El término "fracaso" es tan común como cruel y mal usado en el mundo del deporte. Muchas veces, una derrota cualquiera puede ser magnificada hasta ese punto, sin entender que todo resultado necesita de un contexto para entenderlo con la mayor precisión posible. Claro que a veces aplica con justeza, y son pocos los que pueden pensar que la temporada 2019-2020 de Milwaukee Bucks no terminó en fracaso tras la eliminación ante Miami Heat.
No sólo por el resultado y los números en sí. Si un 4-1 ya tiene bastante peso por sí mismo, sólo basta pensar el momento del mismo. En la 2018-2019, los Bucks fueron el mejor equipo de la Fase Regular y se quedaron a las puertas de las Finales tras perder ante Toronto Raptors, quien terminaría siendo campeón. Para un equipo en su primer gran intento de asalto de la competición, caer en Finales de Conferencia no debería ser tomado como un fracaso (ojo, la forma lo hizo más doloroso, ya que se dejó pasar una ventaja de 2-0). El tema es que, un año después, con una buena parte de aquella base y con Giannis Antetokounmpo nuevamente en modo MVP y dando otro salto de calidad, el equipo terminó eliminado una ronda antes después de ser, una vez más, el dueño del mejor récord de la etapa inicial.
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Pero claro, la forma es lo que potencia la sensación de fracaso. A los Bucks les costó este reinicio tras la suspensión por la pandemia, y en ningún momento retomaron el nivel del pasado. En la Primera Ronda lo pudieron disimular ante Orlando Magic (4-1), pero Miami los expuso por completo. Si no fueron barridos fue porque el básquet tiene cuestiones extrañas que llevan a lo que pasó en el cuarto partido tras la salida de Giannis. Pero, más allá de los problemas físicos del griego, Milwaukee ya había sido completamente superado con el griego en cancha en ese 0-3 del inicio que fue decisivo. Es más, no sólo se potenció la principal carencia de su estrella (su juego en el perímetro), sino que quedó en evidencia el escaso nivel del plantel, nombre por nombre, cuando se piensa en armar un equipo campeón. Los Playoffs son un monstruo completamente diferente a la Fase Regular, y la transición expuso a Milwaukee.
Así, los Bucks llegan a una etapa crucial en su proyecto. Tan crucial como que habrá dudas sobre el futuro inmediato de Giannis. Nos metemos en el panorama de Milwaukee rumbo a la próxima temporada.
El dilema Giannis Antetokounmpo: ¿renovación o salida?
Será la gran narrativa alrededor de una estrella por los próximos meses... La situación es clara: a Giannis le queda un año de contrato (2020-2021 por 27,5 millones de dólares), pero en esta offseason y hasta el día previo al comienzo de la próxima temporada (aún sin una fecha clara) podría firmar una extensión por un 'super máximo' al que ya es elegible. Eso, sin dudas, es lo que quiere Milwaukee de la manera que sea. Por eso es que intentaron por todos los medios tratar de mantener feliz a su principal activo en este tiempo. Del mismo modo, Giannis siempre expresó su deseo de ganar con los Bucks, lugar donde se siente cómodo. Pero claro, al mismo tiempo nunca expresó con absoluta certeza su compromiso de renovación.
¿Cómo impactará este golpe en los Playoffs? La imagen mostrada por el plantel de los Bucks que rodea a Giannis no es la mejor a la hora de pensar en que este mismo equipo, con algún retoque, realmente podría ganar con Antetokounmpo. Lo que tiene Milwaukee parece corto en ese objetivo, y no todos los días se tiene a un MVP (casi doble) de 25 años llegando a su prime. Así es como varios ya piensan en el verano de 2021, o el verano de Giannis.
Ese sería el escenario si Antetokounmpo no firma su renovación en los próximos meses. En ese contexto, el abanico de posibilidades el enorme. Desde los virtuales candidatos que ya se están preparando para conseguir su compromiso en esa futura Agencia Libre (Miami, curiosamente, es uno de ellos), como así también la posibilidad que debería plantearse Milwaukee en torno a un traspaso. Si no obtienen la garantía de renovación de The Greek Freak, ¿lo dejarán irse a cambio de nada en 2021? Mínimamente deberían plantearse la opción de conseguir algo como ha pasado con varias estrellas en el pasado (James Harden antes de ir a Houston, Anthony Davis previo a su paso a Lakers, por ejemplo).
Una cuestión que Giannis debería evaluar en relación al actual plantel: cuando su potencial renovación empiece a correr (2021-2022), el europeo estará por cumplir 27 años. Cerca de un punto máximo de madurez desde todo punto de vista. Khris Middleton, Eric Bledose y Brook Lopez, tres de los titulares actuales, también estarían bajo contrato en ese momento, pero con 30, 32 y 33 años, respectivamente. ¿Son el núcleo ideal para ser campeón? ¿Sería 'malgastar' el prime de un jugador generacional?
La línea entre tener a Giannis durante un año más donde se podría ganar pese a una potencial salida, y la de pensar hacia más adelante y optar por traspasarlo será muy fina para la gerencia de los Bucks. Tanto ellos como el propio Antetokounmpo tienen mucho por pensar y reflexionar en estos meses.
Un agregado no menor: Giannis, sin dudas, deberá potenciar su trabajo en el desarrollo de un lanzamiento exterior consistente. Por segunda temporada consecutiva, su juego perdió encanto en cuanto un equipo consiguió detenerlo en transición y complicarlo a la hora de llegar a la pintura, su mayor lugar de impacto. Hubo una mejora en la Fase Regular (4,7 intentos por partido, máximo de su carrera, con 30,4% de acierto), e incluso en la Primera Ronda ante Orlando (38,5% de acierto en 5,2 intentos). Pero ante el Heat sufrió por completo (21,4% en 3,5 intentos). Su juego realmente llegará a un techo pocas veces visto cuando esta carencia deje de ser tal.
Mike Budenholzer, ¿seguro en su puesto?
Aquí no parecería haber mucho más que un desprendido de las sensaciones de la eliminación. El entrenador es tan responsable de haber potenciado a Giannis y a su entorno en las dos últimas fases regulares, como de no encontrar un plan B en cada derrota que le tocó atravesar en los Playoffs con los Bucks. Cuando Toronto desactivó el impacto de Antetokounmpo en 2019, no hubo respuestas y llegaron cuatro derrotas seguidas. En este 2020, Miami domó al griego y los de Wisconsin lucieron completamente perdidos. Es más, la diferencia de reacción y ajustes se potenció por lo bien que lo hizo Erik Spoelstra con el Heat.
Para colmo, hay que sumar esas extrañas declaraciones de Bud durante la serie, con su negación de usar más minutos a sus principales jugadores en el inicio de la eliminatoria y el posterior reconocimiento de que hay veces que el contexto lleva a necesitar un mayor uso de esas estrellas. ¿Acaso una Semifinal de Conferencia no es contexto semejante? ¿Recién estando 0-3 se puede pedir más? Al ver varios ejemplos de cómo otros entrenadores gestionan a sus principales activos en Playoffs, la respuesta no juega a favor de Bud.
El ex Atlanta Hawks es un gran entrenador, está claro. ¿Es el indicado para que Giannis se acerque a un campeonato en este equipo? La gerencia deberá hacerse esa pregunta después de una segunda frustración consecutiva.
Los agentes libres y los puntos a reforzar
Aquí llegamos a otro punto clave, sobre todo imaginando el mejor escenario para Milwaukee: que Giannis acepte la extensión de contrato. Partiendo desde esa premisa, los Bucks tendrán otra muy clara: hay que reforzar el plantel sí o sí para sacarle el mayor jugo posible a las cualidades (únicas) de Antetokounmpo. Y aquí llega otro problema, porque el margen de maniobra es mínimo para un equipo que ya supera el límite salarial.
En cuanto a agentes libres, Milwaukee debe mirar lo siguiente:
- Pat Connaughton (sin restricciones)
- Kyle Korver (sin restricciones)
- Sterling Brown (restringido)
- Robin Lopez (opción de jugador por 5 millones)
- Wesley Matthews (opción de jugador por 2,7 millones)
Sobre ellos no parece haber uno que genere una extrema necesidad de retenerlo. Matthews, por ese precio, parece un buen uso de la opción. A los 39 años, Korver deberá analizar su continuidad en actividad, mientras que Marvin Williams anunció su retiro. Connaughton podría ser útil por un mínimo, Brown no es factor en Playoffs y Robin Lopez se cayó por completo de la rotación en la serie ante Miami.
El principal interrogante del juego de los Bucks parece estar en la base. Eric Bledsoe ha demostrado su carencias y problemas para tener un impacto positivo en instancias decisivas y llegará a los 32 años en el próximo curso. Si hubo una versión diferencial de su parte, parece ser un recuerdo del pasado. Lo curioso (y problemático) es que los Bucks tenían un base creativo y que podía generar juego con consistencia para liberar del peso a Giannis y Middleton en Malcolm Brogdon. La decisión de dejarlo pasar en el último verano para encarar la renovación de Bledsoe, a día de hoy, genera muchísimos cuestionamientos.
Lo concreto es que Eric tiene tres temporadas más en su vínculo (dos completamente garantizadas) por casi 55 millones que se van transformando en un lastre. Por el nivel de él y por lo difícil que podría ser encajarlo en un traspaso por una pieza que sí resuelva esa necesidad de otro creador de juego para el equipo.
A partir de ahí sería un efecto dominó para ver cómo seguir potenciando al plantel. Tiradores confiables es una buena etiqueta a la hora de rodear a Giannis. Habrá que ver también qué se decide con Ersan Ilyasova, quien tiene contrato para el próximo curso por 7 millones, aunque no es garantizado. Ahí se podría abrir otro hueco para un jugador que no fue parte de la rotación ante el Heat.
¿Qué mirar rumbo al Draft?
Pensando en refuerzos de impacto inmediato, el Draft no parece ser el camino para Milwaukee. No sólo porque hablamos de una camada no tan llamativa, sino también porque los Bucks apenas cuentan con una selección, la 24°. Esto, al mismo tiempo, fue lo que llevó a pensar en el argentino Leandro Bolmaro como candidato a ese pick en el último Mock Draft realizado por Juan Estévez. Claro que el actual escolta de Barcelona sería una opción más pensada para 'draft and stash' que para llegar ya mismo y jugar en el primer equipo.
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