Zion Williamson ha sido el foco de la expectativa del Draft desde el día en que su video de highlights de la etapa colegial llegó a Instagram. Y desde el constante foco que genera el baloncesto de Duke, todo lo que hizo apunta a Zion como uno jugador generacional.
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Ya sea por su capacidad atlética o los éxamenes que supera ante la vista de algunos de la vieja escuela, cada movimiento que Williamson da en la cancha rompe los cálculos y las percepciones de lo que un hombre podría y no podría hacer con una pelota de básquet.
El rápido ritmo atlético que exhibe moviéndose de lado a lado, y su explosión imposible de igualar cuando vuela por encima del aro son cuestiones que alguien de 2 metros de altura y 127 kilos de peso no debería ser capaz de hacer, pero él desafía la lógica consiguiendo constantemente esas jugadas que dejan la boca abierta.
Si un equipo está buscando alguien que cambia la cara de su ofensiva, Zion podría cargar con el peso de la anotación, creando un mismatch con cualquier defensor que el rival le quiere poner adelante. Si un equipo necesita alguien que cambie la defensa, Williamson puede lograrlo también, con sus rápidos pies emparejados junto a su fortaleza y capacidad para los tapones. Cuando Williamson pise una cancha de la NBA por primera vez, inmediatamente se convertirá en uno de los más grandes atletas de la historia, y podría cambiar el rumbo de cualquier franquicia a la que llegue.
- Posición proyectada en el Draft: 1
- Rol NBA proyectado: Iniciador primario de las ofensivas.
- Comparación NBA: Blake Griffin.
Fortalezas
En una liga en la que ya tiene a algunos de los mejores atletas del mundo, Williamson aparecerá y se destacará como un monstruo.
Su capacidad atlética muestra lo mejor cuando quiebra a sus oponentes en el uno contra uno o penetrando hacia la pintura. Su mezcla de puro poder y velocidad lo hacían imposible de detener cuando atacaba después del pique en la universidad. Y si bien la calidad de sus defensores subirá en la NBA, tampoco hay muchos que puedan defenderlo en campo abierto.
Si se lo llega a contener en su camino al canasto, tiene un movimiento de pies fantástico y respuestas y reacciones como un base para frenar, cambiar la dirección y salir hacia el espacio libre, lo que le permite anotar en una penetración directa o con movimientos en el poste medio. Sus grandes hombros le permiten protegerse de los defensores y cuidar la pelota. E incluso contra los mejores protectores de aro que ha enfrentado, ha sido capaz de finalizar en contacto, algo que podría trasladarse en el nivel NBA.
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La dinámica capacidad para finalizar cerca del aro de Williamson siempre será lo primero que la gente querrá hablar, pero su habilidad más infravalorada es su visión. Después de recibir a varios defensores, siempre parece dar el pase correcto, por lo que puede quebrar la doble marca y dejar sin respuestas a sus openentes. Siendo una pesadilla en transición, su capacidad para asistir a compañeros abiertos para bandejas o para descargar hacia los tiradores es lo que lo hace multidimensional en cuanto a un armador ofensivo.
Como defensor, puede defender en el perímetro y cambiar el juego con su habilidad para romper un esquema ofensivo. Si se piensa que su enorme tamaño lo puede hacer más lento, es realmente tan liviano con sus pies como un bailarín, y cuenta con gran flexibilidad en su cadera, que le permite moverse de lado a lado y negar penetraciones. Zion también juega con un preciso sentido del timing, que le da anticipación suprema cuando juega en la línea de pase o tapando lanzamientos, cuestiones que lo hacen un defensor de elite desde el lado débil.
Debilidades
Si bien tuvo un porcentaje de acierto de 33,8% en triples en Duke, es difícil creer que será un tirador confiable en la NBA, a menos que haga una considerable modificación en su mecánica de lanzamiento.
Ahora mismo, su lanzamiento tiene un punto de salida torpe, que viene desde el lado de su cara y en su trayectoria es notoriamente plano. Si bien pudo meter la pelota en el aro con una línea de triple más corta en el nivel universitario, ese toque no se proyecta a la línea de la NBA, y deberá trabajar en expandir su rango.
Más allá de creer que su capacidad para penetrar y finalizar será su mejor atributo en la NBA, podría mejorar la coordinación en sus bandejas con su otra mano para convertirse en menos predecible cuando un taponador lo encuentra en el aro. En el lado defensivo del balón, es un apostador que siempre busca los robos, algo que resultó en la universidad pero que necesitará imponerse el hábito de frenarse más seguido ante ofensivas más disciplinadas en la NBA.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.