Dominar es un proceso, una evolución constante en la que el jugador avanza paso a paso hacia una excelencia ansiada. Giannis Antetokounmpo se coronó como el jugador más dominante de toda la NBA en 2019 con un año excepcional. Un MVP sin apenas discusión entre los expertos y aficionados que ha tenido su primera prueba de fuego en China durante el Mundial de baloncesto cuyo resultado ha sido, cuanto menos, inesperado. La selección de Grecia se encuentra a 13 puntos de desventaja de quedar eliminada de la Copa del mundo y el próximo lunes 9 de septiembre se jugará a todo o nada su permanencia en el mismo frente a República Checa (10:30h en Cuatro y DAZN).
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Pese a lo que pueda parecer a simple vista la NBA y el baloncesto FIBA están lejos de representar el mismo tipo de baloncesto. Las reglas son prácticamente idénticas, la base del juego es la misma e incluso comparten hasta un gran número de protagonistas. Sin embargo, hay pequeños detalles que marcan la diferencia una vez toca trasladar el producto americano a la competición internacional.
Reglas y aplicación
Por un lado, el criterio arbitral afecta directamente a la forma de entender el baloncesto que Giannis Antetokounmpo ha conseguido interiorizar en su periplo NBA. El uso de las manos en la defensa sobre el balón se reducen considerablemente y se sancionan con faltas por ello muchas más acciones como ya le sucediese a la estrella griega en el reñido choque ante Brasil. Ese uso de las manos se sanciona con mucha más dureza en el baloncesto FIBA en casos concretos como son los robos de balón y los tapones.
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Mientras en la NBA se entiende que resulta casi imposible sustraer la pelota al rival mientras este lo tiene controlado sin que haya contacto, en competiciones como el Mundial Giannis sufre enormemente para desplegar todo su potencial defensivo, haciendo uso de sus interminables brazos que le han llevado a promediar 1.3 robos por noche la pasada temporada en la NBA. A pesar de que sus promedios en el robo son incluso mejores en China (2.3 en 4 partidos), la incidencia de los mismos es menor.
Esto sucede de igual manera con las ayudas defensivas y los tapones potenciales, puesto que los árbitros en el baloncesto internacional tienden a señalar falta en aquellas acciones en las que un jugador trata de taponar y en el transcurso de la misma golpea o toca al jugador atacante, impidiéndole a este finalizar correctamente. Aunque Antetokounmpo es capaz de mantener la posición correcta (brazos erguidos y sin invadir el cilindro rival) en la mayor parte de las ayudas defensivas o contactos en la zona, la diferencia de criterio existente entre las dos competiciones acaba por limitar su incidencia defensiva y acumular más faltas.
De hecho, el jugador de los Milwaukee Bucks es uno de los 15 jugadores que más faltas promedian por encuentro de toda la competición con 3.3 junto a otros NBA como Ersan Ilyasova (3.3) o Daniel Theis (3.5). Giannis es un jugador con tendencia a cometer faltas, incluso en el mundo NBA, donde el pasado año promedió 3.2, la diferencia estriba en la disparidad de minutos, mientras con los Bucks el promedio fue de 32.8, en China se ha reducido hasta los 25.4, un descenso del 22% en sus minutos de media.
Mismas variables, diferente resultado
Esto nos conduce a otra de las diferencias que afectan enormemente a la versión que estamos pudiendo ver de Antetokounmpo en esta Copa Mundial de baloncesto: tiempo y espacio. Estas dos variables son la clave dentro de la ecuación baloncestística, dos factores que determinan cuándo, cómo y dónde de cada partido, generando quebraderos de cabeza en jugadores y técnicos. "Aquí (en la NBA) es más fácil anotar que en Europa", comentaba Luka Doncic a Movistar en febrero de este año en unas declaraciones recuperadas para la ocasión por el periodista Kike García. "Allí (FIBA) la pista es más pequeña y en la NBA está la regla de los tres segundos también".
Sin duda, estas son una de las claves en todo el asunto Giannis. Las dimensiones de la cancha NBA comparadas con las que podemos ver en otras competiciones como Euroliga, ACB o el propio Mundial son casi imperceptibles desde una cámara de televisión, pero a la hora de llevar a cabo un encuentro esos centímetros saltan a la vista. Mientras que en la NBA las dimensiones son de 28,7 de largo por 15,2 metros de ancho, en el resto del mundo esto se reduce a 28 por 15. Estos 70 y 20 centímetros de diferencia generan en la parcela ofensiva una reducción sistemática del espacio de juego y de las posibilidades para anotar.
Para Antetokounmpo esto genera un "estrangulamiento" a su ataque, reduce a la mínima expresión sus situaciones de aclarado, permitiendo a las defensas ajustar y realizar ayudas más cortas, siendo por tanto mucho menos peligroso que en Estados Unidos. Además, la regla de los tres segundos defensivos que impide a cualquier jugador estar más de 3 segundos en la pintura en la NBA, en el baloncesto FIBA no se contempla, favoreciendo que, especialmente los pívots, campen a sus anchas por la zona y protejan el aro sin especiales problemas para desplazarse.
Mientras que en el partido entre Estados Unidos y Grecia esto último apenas tuvo incidencia en el juego, ya que los automatismos defensivos de los estadounidenses les lanzan a no permanecer en la pintura mucho tiempo, en otros choques como frente a Nueva Zelanda y Brasil especialmente, Antetokounmpo ha tenido verdaderos problemas para brillar como lo ha hecho en Milwaukee. Cabe destacar el acierto de Giannis cerca del aro que acumuló contra el Team USA comparado con Brasil, ya que ante los de Popovich se fue a 6 de 9 (66,7%), frente a mejores físicos y defensores presumiblemente, y en el encuentro contra Brasil sus guarismos bajaron a 3 de 6 (50%) pero con 3 intentos menos, evidenciando la masificación de la zona brasileña.
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En el Mundial los tipos de defensas resultan menos móviles y tienden más al agotamiento del tiempo de posesión, lo que conduce en muchas ocasiones a un intento de canasta más precipitado, menos controlado y, en definitiva, con menor porcentaje de acierto. Ese estancamiento de las defensas hace que Antetokounmpo tenga que poner en marcha mil y un recursos para poder anotar: bandejas con reverso, buscando el contacto, rectificados. En última instancia no varía apenas con lo que vemos en un partido de fase regular con los Bucks, pero sí el volumen de uso de los mismos y la necesidad del propio equipo de esos puntos.
Los acompañantes del "Minotauro"
Giannis Antetokounmpo es el capitán general del combinado griego, el mejor jugador sobre la pista, pero cuya experiencia en torneos de este tipo es bastante reducida. El ateniense es la primera vez que acude con su selección desde el pre-olímpico de 2016 donde Grecia quedó fuera del torneo.
La veteranía es un grado de altísimo valor en competiciones como el Mundial como ya quedó claro en el choque ante Brasil donde Alex Garcia y Anderson Varejao impartieron un clínic sobre la pista. Grecia ha experimentado un proceso de transición en su equipo nacional después de que la generación formada por Dimitris Diamantidis, Antonis Fotsis o Theodoros Papaloukas haya seguido el proceso natural de retiradas y envejecimiento.
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The Greek Freak lidera este proceso de hacia un nuevo y rejuvenecido equipo con el que volver a lo más alto. Sin embargo, Larentzakis, Papagiannis y Papapetrou todavía tienen mucho camino que recorrer para colocarse a la altura del MVP de la NBA y formar una selección temible.
No es que Antetokounmpo esté completamente solo, pero sí que es cierto que necesita mucho más apoyo por parte del resto del equipo para poder desplegar todo su potencial como pasador y generador de juego en ataque como ha demostrado en los Bucks.
Grecia está mirando al abismo en este Mundial de China, se encuentra a una derrota de la eliminación e incluso una victoria no les asegura en absoluto estar en cuartos de final. El rival será la República Checa de Tomas Satoransky a la que debe superar por 12 puntos o más para pasar de ronda y seguir demostrando porqué fue nombrado MVP.