No ha sido el Mundial de baloncesto soñado para la selección de Estados Unidos que con la victoria por 87 a 74 sobre Polonia que ha certificado su séptimo puesto final en el torneo. Un resultado que ya es el peor de la historia del combinado entrenado por Gregg Popovich en el que era su primera experiencia real con USA Basketball al frente del equipo. Popovich tenía la difícil tarea de igualar a Mike Krzyzewski que estuvo al mando de la misma desde 2006 hasta 2016.
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Las críticas han sido feroces sobre el rendimiento del equipo norteamericano, que no solo no ha cumplido las expectativas, sino que no ha conseguido sumar siquiera una medalla, algo que no sucedía desde el Mundial de Indianápolis en 2002.
Gregg Popovich ha querido quitar presión a los jugadores y restar importancia a la lectura resultadista del combinado nacional. "Alguna gente quiere solamente buscar culpables", comentó el técnico de los Spurs en rueda de prensa. "No se puede culpar a nadie porque no ganamos una medalla de oro. Esa es una actitud ridícula. Es inmaduro. Es arrogante, y demuestra que quien piensa que no respeta a todos los otros equipos del mundo. Su esfuerzo ha sido excepcional", aseguró.
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La selección estadounidense se va de China con 6 victorias y 2 derrotas, estas últimas de manera consecutiva ante Francia y Serbia, dos de las favoritas al oro que finalmente lucharán por el 3º y 5º puesto respectivamente.
"No está grabado en piedra que Estados Unidos debe ganar el oro", agregó, "no estoy seguro de qué tipo de satisfacción hay al vencer a todos los equipos de 30. No veo la alegría o la gloria o la satisfacción en nada de eso", dijo la leyenda de los banquillos demostrando cordura.
El técnico de los Spurs ha alabado el trabajo realizado por todos y cada uno de los miembros de la selección que se ha quedado a tan solo un partido de luchar por las medallas después de caer ante la Francia de Gobert. Popovich sabe de la difícil empresa que era alcanzar el éxito con un grupo completamente nuevo y en su primera experiencia. "Algunos de estos muchachos (los rivales) han estado jugando juntos ocho, nueve, diez años", dijo. "Este grupo tiene que continuar mejorando, creo que difícil reunirse con jugadores que nunca habían estado juntos", finalizó.
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