"Ganó el partido para nosotros en esa posesión". La afirmación de Paul George es por demás real y, a su vez, un tanto incompleta. Una de las estrellas de Los Angeles Clippers estaba hablando de ese tapón-robo-desvío de Patrick Beverley ante el intento de triple de LeBron James, en el momento decisivo del clásico ante los Lakers. Era la ocasión de igualdad para los de oro y púrpura, pero terminó siendo bola de los de Doc Rivers para luego sellar desde la línea el enorme 111-106 para festejar en Navidad. Sí, fue la acción determinante para el triunfo, pero decíamos que el diagnóstico de PG13 era incompleto. ¿Por qué?
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Porque Beverley lo ganó ahí, sí, pero también lo hizo antes con los detalles, con esa determinación y sacrificio insuperables, con esa particular forma de entregarse por y para su equipo. El base no será el más talentoso, pero la capacidad de un jugador se puede medir de muchas otras maneras y él es uno de los reyes de los intangibles. Es el perro de presa del conjunto de Doc Rivers y en la jornada de Navidad quedó claro su impacto. Un rebote por aquí, un tapón por allá, un robo por aquí, un tiro defendido este otro lado... Una, y otra, y otra vez.
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Beverley tiene la capacidad (y las mañas) para hacerle la vida imposible a cuanto rival se le ponga adelante. Así ha generado varios cruces con diferentes jugadores (el más visible, con Russell Westbrook), pero también se ganó la reputación de ser un defensor aguerrido y por demás necesario para un equipo con aspiraciones, incluso cuando adelante están los mejores (vale recordar la última serie de Playoffs ante Golden State Warriors, con su llamativo frente a frente contra Kevin Durant). Esta vez le tocó sufrirlo a LeBron, con una acción de muchísimo riesgo. Pero así es él. Tomalo o dejalo.
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"Fue una decisión difícil porque teníamos pensado hacer falta, pero él nos enfrentó y le dijimos que no hiciera falta. Y fue una jugada grandiosa", analizó Rivers. "Fue genial. Fue la acción para ganar el partido", agregó Kawhi Leonard coincidiendo con George, que puntualizó: "Cuando quedó emparejado con LeBron, se podía notar que Pat quería ese duelo. Y logró frenarlo".
La manera de Beverley es única. Sino, ¿cómo puede ser que se valore tanto a un jugador que terminó el último cuarto sin puntos? Simple, lo suyo va más allá de la estadística. Aunque su tapón ante el Rey y sus 5 rebotes en ese tramo fueron clave. Rebotes que fue a buscar entre gigantes y sin ningún tipo de miedo. Uno de ellos fue en ataque y quedó guardado para Rivers. "Sinceramente, ese rebote fue la mejor jugada del partido. Lo logró en contraataque y tras él llegó una canasta de Paul George. Fue uno de los momentos que cambió el partido. Y eso es lo que hace Pat, jugadas de esfuerzo", remarcó el entrenador. La referencia es faltando poco menos de 6 minutos en el reloj, con los Clippers 5 abajo. PG13 falló un triple y Beverley vólo con su 1,85 metro entre camisetas de los Lakers para recuperar el balón y asistir al tiro del propio George. Fue el inicio del parcial de 15-5 que terminó con la remontada.
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Para cualquiera, un encuentro con 8 puntos (3-7 en tiro, 1-3 libres), 9 rebotes, 4 asistencias, un robo y un tapón en 32 minutos puede ser discreto. Pero para el rey de los intangibles, esos son apenas números dentro de una valoración que los excede. Aunque también hay registros que sostienen su producción.
- Beverley tuvo el mejor rating neto de la noche, un descomunal +40,6.
- También tuvo el mejor rating defensivo: apenas 85,9 puntos permitidos en la proyección cada 100 posesiones.
- En 41,7 posesiones parciales, según NBA Stats, de emparejamientos defensivos individuales, apenas permitió 8 puntos, dejando a los jugadores de los Lakers en 4-9 campo y generando dos pérdidas.
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¡Los Lakers!, Europa y la NBA a puro esfuerzo
El camino de Beverley hasta este presente asentado en la mejor liga del mundo no fue para nada simple. Curiosamente, "comenzó" con los Lakers, que lo eligieron en el 42° lugar del Draft 2009. De todas maneras, sus derechos fueron traspasados esa misma noche a Miami Heat, aunque la NBA no estaba cerca.
Antes de ser elegido en el Draft, Beverley ya había jugado en la Liga de Ucrania, tomando ese camino después de salir de la Universidad de Arkansas. Después le tocó pasar por Grecia (Olympiacos) y Rusia (Spartak) antes de ganarse la ocasión con Houston Rockets en enero de 2013, con un contrato de 3 años y casi 2 millones de dólares.
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Lo suyo era ratificar día a día, partido a partido, que realmente pertenecía. Y sus dos primeras temporadas completas en los Rockets fueron más que sólidas: 10,2 puntos, 3,9 rebotes, 3,1 asistencias y 1,2 robos (31,1 minutos) le valieron su primera renovación, en julio de 2015, por 4 años y 23 millones de dólares.
En el verano de 2017 llegaría el traspaso a los Clippers y esa 2017-2018 lo tuvo apenas 11 partidos en cancha por lesiones. De todas maneras, nunca dejó de ser importante en la visión de Rivers, que confió en él y lo transformó en un pilar en la 2018-2019 de construcción de buenos hábitos hasta este presente. Tan importante fue lo suyo que, en la última Agencia Libre, le llegó su gran recompensa económica: renovación de 40 millones de dólares por 3 campañas.
No tuvo la mejor de las infancias ni el comienzo más prometedor en el camino NBA. Pero ahora, a los 31 años, Patrick Beverley puede decir que, a pulmón, con ese sello que lo distingue, se ganó su lugar. Y no sólo pertenece, sino que se encuentra entre los mejores en eso de defender y entregarse por su equipo.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.