No es cierto que por segundo año consecutivo no hubiera españoles en el reciente All-Star de Charlotte. Aunque técnicamente no pisara el parqué, Jordi Fernández (Badalona, 1982) fue también protagonista en el Partido de las Estrellas. Escoltando a Mike Malone como entrenador del Team LeBron, este técnico asistente de los Nuggets continúa quemando etapas y progresando notablemente con su carrera en Estados Unidos.
Primero como entrenador de desarrollo de jugadores en los Cavaliers y después fogueándose en el filial de la G-League de la franquicia de Cleveland, vive ya su tercera campaña en Denver. Mientras su jefe, Malone, atendía al resto de la prensa en el Bojangles’ Coliseum, Jordi atendió a NBA.com para hablar, entre otras cuestiones, del gran momento de los de Colorado y la situación en el equipo de Juancho Hernangómez. Todo hace indicar que este verano volverá a trabajar con el seleccionador Scariolo en el Mundial de China. No le pierdan la pista. Quizá en unos años sea el head coach de una franquicia de la NBA.
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Pasan los meses, las semanas y siguen disputando a los Warriors el liderato del Oeste. ¿Qué ha cambiado en los Nuggets?
Es una cuestión de experiencia. Somos un equipo joven que en los dos últimos años se ha quedado a las puertas de los playoffs. Esa experiencia es la que nos hace ahora competir a un nivel más alto. En estos primeros 60 partidos hemos jugado a un buen nivel. El habernos quedado a las puertas de la postemporada en la prórroga del último partido del año pasado ayuda a entenderlo. Y claro, también está la mejora de los jugadores.
Son varios los que, en diferentes fases, han dado un paso al frente este curso. Especialmente Nikola Jokic. Un pívot poco convencional.
De hecho, es nuestro base en la posición de pívot. Cuando era pequeño empezó a jugar de uno. Es muy bonito tener a un jugador atípico, que juega distinto y hace mejores a sus a sus compañeros. Normalmente las superestrellas necesitan asumir muchos tiros, pero él nos da los da puntos cuando los necesitamos. También rebotea y, evidentemente, pasa a un alto nivel. Eso es lo que le hace tan especial para nosotros.
Vayamos con Juancho Hernangómez. Empezó jugando mucho, pero en las últimas semanas ha ido perdiendo cada vez más peso en la rotación (tres partidos en blanco y un total de 47 minutos en los últimos nueve compromisos).
Las oportunidades se presentan en distintos momentos. Cuando la tuvo, Juancho la aprovechó muy bien. Ha demostrado que puede ser titular y aportar. Es un jugador de rol excepcional. Un gran compañero y trabajador. Luego padeció unos problemas físicos que también han sido parte del aprendizaje para él. Mentalmente, en esta Liga, jugar con dolor o molestias no es fácil. Pero es otra parte de su crecimiento. Estamos encantados con él. Siempre lo digo, va a jugar en la NBA durante muchos años.
Como alguien cercano a él también lejos del baloncesto, ¿cómo se ayuda a gestionar esta nueva situación? De ser titular y jugar muy bien en un equipo que era líder del Oeste a, de repente, contar con apenas minutos.
Yo tengo una buena relación con él, pero realmente mi trabajo no deja de ser el de entrenador. Esto, lo único que va a conseguir es hacerle crecer y mejorar. Aunque suene a tópico, si logras superar una adversidad al final serás mejor y más fuerte. Y cuando te surja una nueva, serás capaz de manejarla mucho mejor. Pese al hecho de haber jugado y ahora atravesar algún problema y hacerlo menos, lo importante para él es que cuando está en el partido está dando apoyos a sus compañeros y pensando en ganarlo juegue o no juegue. Y cuando se le pide que salga, él está preparado. Eso es lo primero y siempre lo ha demostrado. Es un gran profesional.
Ya no sólo Scariolo, Messina, Raúl López o usted como asistentes, sino que el serbio Igor Kokoskov es ya entrenador jefe de una franquicia NBA. Para un técnico de fuera, ¿se ve más cerca el sueño, se tiene en mente llegar a dirigir algún día un equipo de la mejor Liga del mundo?
Ahora mismo mi sueño es estar en los playoffs. Mi realidad es el presente y nunca he pensado en un futuro muy lejano. Evidentemente, me gusta mucho lo que hago. Poder ser primer entrenador sería un reto y me haría mucha ilusión. Pero la realidad es que ser uno de los principales asistentes en un equipo joven y un equipo con tanta proyección es lo que realmente me llena ahora mismo. En esta Liga, ser reconocido y que con los años la gente valore tu trabajo se consigue con mucho trabajo. Por eso estoy contento de estar donde estoy.
¿Le veremos este año en el Mundial?
Yo estoy dispuesto a ello. La experiencia que viví en el Eurobasket fue de lo mejor que he hecho. Trabajar con Sergio (Scariolo), la Federación y ese grupo de jugadores fue algo magnífico. Aunque mi presente esté aquí en la NBA, poder salir momentáneamente con la selección me hace crecer mucho. Si tengo la oportunidad voy a aprovecharla, eso seguro.
