NBA Draft 2019: Cinco datos de Darius Garland, el pick N°5 elegido por Cleveland Cavaliers

Pese a múltiples intentos por negociar la quinta selección del Draft, finalmente Cleveland Cavaliers seleccionó con la quinta posición a Darius Garland, uno de los mayores enigmas del Draft. Sin embargo, los Cavs apostaron por él como un nuevo elemento para una franquicia que necesita superar la etapa de LeBron James. A continuación, cinco datos sobre Garland. 

With the 5th pick of the @NBADraft, the @cavs select @dariusgarland22!#NBADraft 2019 presented by State Farm pic.twitter.com/7rbhByUmZ6

— NBA (@NBA) June 21, 2019

Cinco partidos 

La cantidad de encuentros que disputó durante la última temporada. Garland sufrió una lesión de meniscos en su rodilla izquierda que lo obligó a someterse a una cirugía. Si bien la muestra es pequeña, en ese lapso se mostró como un gran tirador: encestó 11 de sus 23 triples. La comparación, inevitable por su capacidad para manejar la pelota y su rango de tiro, parece desmedida pero es justa: Stephen Curry y Damian Lillard son dos espejos que reflejan la imagen que proyecta Garland. De no ser por su lesión, probablemente se hubiera generado más expectativa en torno a su nombre. En cinco partidos promedió 16.2 puntos, 3.8 rebotes, 2.6 asistencias, 53.7% de dos, 47.8% de tres puntos y 75% de la línea de libres en 27.8 minutos. No son pocos los que consideran que puede ser el mejor base de la camada. 

Un prospecto desde la cuna

Durante su etapa en Brentwood Academy, lideró a su equipo a cuatro títulos consecutivos en la Tennessee Division durante el instituto. En aquella etapa promedió 27.6 puntos, 5 rebotes, 4.3 asistencias y 1.7 robos por partido con una efectividad del 59.7%. Se convirtió en un jugador amado en su colegio a tal punto que designaron el 9 de marzo como el Día de Darius Garland en honor al reconocimiento que recibió al ser elegido como integrante del McDonald's All-American. Garland terminó su etapa en high school como uno de los mejores 15 prospectos de Estados Unidos. 

 

 

 

 

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NOT 1🏆, NOT 2🏆, NOT 3🏆, BUT 4🏆 STATE CHAMPIONSHIPS! Thank you God🙏🏽 . Now on to the next chapter on the West End⚓️⬇️

Una publicación compartida de Darius Garland (@darius_garland) el 10 Mar, 2018 a las 12:36 PST

De padre a hijo

Winston Garland, su padre, jugó al baloncesto universitario en el Southeastern Community College y en Missouri State University antes de ser elegido con el pick 40 del Draft 1987 por Milwaukee Bucks. Winston fue profesional durante ocho temporadas, siete en la NBA: vistió las camisetas de Golden State Warriors (1987-1990), Los Angeles Clippers (90-91), Denver Nuggets (91-92), Houston Rockets (92-93) y Minnesota Timberwolves (94-95). Winston promedió 9.4 puntos y 4.7 asistencias durante su carrera NBA. 

"Tuvo un gran impacto en mí. Me puso una pelota en las manos desde que salí de la panza de mi madre. Nuestra relación es realmente buena. Siempre me está dando consejos cuando juego, diciéndome algunas pequeñas cosas en las que tengo que trabajar cuando vemos videos juntos. Pero siempre ha sido un gran apoyo para mí. Siempre está ahí para mí y lo amo por eso", había dicho Garland en la previa. Winston acompañó a su hijo durante el Draft. 

Una amenaza

Garland tiene una variedad insondable de recursos ofensivos para castigar a las defensas rivales. Es prácticamente indescifrable porque puede lanzar desde prácticamente cualquier parte. Es capaz de generarse sus propias oportunidades desde el bote, punto en el que es letal, y tiene un manejo de la pelota que le permite superar a cualquier estructura defensiva. Es un maestro en el pick-and-roll, tanto para generarse espacios para lanzar como para encontrar resquicios para atacar al aro. También se mueve con soltura sin pelota y es imparable en situaciones de catch-and-shoot. Garland es un arsenal ofensivo en sí mismo. Para colmo, complementa su talento con su visión y su inteligencia para encontrar a su compañero mejor ubicado. 

Su déficit

El punto más flojo en Garland es en su defensa. Tiene problemas con los bases más rápidos y especialmente en los emparejamientos, dado que no destaca por su capacidad atlética y encuentra dificultades en defender otras posiciones. Obviamente, podrá pulirlo en la NBA, pero a priori es la mayor duda en torno a su juego más allá de la inevitable sombra que se posará durante sus primeros años en la liga después de la lesión sufrida en su año universitario. La realidad es que, amén de ello, es un jugador que podría ser el base titular de un equipo NBA durante la próxima década.