Así como tiene muchos títulos y logros individuales, Michael Jordan tiene varios retiros. Un 13 de enero de 1999 llegó el segundo de su carrera, cuando con una conferencia de prensa en el United Center de Chicago anunció que no jugaría más al baloncesto, ya que "había perdido el deseo" después de su segundo tricampeonato con los Bulls.
Pasaron 21 años desde ese momento, pero en la NBA pasaron muchas cosas más. Volvió MJ, se volvió a ir, el juego se "internacionalizó", los triples pasaron de ser un recurso de algunos jugadores a una piedra fundamental del juego, varias reglas cambiaron para ir adaptándose a los nuevos tiempos, aparecieron franquicias nuevas y otras tantas lograron su primer título. Sólo hay una cosa que todavía no cambió: Vince Carter sigue formando parte de la liga como jugador.
MÁS | ¡Vota aquí a tus jugadores favoritos para el All-Star Game 2020!
El tiro de tres puntos, de uso a abuso
En la temporada 1997-1998, la última de Michael Jordan con los Bulls, el equipo que más triples por partido intentó durante la temporada regular fue Houston Rockets, con 20 lanzamientos por noche. Varios, como Philadelphia, Sacramento, Cleveland, Milwaukee y Golden State lanzaban menos de 10 por partido, como lo hacía Utah Jazz, finalista de aquel 1998 que probaba desde el perímetro apenas ocho veces por partido, a pesar de contar con un especialista como Jeff Hornacek.
Hoy un escolta como Hornacek, de 40% de acierto en su carrera, seguramente intentaría al menos unos cinco lanzamientos de tres puntos en cualquier noche. James Harden, el principal símbolo de esta revolución, está lanzando 13,5 triples, algo que en la campaña 1997-1998 lo ubicaría en el top ten de equipos de la liga. Su Houston es también ahora el equipo que más triples busca, con 44 lanzamientos de promedio. Además, a pesar de que subió muchísimo el volumen (el promedio de la liga creció desde 12,7 tiros a 33,3 intentos), se mejoró la efectividad: de un 34,6% de acierto a un 35,3%. Los 5 triples que en esa época era normal que un equipo atine en un partido hoy son pocos no sólo a lo largo de 48 minutos, sino en una mitad.
El crecimiento en el volumen de los triples también llevó a generar más espacio en el juego interior: atacar el aro ya no es ir de forma constante contra una carnicería en la que los hombres grandes esperaban a los guardias, como también se lanzan menos tiros de dos puntos "incómodos". Con todo eso, la efectividad en dobles subió de un 47% a un 51,7%, aunque curiosamente (ayudado por el ritmo de juego que es mucho mayor), el promedio de tapones por partido se mantiene en cinco.
La presencia internacional no para de crecer
Hasta 1999, solamente cuatro jugadores internacionales habían participado del All-Star: el panameño Rolando Blackman, el nigeriano Hakeem Olajuwon, el holandés Rik Smits y el alemán Detlef Schrempf, sin que llegue a haber más de dos en una misma edición. Estos cuatro hombres tienen algo en común: todos llegaron a la liga desde el sistema universitario estadounidense, sin haber llegado a debutar profesionalmente en FIBA.
La NBA había abierto una expedición al mundo a principios de la década del 80, cuando David Stern asumió como comisionado de la liga, pero todavía importaba jugadores en cuenta gotas y los entrenadores les repartían minutos en cancha de manera más mezquina aún. En la temporada 1997-1998 había menos de 30 jugadores extranjeros, la mayoría de ellos provenían de la NCAA y solamente una decena de ellos tenía un rol importante en su equipo.
Hoy, en cambio, los jugadores internacionales representan aproximadamente un 25% de la NBA, con más de 100 presentes desde hace varias temporadas. Y no es una presencia apenas decorosa: el último NBA All-Star Game tuvo a siete representantes foráneos: Dirk Nowitzki por Alemania, Nikola Jokic por Serbia, Karl-Anthony Towns por República Dominicana, Giannis Antetokounmpo por Grecia, Joel Embiid por Camerún, Ben Simmons por Australia y Nikola Vucevic por Montenegro.
Antes, Argentina (Manu Ginóbili), España (los hermanos Gasol), Eslovenia (Goran Dragic), Turquía (Mehmet Okur), Francia (Tony Parker y Joakim Noah), China (Yao Ming), Lituania (Zydrunas Ilgauskas), Gran Bretaña (Luol Deng) y Rusia (Andrei Kirilenko) tuvieron sus propios All-Star, muchos de ellos llegados a la NBA desde la liga de su propio país. De hecho hay más extranjeros candidatos a estrenarse en Chicago 2020, con Luka Doncic, Rudy Gobert y Pascal Siakam brillando en sus equipos.
MÁS | La NBA, una liga global
No sólo de jugadores se trata esta expansión. Hoy la liga está más presente que nunca de forma global: los NBA Global Games, que tendrán su próximo capítulo el 24 de enero en París con un partido de temporada regular entre Milwaukee Bucks y Charlotte Hornets, tuvieron 81 partidos desde 1999 y llegaron a nuevos territorios como República Dominicana, China, Taipei, Filipinas, Brasil e India. También es cada vez más común que equipos internacionales visiten Estados Unidos para medir sus fuerzas, como ocurrió con San Lorenzo de Almagro de Argentina, Franca de Brasil o Melbourne United de Australia en la última pretemporada, por citar algunos casos.
También hubo lugar para la expansión interna
La gran expansión interna de la NBA ocurrió a fines de la década del 80, con la creación de Miami Heat, Orlando Magic, Charlotte Hornets y Minnesota Timberwolves. Sin embargo, los movimientos no terminaron. La liga llegó al estado de Tennessee en el 2001, con la relocalización de Vancouver Grizzlies a Memphis, donde el equipo se estableció como un símbolo de la ciudad. Otro estado cercano como Louisiana también recibió a la NBA, con la llegada de los Hornets a New Orleans en 2002, pero Charlotte estuvo poco sin equipo, porque en 2004 recibió a los Charlotte Bobcats, el equipo número 30.
Más adelante en el tiempo hubo lugar para dos movimientos más: una franquicia histórica como Seattle Supersonics pasó a llamarse Oklahoma City Thunder en 2008, mientras que la otra mudanza fue mucho más corta: New Jersey Nets se trasladó a Brooklyn, New York, para la campaña 2012-2013.
Una de las últimas noticias del 2019 fue que México tendrá su propia franquicia de G-League a partir de la temporada 2020. ¿Veremos en esta década una expansión de la NBA a Latinoamérica y Europa?
Un deporte sin miedo a los cambios
Ingreso de la tecnología, menos juego físico, aliento a que se busque una mayor cantidad de puntos. La NBA ha innovado constantemente con su reglamento deportivo en los últimos 20 años en búsqueda de ofrecer un mejor producto para los espectadores.
Los cambios más significantes de estos últimos 20 años comenzaron en el 2001, permitiendo la defensa zonal pero con una regla de defensa ilegal que no permite que un jugador se estacione en la pintura por más de tres segundos. Además, los equipos pasaron a tener ocho segundos para cruzar el balón al campo rival en lugar de los 10 anteriores.
En la temporada 2002-2003 llegó la tecnología, con la repetición instantánea para que los árbitros pudiesen tener asistencia a la hora de tomar decisiones. Cada vez se permitió el uso de la repetición para más cosas y en 2014 se dio un gran respaldo a esto con la instauración de un centro de repeticiones en Secaucus, New Jersey, de conexión directa con cada estadio, que permite asistir a los árbitros de forma más rápida y precisa en cada partido.
Otro cambio clave fue la eliminación total del "hand-checking" en el 2004, que hizo totalmente ilegal que los defensores utilicen sus manos para molestar a los atacantes, lo que por ejemplo le hizo las cosas mucho más fáciles a Steve Nash, MVP en 2004-2005 y 2005-2006, de forma rápida.
Los tiempos muertos, que habían sido incrementados en el 2000, fueron reducidos de nueve a siete por equipo en 2017, en búsqueda de producir un espectáculo más dinámico, y en 2018 se decidió que el reloj de posesión después de un rebote ofensivo vuelve a 14 segundos, no a 24. El último gran cambio reglamentario está en período de prueba y se llama Coach Challenge: es la herramienta que permite a los entrenadores, por una única vez en el partido, hacer revisar un fallo arbitral.
La explosión económica
El tope salarial de la temporada 1997-1998 era de 26.900.000 dólares, que ajustados por inflación serían unos 42.447.209 dólares de hoy en día. Eso representa poco más que el salario que tiene Stephen Curry para la 2019-2020: 40.231.758 dólares, en un mercado que tiene tope salarial de 109.140.000 dólares y en el que 124 jugadores percibe actualmente un sueldo mayor a los 10 millones de dólares, mientras que el salario mínimo es de 898.000 dólares para un novato sin experiencia.
El salario promedio de la actualidad es de 7.700.000 dólares, algo que solamente 16 jugadores superaban en 1998. En esa temporada, eran apenas nueve los elegidos que percibieron más de 10 millones: Michael Jordan, Patrick Ewing, Horace Grant, Shaquille O'Neal, David Robinson, Juwan Howard, Hakeem Olajuwon, Alonzo Mourning y Gary Payton. Curiosamente en el top 15 encontramos sólo a tres guardias: Jordan, Payton y Reggie Miller. Hoy los cinco jugadores mejor pagados del mundo son guardias: Curry, Chris Paul, Russell Westbrook, John Wall y James Harden. Síntomas del cambio del juego mencionado anteriormente.
El valor de las franquicias creció de forma increíble (de un promedio de 634.000.000 dólares en 2014 a 1.300.000.000 en 2017, mientras que según Forbes los New York Knicks están valorados en más de cuatro mil millones de dólares), los contratos de televisión subieron su montante de forma exponencial y las estrellas perciben cada vez más dinero por sus sponsoreos personales, mientras que la liga también permitió que los equipos presenten anuncios en su camiseta.
Sigue la NBA con el NBA League Pass, suscríbete aquí.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o sus organizaciones.
