Seguimos repasando los perfiles de los mejores proyectos para el NBA Draft 2021 y en este caso le llega el turno a uno de los grandes comodines de esta clase: Jalen Johnson, quien por diferentes motivos aparece en lugares muy dispares en las proyecciones, con algunos especialistas considerándolo un pick Top 8 y otros sacándolo de las primeras 20 selecciones.
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Con Johnson hablamos de un 3-4 de 2,06 metros de estatura y 19 años, que apenas jugó 13 partidos en la NCAA, antes de abandonar la Universidad de Duke (algo que también había hecho con la IMG Academy en su último año de secundaria). En esos juegos pasó 21,4 minutos en cancha y promedió 11,2 puntos, 6,1 rebotes y 2,2 asistencias. Claro que la muestra muy pequeña, más su decisión de irse del equipo en plena competencia, es algo que seguramente recibirá atención de parte de los conjuntos NBA a la hora de su evaluación.
Fuera de eso, hablamos de un verdadero talento, con todo para ser considerado un pick de Lotería o incluso Top 10. Para empezar, combina gran altura para el rol de combo-forward y a eso le suma buena capacidad atlética, la cual demuestra sobre todo en su habilidad para correr la cancha.
El nivel técnico de Johnson también es destacado en diferentes aspectos. Uno de los principales pasa por su buen manejo y generación desde el drible. Todavía no es un jugador creativo en términos de pick and roll, pero sabe aprovechar su ventaja de velocidad y atacar espacios, ya sea frente a algún mismatch en la media-cancha...
... o empujando la bola en transición. Peligroso y resolutivo con el balón en las manos, aún sin proyectarse como una primera opción ofensiva.
La muestra es pequeña, pero esa capacidad de explotar mismatches también la aprovechó con buenos resultados jugando posteado. Está lejos de ser un especialista, pero si queda frente a algún perimetral, podrá dañar en esas acciones.
Una de las principales virtudes de Johnson es su visión y capacidad de pase. Tuvo una media de 4,2 asistencias por cada 40 minutos, un número excelente para un jugador de su posición. Es creativo con sus pases, ve sin problemas por encima de la defensa gracias a su altura y realiza pases extras con frecuencia. Desprendido a la hora de involucrar a sus compañeros. Aunque eso sí: tiene que bajar sus pérdidas (4,7 por 40 minutos) y ser más cuidadoso con la bola. Algo que debería llegar en su proceso de maduración.
Una de las grandes dudas con respecto a Johnson pasa por su tiro externo. Anotó 8 de 18 triples en Duke, pero hay varios motivos para desconfiar de ese 44,4%. Primero, la muestra muy pequeña y la poca frecuencia de intentos por partido. Segundo, su mecánica de tiro no es buena. Y tercero, tuvo bajos porcentajes en tiros libres (63%) y en dobles a media distancia (33%). De todas maneras, debería transformarse en al menos un tirador decente a pie firme.
Igualmente, la falta de tiro desde el drible le quita potencial y lo vuelve algo previsible como anotador en el uno contra uno. La mayoría de los mejores anotadores perimetrales de la NBA son amenaza para levantarse con el tiro en movimiento y eso es algo que por ahora Johnson no se ha mostrado capaz de hacer. Al punto que no anotó ni un solo triple desde el drible en la NCAA.
Otro tema a mejorar: no es el definidor más fuerte o seguro. Puede terminar con volcadas gracias a sus condiciones naturales, pero cuando no lo hace, no siempre fue eficaz en Duke. Parece faltarle una pizca de agresividad y predisposición al contacto.
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Si bien Johnson tiene interrogantes en ataque, es en defensa donde hoy pasan las mayores dudas con él. Condiciones no le faltan, combinando altura y capacidad atlética ideal, algo que utiliza para tener su impacto en diferentes áreas: tuvo excelentes números en rebotes (11,4 por 40), robos (2,2 por 40) y tapas (2,3 por 40) en sus 13 partidos NCAA. Esa habilidad de playmaker defensivo le da potencial en este campo.
Sin embargo, fuera de esas jugadas sobre la bola, Johnson tiene mucho por mejorar. Especialmente en términos de concentración: fue frecuente verlo perder a su marca y descocentrarse en este costado, siendo susceptible a cortes a sus espaldas. No luce como el defensor más inteligente o dedicado, ni tampoco es un jugador especialmente físico. En este sentido, podemos comparar a Johnson con por ejemplo Rudy Gay, quien tuvo números muy similares en la NCAA, pero jamás fue un buen defensor NBA debido a estos problemas de enfoque y fundamentos.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.