quien ha perdido toda la fe en él después de un curso rookie para el olvido, pero anoche quedó claro que en Philadelphia no se han olvidado en él. Confían en él. El Proceso le mantiene aún las puertas abiertas.

"He trabajado duro este verano. Puedo tirar triples y desde la media distancia. He perfeccionado mi juego para estar cómodo lanzando. Cuando lancé pensaba que iba a entrar. Y pasó. Me hizo sentir bien", reconoció el base en declaraciones que recoge la ESPN. "Nunca tengo miedo. He trabajado mucho este verano y voy a seguir tirando cuando tenga la oportunidad. He trabajado para ello", recalcó.

Parece que el trabajo realizado con Drew Hanlen, un entrenador especialista en el tiro y muy popular entre los jugadores NBA va dando sus frutos. 

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