Jerry West y su plan en los Clippers para ensombrecer a los Lakers de LeBron

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El plan de Jerry West en los Clippers

Resaca de gloria. Apenas habían pasado dos días desde que alzaron el segundo título de la NBA en tres años. Los Warriors veían como el 15 de junio de 2017 se marchaba un hombre clave en la organización. Una figura fundamental en la llegada de Kevin Durant a la Bahía. Jerry West, leyenda de los Lakers y logo de la liga, firmaba con los Clippers.

Es la última aventura de mi vida”, confesaba West el 20 de junio al The Mercury News. Y no eran pocas. Icono de los Lakers como pocos y después éxitos como ejecutivo. Construyó los míticos oro y púrpura de los 80’ y trajo a Shaq y Kobe antes de marcharse. Después, General Manager de Memphis y parte de los Warriors desde 2011.

El último objetivo es ambicioso como pocos. Un reto difícil de igualar y que asumió en una situación mucho más compleja que la actual. Hacer de Los Angeles Clippers un equipo ganador. Ganar un campeonato de la NBA y hacerlo en la misma ciudad –pero distinto equipo- en la que juega LeBron James.

Sin medias tintas

Fue llegar West y desmontarlo todo. Le llevó un año despiezar el proyecto Lob City, ese que con Paul, Griffin y Jordan jamás alcanzó unas Finales de Conferencia. Sin embargo, los Clippers están ahora mejor que en mucho tiempo.

El sign-and-trade de Paul a Houston, en palabras de West, “salió muy bien”. Fue la primera piedra del proyecto de Jerry. Y la segunda llegaría como una bomba mayúscula.

Si bien los Sixers están en el centro de todas las miradas por el traspaso de Tobias Harris, es imposible dejar de lado la parte de los Clippers: dos temporadas consecutivas traspasando a su mejor jugador en febrero. Primero Blake y después Tobias. Dos traspasos inesperados para todos, incluidos para los jugadores, menos para West.

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El ejecutivo de los Clippers estuvo semanas negociando con varios equipos por Griffin y, como contó The Athletic, hace ya meses discutió con Elton Brand sobre un traspaso por Harris. No le tiembla la mano a la hora de tomar decisiones. No quiere medias tintas, quiere campeonatos.

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Es una decisión mucho más difícil de lo que puede parecer. Con Tobias, la mayoría de ejecutivos pensarían que la hoja de ruta pasa por traspasar a tu mejor jugador o arriesgarse a perderlo gratis. Más cuando Harris rechazó varias ofertas de renovación alrededor de los 20 millones anuales por querer buscar un máximo en verano. Pero no para West. Él no quiere comprometer una porción importante del espacio salarial de su equipo durante cuatro o cinco años por un jugador que no sea un All-NBA.

El traspaso de Griffin fue más complicado por lo que suponía para la historia de la franquicia. Eso sin duda. Aunque también podemos afirmar que los mejores ejecutivos son los valientes, los que menos se dejan llevar por sentimientos. Los que actúan por pura necesidad a ganar, sin miedo, son los mejores. Y en ese grupo está Jerry West.

El plan A, B y C

La idea de West tiene mucho recorrido. No es solo traspasar a Blake y hacerse con Tobias para luego traspasar a Tobias y empezar una reconstrucción de jóvenes y rondas. No. Quiere estrellas en Los 'Angeles y las quiere en Inglewood. Lejos de LeBron y de los focos de Hollywood, pero sin marcharse de California.

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Sin duda los Clippers son uno de los ganadores del cierre de traspasos. De hecho, de ponerles valoración, no dudaría en ponerles un A+. Tres traspasos involucrando a 11 jugadores y otros tres cortados.

Han traído cuatro rondas desde Philadelphia (dos primeras y dos segundas), dos jóvenes interesantes como Landry Shamet e Ivica Zubac y se han quitado los dos millones de contrato garantizado de Avery Bradley.

Sin más traspasos de por medio, que seguro alguno harán, los Clippers tendrán 55,19 millones de espacio en verano, a falta de ver qué ocurre con Zubac (restringido). Esos 55 millones suponen un contrato por el máximo y unos 20 millones más para otros movimientos.

El plan A pasa por ir a por dos estrellas. ¿Cómo pueden hacerlo? Con el contrato de Danilo Gallinari. El italiano es ahora el mejor jugador del equipo y vive la mejor temporada de su carrera (19 puntos y 6 rebotes por noche en 31 minutos). Gallinari termina contrato en 2020 y cobra más de 22,5 kilos para el próximo curso que podrían utilizarse como moneda de cambio en un hipotético sign-and-trade por uno de los dos grandes objetivos de Jerry West: Kawhi Leonard.

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Porque no solo ha conseguido a Shamet y cuatro rondas por Tobias Harris, también aumenta la competencia de unos Raptors que afrontan la renovación de Kawhi. Si Toronto cae pronto en Playoffs es casi seguro que Leonard se marchará y los Clippers llevan meses apareciendo como destino más que razonable.

Si los Raptors ven que Kawhi se marcha y continúan sin espacio salarial para refuerzos, mejor traerse al italiano que quedarse de manos vacías. Sino, los Clippers buscarán un equipo donde enviar a Gallo –no parece complicado de cara a verano- y aumentar el espacio salarial a casi 80 millones de dólares. Es decir, dos contratos por el máximo.

Ahora mismo solo los Knicks tienen ya sus hojas de salario listas para tener dos contratos por el máximo disponibles en la Agencia Libre. Preparados para asaltar a Kyrie Irving y Kevin Durant, Jerry West quiere hacer lo mismo con KD. Y aquí les gana en experiencia.

Durant y West mantuvieron una conversación por teléfono pocos días antes de que el alero anunciase su decisión en el verano de 2016. Jerry fue clave con sus palabras para terminar de convencerle y unirse a los Warriors.

Si el plan A de Jerry West falla –fichar en el mercado a dos estrellas- ejecutará el B: el traspaso. Si consigue hacerse con una pieza importante, los Clippers tienen activos suficientes como para atacar en un traspaso. Véase Anthony Davis, que casualmente les situó en su lista de equipos donde renovaría a largo plazo.

El equipo pobre de LA puede ofrecer un pack con un veterano útil (Lou Williams), jóvenes prometedores y listos para la NBA en buenos contratos (SGA, Shamet, Robinson y Harrell) y varias primeras rondas valiosas, como la de Miami de 2021.

E incluso fallando estos dos planes, West tiene otro. Los Clippers no tienen prisa. Si las estrellas les dan portazo y los traspasos se resisten, tienen jóvenes sobre los que construir y espacio con el que firmar jugadores interesantes a corto plazo.

Abonarse al tanking no es algo propio de Jerry West, aunque podrían así conservar sus propias elecciones. La de este año se la quedarán si se quedan fuera de Playoffs, sino irá a Boston (protegida 1-14) y lo mismo pasa en 2020. Si se quedan fuera de la postemporada en dos años consecutivos, lo que sería muy normal este año (8º y en declive), la primera ronda a Boston pasaría a ser una segunda en 2020.

Los Knicks tienen un solo plan. Jerry West en los Clippers tiene tres y ninguna prisa.

Los Clippers tienen una oportunidad de oro

Es irónico que justo cuando LeBron James está en los Lakers, uno de los mejores de siempre, los Clippers tengan una de las mejores oportunidades de su historia de montar algo grande. Siendo claros, tampoco han tenido ni muchas ni muy buenas.

La organización es excelente y atraen en la NBA. Están convencidos de ofrecer un paquete completo y satisfactorio para las grandes estrellas. La ciudad de Los 'Angeles es el primer reclamo, donde cerca de tres cuartas partes de los jugadores de la liga pasan sus veranos entrenando.

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Además del encanto y el clima de la ciudad, ofrecer un equipo en Los Angeles sin la sombra de LeBron puede suponer un punto importante. Se habla mucho esta temporada sobre la influencia del camp de LeBron y seguro que más de una estrella prefiere ser referencia en los Clippers a un secundario por detrás de James en los Lakers.

Tampoco debemos pasar por alto un valor importante en esto de los agentes libres: el propietario. Las estrellas no quieren trabajar con necios. Quieren a los mejores y Steve Ballmer es considerado uno de los mejores propietarios de la NBA. Ah, además del que más dinero tiene (38 mil millones de dólares) en las cuatro grandes ligas norteamericanas. Ballmer está dispuesto a meter mucho dinero y eso atrae. Y puede meter más que ningún otro.

Un equipo con jóvenes como Shamet, Zubac (robo espectacular en el deadline, por cierto), Gilgeous-Alexander, Robinson o Harrell, veteranos útiles como Lou Williams y tantas rondas de futuro es un escenario deportivo ideal para atraer a los grandes nombres. Si a esto le sumamos un propietario respetado y dispuesto a invertir los billetes necesarios (ya preparan un nuevo pabellón e instalaciones en Inglewood) y una ciudad como Los Ángeles, ¿falta algo camarero?

Puestos a pedir, demandemos una organización de primer nivel, una que sin duda los Clippers son ahora. Además de Ballmer y Jerry West, Doc Rivers es el entrenador (campeón en Boston) y cuentan con Lawrence Frank o Michael Winger entre sus ejecutivos. De lo mejorcito de la NBA.

Jerry West y Steve Ballmer, propietario de los Clippers

Kawhi, Butler, Davis y Porzingis escribieron el nombre de Los Angeles Clippers a la hora de pedir el traspaso a sus antiguas –salvo AD- franquicias como futurible destino. Los Clippers atraen, algo que jamás había pasado.

El corto plazo muestra que deben o no decidir si pelean por los Playoffs, aunque posiblemente se queden cortos. Lo cierto es que les da igual. Si entran ganarán muchísimo en cuanto a imagen por meterse con un equipo de jóvenes y veteranos sin estrellas, más todavía si se quedan fuera los Lakers (ojito a un escenario en que LeBron se queda sin Playoffs y el vecino pobre entra en su lugar). Si se quedan fuera mantendrán su pick del Draft, que puede valer más que llegar a primera ronda y caer rápidamente frente a Golden State o Denver.

La última aventura de Jerry West es enorme. Pese a los éxitos de su carrera como jugador y ejecutivo, busca una última resaca de gloria. Hacer sombra con los históricamente malditos Clippers a los Lakers de LeBron.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

 

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