Mundial de baloncesto 2019: Víctor Claver, de estancarse en la NBA a ser un soldado de élite

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"La gente que espera más de mí es que me debe de ver con buenos ojos", decía Víctor Claver a Luis Mendiola de El Periodico este pasado lunes 10 de septiembre. Así es él. Modesto, trabajador y un jugador de equipo.

Uno que, después de años de críticas y 'haterismo' recibido más por inercia que por realidad, tiene en este Mundial de China su mayor reivindicación. El escaparate perfecto para un soldado que elude los focos.

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Muchos parecen descubrir en este 2019 que Víctor Claver es un muy buen jugador de baloncesto. Colmado de críticas por su breve y decepcionante paso por la NBA, parece que esos tres años de Claver manchan toda su hoja de servicio. Y no puede ser así, no puede ser tan injusto.

Claver no es una estrella. No es ese jugador que salvará a tu equipo a base de puntos, exhibiciones ofensivas ni levantará a la afición por su descomunal nivel de juego. Hubo un momento en el que parecía que llegaría a ser un grande, justo cuando decidió marcharse a la NBA. Justo cuando comenzó su estancamiento.

De 2012 a 2015 su estela desapareció. Pasó de chico maravilla a joven estancado. La decepción con Claver era tan grande que su nombre cayó a un segundo plano mientras era parte de la mejor liga del mundo. Pero que nadie se engañe: el joven Claver que decepcionó en la NBA quedó muy lejos. Esta versión del alero, la que se lleva viendo ya varios años, es una muy madura, inteligente y de muchísima utilidad en el baloncesto moderno.

Porque no, Claver no es una estrella, pero su trabajo y su perfil es tan necesesario como tener a una figura dominante. Víctor Claver es desde hace años un soldado de élite.

Pon un soldado en tu vida

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Pero, ¿y cómo es que me doy cuenta ahora? Comencemos por la base. El baloncesto es muy diferente al de la época en la que Claver abría bocas como diamante bruto del Valencia Basket. Se trata de un alero grande de 206 centímetros, atlético y con tamaño. Aporta versatilidad y trabajo sucio. Es el rey de los pequeños detalles, esos que no se reflejan en la estadística.

También es muy interesante su evolución acorde al baloncesto moderno. Cuando firmaba sus primeros años en Eurocup y Euroleague de mano del Valencia, Claver no era ni mucho menos un especialista. Buscaba otras vías de anotación y su tiro era mucho más inconsistente.

Desde que regresó a Europa en la 2015/2016 de la mano del Lokomotiv Kuban (tras un breve paso por el Khimki) suma tres temporadas de cuatro con excelentes registros desde detrás del arco en Euroliga.

  • 2015/2016 - Lokomotiv: 40%
  • 2016/2017 - Barcelona: 37,7%
  • 2017/2018 - Barcelona: 42,2%
  • 2018/2019 - Barcelona: 33,9%

Precisamente viene de su peor temporada desde el triple y en el Mundial se muestra de nuevo con todo el gas y mucha confianza: acumula un excelente 43% de acierto. Un tirador secundario que promedia 2,8 lanzamientos por encuentro, sí, pero el peligro está ahí.

De hecho la mayoría de ocasiones en las que Víctor lanza es porque la defensa se olvida de él.

"Ejercer de secundario en esta selección no es poca cosa. Y yo me considero afortunado por vivir esto desde hace tiempo y siendo tan joven y haber aprendido de Pau, Navarro, Felipe y Garbajosa".

Así es él. Ya en el Eurobasket de 2015 fue clave su papel como especialista defensivo desde el banco. En cuartos de final supo defender a un muy joven Giannis Antetokounmpo y fue el arma secreta de la Selección Española.

¿Qué ocurre en este Mundial? Las ausencias de jugadores importantes y la veteranía de Claver le otorgan un rol mayor. Le dan más margen para brillar y ser destacado porque ahora pasa más tiempo en pista. No es un jugador que amase balón, pero con el paso de los minutos suma rebotes, acciones defensivas y puntos en cortes y tiros liberados.

El partido ante Serbia fue soberbio, es cierto, pero Claver es un jugador que casi siempre aporta aunque su línea estadística insinúe lo contrario. Su posicionamiento defensivo es excelente y, dentro de que todos los jugadores tienen fallos y que el baloncesto se basa en un intercambio continuo de canastas, es de los mejores defensores de España.

Ante Italia consiguió la difícil tarea de limitar el impacto de Danilo Gallinari, top talento ofensivo a nivel FIBA. Un jugador que viene de su mejor temporada NBA con cerca de 20 puntos de promedio en un equipo de Playoffs del Oeste.

Y no solo con los aleros grandes que inundan el baloncesto actual, si no también con defensores pequeños. Estuvo con Bogdan Bogdanovic en varios tramos del partido contra Serbia y supo defender varias de sus acciones.

Apenas fuerza faltas, aunque es cierto que tiende a saltar en ocasiones y a realizar contactos fuertes (punto positivo: juego duro; punto negativo: conceder faltas y puntos fáciles), algo que con el paso de los años ha sabido limitar.

Con los pequeños lee muy bien y cierra sus opciones. No busca el tapón, busca una defensa de manual. De las que no destacan.

El uso de Claver en esta Selección es intensivo. De hecho diría, sin la estadística delante y fiándome del ojo, el mejor receptor para analizar baloncesto, que el valenciano puede ser perfectamente el jugador de España que más pantallas ponga.

Scariolo le usa para bloquear y abrirse; para bloquear, abrirse y cortar; para carretones; para bloqueos laterales; bloqueos en lado débil (todo lo que sea lado débil -en ataque y defensa- es especialidad del jugador del Barcelona); y él mismo ejecuta pantallas para dar más espacio a tiradores.

Precisamente en esta acción se aprecia cómo está primero pendiente de la ayuda -el mérito para el tapón de Rudy, Claver realiza intimidación también- y en el ataque realiza una pantalla muy inteligente para darle un buen tiro a Llull. La mandarina salió pocha, pero ese es uno de los tantos detalles que no suelen apreciarse del alero.

Y en carretones y todo tipo de sencuencias. Claver sirve para todo lo que no se ve.

En el Mundial promedia 24,5 minutos, jamás había jugado tanto con España y su rendimiento lo muestra. Firma 10,2 puntos, 5,4 rebotes, 1,8 asistencias, 1,2 robos y casi un tapón por encuentro. A ese 43% en triples de antes añade un 66% en tiros de dos y un 83% en libres. Mundial muy, muy serio.

Esta línea estadística con su defensa y pequeños detalles, ¿para qué pedir más a un jugador de complemento? A un soldado entregado al sacrificio del bloque,

"(España) Nunca ha dependido de un jugador en concreto. Desde el Mundial del 2006, cuando Pau se lesionó antes de la final, hasta las ventanas de clasificación, que se han afrontado con jugadores que nunca habían estado. Todo el mundo se siente preparado, importante y al final todos sumamos. Es un grupo especial", dice el alero.

Así se siente él ahora. Más importante y con más confianza que nunca. Porque los jugadores de rol también necesitan sentirse importantes y queridos. Si un jugador como Víctor ha sido imprescindible para todos sus entrenadores desde que regresó a Europa por algo será. No es fruto de la casualidad.

Sin balón y hacia el aro es un espectáculo. El mejor jugador del equipo junto a Juancho en estas lindes. De hecho me sorprende que la Selección no trabaje más el usar a Marc Gasol como pasador desde el poste y cortes de Claver tras falsas pantallas y engaños. Es cuando mejor juegan.

Ha mejorado mucho ciertas características de su juego con el paso de los años. Su tiro en 'catch&shoot' está bien definido, ya sea o no desde el triple, y sabe acompasar el cuerpo acorde al lugar desde el que lanza.

Lee muy bien el juego. En esta asistencia a Willy el ataque de España es de diez, pero su IQ destaca en todos esos pequeños detalles. Viene bien que pueda lucirse y enseñar esa inteligencia de jugador de baloncesto, porque tiene mucha.

"Tengo la sensación desde que empecé que siempre se ha destacado más lo que no hago que lo que hago. Siempre me han pedido más cosas", comenta un Claver al que no le falta razón. Su trabajo, se refleje o no en la estadística, es siempre positivo por sus defensas y trabajo sucio.

Roba el balón después de un mal pase, aguarda la jugada en su querido lado débil y carga el rebote. Le encanta y se le da de maravillas.

Sí es cierto que en ocasiones tiende a sobreayudar. Esto le ocurre a los grandes defensores de equipo que destacan, precisamente, por poner toda la carne por el conjunto. Ayudas largas en las que sigue pendiente del suyo pero quizás otorga demasiado espacio.

Aquí, recupera en la ayuda y vuelve al interior para colocar el tapón. Siempre ha tenido el atletismo y un 'feeling' excepcional para estas jugadas.

Otra secuencia que muestra su buen hacer y el bloque que es la Selección. La defensa hace balancear a toda Serbia desde el trabajo de Claver y Marc en el pick&roll y se termina en un gran robo de Rudy. Claver corre, aguarda en la esquina y el cerebro de Ricky le localiza.

Ese tamaño, esa versatilidad, permiten que en bloqueos pueda quedarse con casi cualquier tipo de jugador. Esto es muy valioso. Primero Bjelica, luego Raduljica y de nuevo Bjelica, para provocar su pérdida.

Porque eso es Víctor Claver. Un soldado al servicio del Barcelona y de la Selección Española. Independientemente de lo que ocurra en el resto del Mundial, este torneo en China debe servir de una vez para que se reconozca el rendimiento de un jugador que lleva desde 2009 con España. Y que precisamente ahora cumple a la perfección el rol del tan demandado 3&D NBA.

La exhibición ante Serbia fue una catapulta. Tendencia en Twitter y cientos de mensajes de apoyo y felicitación. Era el hombre del partido, sin duda, y aunque no necesite ese reconocimiento público partido tras partido, porque tampoco rendirá siempre como ante los de Sasha Djordjevic, Víctor Claver es un muy buen jugador de baloncesto. Se puede brillar sin focos en un rol de soldado. Y ahí es élite de Europa.

"Está claro que al final todos queremos ser el mejor jugador posible. Pero también he buscado la fórmula de ayudar a mis equipos y ser útil. No siempre se puede ser el  máximo anotador".

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