La noche NBA: Luka Doncic fuerza la prórroga con un triple imposible, pero los Mavericks caen en Portland

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Porland Trail Blazers 121 - Dallas Mavericks 118

Estadísticas | Resumen

"¿Cómo lo hizo? ¿Cómo lo hizo? Esto es la magia de Luka". El narrador del partido de los Mavericks en la FOX se volvió literalmente loco. No era para menos. Acababa de presenciar la jugada, el tiro, más increíble de Luka Doncic hasta el momento en su ya de por sí impresionante presentación en la NBA.

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Esquinado en el flanco derecho del ataque de sus Mavericks, recibió el balón desde la línea de fondo de Jalen Brunson. Quedaban 6 décimas para la conclusión. Era recibir y tirar. El balón le llegó al esloveno, quien encimado por Maurice Harkless (hasta se acabó yendo al suelo), consumó un lanzamiento que heló al Moda Center. Una parábola perfecta que nos dejó boquiabiertos. A pesar de la derrota final de Dallas (la sexta consecutiva) y de su mala noche en el lanzamiento (7/21 en tiros), Doncic volvió a ingeniárselas para ser el gran protagonista de la noche en la NBA. Un talento especial. Un jugador único que cada día que pasa nos hace disfrutar más.

23 puntos (18ª vez que llega a la veintena), 11 rebotes (marca con la que iguala su tope personal) y 6 asistencias por tan sólo una pérdida. Y, cómo no, el triple con el que nos sentaremos esta noche a cenar tras ver una y mil veces a lo largo de este 24 de diciembre.

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Dallas, el peor equipo NBA a domicilio

Las ganas de reencontrarse con la victoria pesaron más que la dolorosa derrota en el Oracle de hace 24 horas antes. Así que con un Doncic inciso que supo encontrar bien a DeAndre Jordan, Dallas dominó los primeros compases. Un dominio que no fue a mayores porque en los Blazers juega un diablo de nombre Damian y de apellido Lillard que acabaría con 33 puntos y 7 asistencias.

Tras unos minutos de alternancia, un parcial de 20-7 para concluir el segundo acto permitió a los locales irse al descanso con una renta de 10 puntos (62-52). Una ventaja que supieron administrar durante el tercer periodo. Parecía que también tenían la situación controlada, pero los de Carlisle (sostenidos por un buen Harrison Barnes durante la segunda mitad) no se rindieron. Apretaron en defensa y fueron limando la diferencia hasta recuperar la delantera. Del 100-92 al 100-102.

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Otra canasta de Doncic, a quien le encanta la presión y asumir galones a sus 19 años, volvió a situar a los texanos arriba (103-104). Aunque McCollum y Lillard voltearon el electrónico una vez más. El propio Lillard, tras una jugada en la que el balón pareció haber cobrado vida propia, fue el encargado de parar a Brunson en falta. Evitaba el posible triple del empate enviando al rookie a la línea. Erró el primero, pero la puja tras el fallo en el segundo acabó con la pelota saliendo por línea de fondo. Quedaban 6 décimas. Escaso tiempo, pero no para Luka Doncic. DeAndre Jordan alucinaba y resumía con su expresión la de todos los aficionados al baloncesto.

Un lanzamiento sideral que servirá para tapar la derrota, sexta consecutiva, en el tiempo extra de unos Mavericks que son ya el peor equipo del curso a domicilio. El equipo ha competido en esta exigente gira de cuatro partidos por el Oeste (Nuggets, Clippers, Warriors y Blazers), pero les ha faltado un empujón para sacar con victoria alguna de estas citas. Quizá se lo dé un Dirk Nowitzki (hoy descansó) cuando logre recuperar el tono físico. Son suposiciones. No lo es recordar que este equipo ha rendido en los dos primeros meses por encima de sus posibilidades. Quizá por ello sea algo más duro asumir una racha tan negativa como esto. Aunque ver a Luka Doncic ayude esconder todas las heridas. Qué espectáculo de jugador al que, a buen seguro, sí veremos actuar en la jornada de Navidad de 2019. Ha nacido una estrella.

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