El fin de una era en los Grizzlies: Marc Gasol, un cumpleaños con el adiós a Memphis en la cabeza

Marc Gasol, en la víspera de su 34 cumpleaños

Este martes 29 de enero Marc Gasol cumple 34 años. Es decir, aunque no de forma ininterrumpida (regresó a España para comenzar y despuntar en su carrera profesional), lleva más de media vida en Tennessee. Tenía 16 años cuando pisó Memphis por primera vez. Lo único que conocía de su nuevo hogar, Elvis Presley. "Eso era todo", recordaba anoche mismo. Quién le iba a decir a aquel chaval que se mudó junto a sus padres para acompañar a su hermano Pau en su aventura NBA que se convertiría en el ídolo de esa ciudad. Un viaje fascinante que llega a su final.

Deportivamente, el mediano de los Gasol atraviese por el momento más complicado (lesiones al margen) de su carrera NBA. El proyecto se derrumba. El Grit&Grind, una identidad, un emblema, una concepción completamente opuesta a los derroteros por los que atraviesa el juego en la actualidad, se precipita a su demolición. Un estilo contracultural que quedará para siempre ligado a la era dorada de los Grizzlies.

Cumpleaños con sabor a despedida

Marc Gasol, en la víspera de su 34 cumpleaños

Parece inevitable. Ha llegado el momento del adiós. Marc lo sabe. Sólo así se puede entender, a pesar de dilapidar una ventaja ante Denver de 25 puntos en el tercer cuarto, la magnífica rueda de prensa que ofreció en el vestuario del FedExForum. Su pabellón. Delante de su taquilla. 14 minutos de atención a los compañeros en lo que todo fueron sonrisas, buenas caras y recuerdos. Un tono muy distendido, con una marcada emoción de fondo. El aroma a despedida se podía palpar en el ambiente. Memphis no volverá a jugar ante su público hasta la noche del 5 de febrero. 48 horas antes del trade deadline (cierre de mercado). “Podría haber sido el último” partido del pívot como local en la tierra en la que disputó dos temporadas en el instituto y ha pasado las diez y media últimas como jugador de la mejor Liga del plantea.

Los mejores años de su vida. Vistiendo la camiseta de los osos se casó con su mujer (Cristina), ha sido padre (de una niña, Julia) y se ha labrado una reputación en la mejor Liga de baloncesto del planeta. Mejor pívot de la competición en la temporada 2014-15, Mejor Defensor en 2013, tres veces all star (protagonizando junto a su hermano Pau un momento único en la historia del deporte español en 2015 en el Madison)… Un currículum impresionante que se multiplica en el seno de la franquicia: líder en puntos, rebotes, tapones, tiros convertidos, minutos disputados y segundo en partidos jugados y asistencias. Seis viajes a los playoffs, cuatro eliminatorias superadas y una final de Conferencia en 2013 como cima. Una conquista impensable para una organización que es paradigma de los llamados mercados pequeños que tanto tienen que remar contracorriente en el deporte norteamericano.

La llegada de Marc Gasol a Memphis

Marc Gasol

Big Spain es una institución en la franquicia y en la ciudad. Los aficionados y la población en general le idolatran. Los mismos a los que él convirtió en su gente nada más que aterrizó siendo un crío. “Alucinaba. Una cultura nueva, acceso a cosas diferentes, el instituto... Parecía una película. Todo muy diferente a lo que estaba acostumbrado. Me gustaba el ambiente en el pabellón. El olor a palomitas me encantaba. También me comérmelas, claro (ríe). Todo era muy diferente. Me enamoré de la gente. De la forma en la que me trataban. Venía de España, pero enseguida noté su calor y cariño. Me hicieron sentir muy seguro”, resume sobre su adaptación cuando era un bromista y afable adolescente.

Decir adiós no es fácil. Siempre cuesta. Más aún si lo que toca es despedir un lugar que se ha convertido en tu hogar. "Van a hacer lo que crean que sea mejor para la franquicia. Cuando nos reunimos yo les dije que me quería quedar, pero su idea puede que sea distinta. Harán lo que tengan que hacer y lo que sea mejor para que la franquicia vaya hacia adelante. Si es sin mí y pueden conseguir piezas valiosas a cambio, será fantástico y yo seré el primero que les apoye. Si es conmigo, igual. De ambas maneras, actuarán pensando en lo mejor para la franquicia y hay que respetarlo”, expresa sobre su etiqueta de transferible. A pesar de la lógica incertidumbre, la calma, serenidad y profesionalidad con la que habla de su futuro llaman (y mucho) la atención.

Un espejismo que precipitó el adiós

Marc Gasol y Mike Conley, iconos de los Grizzlies

La forma en la que salió David Fizdale (hoy entrenador jefe de los Knicks) a comienzos de la pasada temporada le colocó en el disparadero. Por primera vez, la prensa local y el entorno grizzly cuestionó (aunque ligeramente), su liderazgo. Un borrón, en el caso de serlo, que quedará eclipsado por la ejemplar manera en la que está gestionando sus últimos días como jugador franquicia de los Grizzlies.

Su madurez e inteligencia le permiten afrontar en ventaja una situación nada cómoda y de la que, bien sabe, tiene “cero control”. Su salida de Memphis (y la de su amigo y compañero Mike Conley) se da prácticamente por descontada. Según The Ringer, los últimos rumores apuntan a Sacramento y Detroit como posibles destinos del catalán. Pero la rueda no ha hecho más que comenzar a girar de aquí al próximo 7 de febrero, día del cierre de mercado.

Pero, ¿y si no se concreta su salida y ha de esperar al verano, cuando podrá ejercer su opción de jugador para convertirse en dueño de su destino? ¿Será capaz de superar este mal trago? “Estoy seguro de que podré pasar página. Es parte del proceso de aprendizaje. No es lo ideal, pero, aunque no te guste, hay mucho de lo que aprender”, subraya el pívot. Actitud de diez. Cero pose.

Durante el primer mes del presente ejercicio la defensa de los Grizzlies recuperó la ferocidad de los días dorados. El regreso de Mike Conley espoleó a su hermano Marc y ambos, contra todo pronóstico, situaron al equipo al que llegaron siendo unos críos en la cima del Oeste más salvaje que se recuerde. Un bonito epílogo a modo de despedida que desató las expectativas. Un bonito epílogo que ha hecho que la caída sea cada día más dura a lo largo de los últimos dos meses.

Pero una bofetada de realidad que hizo comprender a la franquicia que ha llegado la hora de afrontar la realidad y mirar al futuro. Un futuro, por doloroso que resulte, sin Marc ni Conley. Los dos grandes activos de la organización son las mejores cartas de los Grizzlies para iniciar la inevitable reconstrucción. Ambos lo saben. Así es como funciona este negocio.

Era junior en el 'high school' cuando cumplí 17 años, mi primer cumpleaños aquí”, recordaba anoche Big Spain. Un chaval que sólo relacionaba a Memphis con Elvis. Más de 17 años después, él se ha convertido en uno de los pilares de esa misma comunidad. Ha llegado el momento de perseguir el anillo, de ponerle la guinda a un camino que, sin duda, ha merecido mucho la pena. Para Memphis, Marc Gasol siempre será Big Spain.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es