Estados Unidos estuvo al borde del fracaso en su segundo encuentro de primera fase. Saltaron las alarmas, pues Turquía tuvo al alcance de su mano llevarse la victoria y dar la sorpresa, pero el destino evitó que los balones acabasen entrando desde la línea de tiros libres. Una prórroga que hizo a los norteamericanos contener el aliento durante un final interminable y que acabó con un triunfo in-extremis.
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La victoria del combinado entrenado por Gregg Popovich evidenció las carencias del equipo y las bajas que ha acumulado durante todo el verano se han notado especialmente frente ante una Turquía que nunca tiró la toalla.
"Aceptaremos la victoria, pero podía haber ganado cualquiera", comentó el veterano técnico en rueda de prensa una vez acabó la contienda. Y es que, este triunfo de Estados Unidos es el más apretado en resultado dentro de un Mundial desde 1990 cuando vencieron a Australia 79 a 78.
"El equipo contra el que jugamos esta noche nuevamente nos mostró experiencia y las mejoras que tenemos que hacer, en cuanto a ejecución. No estamos como queremos, pero seguimos intentándolo", dijo Popovich.
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La selección estadounidense deberá hacer frente a sus problemas de fluidez y juego ante Japón en el último encuentro de la primera fase. De cara a la segunda fase los norteamericanos jugarán ante Brasil y el ganador del Grecia contra Nueva Zelanda.