NBA Draft 2019: ¿Quién es Bol Bol? El hijo del Gigante Manute que jugará en Denver Nuggets

Author Photo
Bol Bol

Interminables brazos, un cuerpo de otra era y muchas incógnitas. Miami Heat ha elegido con la 44ª selección al sudanés Bol Bol, el hijo del ex-NBA Manute Bol, uno de los jugadores más espectaculares y que marcaron una época en la liga. El hijo de la leyenda fue automáticamente transferido a Denver Nuggets. Sus 2,18 metros de altura contrastan con sus 2,34 metros de envergadura que hacen de él un perfil contemporáneo de lo que se espera de un pívot en 2019: móvil, rápido y con rango.

Bol es un prospecto inusual, no existen precedentes de semejante repertorio técnico en un cuerpo similar. El jugador de origen africano no ha podido brillar y demostrar todo lo que de él se esperaba en esta temporada universitaria debido a las lesiones, sin duda el factor que le ha hecho descender al pick 44 del Draft. Unas lesiones que le dejaron participar en tan solo 9 encuentros con Oregon donde promedió 21 puntos, 9 rebotes y 2 tapones, que apenas sirven para contextualizar qué tipo de jugador tenemos enfrente.

El desarrollo del talento en la NBA, y más con perfiles de este estilo, es decisivo en sus carreras. Bol tiene en su mano convertirse en un jugador que cambie la NBA, sobre el papel lo parece y solamente su físico le pondrá los límites a un jugador que mira por encima del hombro a la mayoría de los jugadores de la liga. Bol es un proyecto de jugador más que un jugador a día de hoy y todo son incógnitas al respecto del pívot.

Tras los pasos de su padre

Bol

En 2010 la leyenda de los Bullets, Manute Bol, dejó este mundo y a su hijo Bol de apenas 10 años. Todo ello después de haber sobrevivido junto a su familia al escarnio político y social que vivió y vive Sudán y que forzó a la familia Bol al exilio.

Al contrario que su padre, Bol no pasó desapercibido para nadie. Su herencia familiar le precedía y pronto todos los expertos le rankearon con 5 estrellas dentro del High School. Con 15 años comenzó a recibir ofertas de grandes universidades como Oklahoma o Kansas y su desarrollo siguió su camino, lento pero constante, creciendo y aprendiendo los fundamentos básicos del juego.

Bol no olvida la figura de su padre, el gigante de edad desconocida como reza la leyenda. “Juego al baloncesto porque me hace feliz, cuando estoy en la cancha siento como si él estuviese conmigo”, aseguraba Bol Bol que nunca dejará de lado la figura de su progenitor Manute.

Un físico privilegiado

#Bol

El largo trecho que existe entre una mano y otra hacen de Bol Bol un jugador singular como ninguno. Todo ello no le impide poseer una coordinación fuera de lo común para alguien que mueve menos de 100 kilos. Esa envergadura es lo que convierte al pívot en alguien que por descontado va a condicionar ataques noche sí, noche también. Su sola presencia en la zona impone respeto y limita la capacidad de acción de los equipos que intentan sacar partido de la pintura.

Como es de esperar, a campo abierto Bol es una máquina de anotar, especialmente en llegada y sin el balón, encontrando el timing correcto para recibir en trailer o transición. La agilidad de la que goza la efectúa con cierta inteligencia aunque la clave a día de hoy es que Bol es un diamante en bruto.

Autor/es
Sergio Rabinal Photo

Sergio es productor senior de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.