Golden State Warriors: el último peldaño hacia la eternidad

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Hacer historia. Tan fácil como resulta describirlo, es de complejo conseguirlo. Porque sí, Golden State Warriors, tras cambiar la forma de entender el baloncesto contemporáneo, alcanzar la marca histórica de victorias en liga regular y conseguir tres de los últimos cuatro títulos, sólo tiene en mente un objetivo: ganar el three-peat, ser reconocida su dinastía moderna y cerrar el debate que le corone como el mejor equipo de la historia.

Tan impactante como llegaron a ser los Celtics de Bill Russell, tan espectacular como los Lakers de Magic Johnson y tan dominadora como los Bulls de Michael Jordan, esta generación de Warriors se ha configurado como un equipo de leyenda cuyo punto de partida se sitúa en la elección en el draft de Stephen Curry, su líder y rostro más reconocible. Desde entonces los éxitos se han sucedido en una concatenación de temporadas donde han impregnado al baloncesto con su particular identidad. “Están siendo unos años fantásticos donde nadie pensaba que pudiéramos llegar tan lejos. Poco a poco fuimos construyendo un equipo de grandes chicos y cuando llegó Kevin Durant dimos un salto cualitativo. Tengo grandes jugadores y me siento afortunado de poder contar con todos ellos”, confiesa el técnico Steve Kerr.

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Bien a través de elecciones del draft como Draymond Green o Klay Thompson, o mediante fichajes mediáticos como los de Kevin Durant y DeMarcus Cousins (lesionado en la primera ronda ante los Clippers), los Warriors han ido apuntalando un proyecto que no sólo es la envidia del resto de franquicias (muchos ya les reconocen como el equipo más odiado de Estados Unidos), sino un modelo de proyecto que ha transformado la forma de jugar al baloncesto. “Creo que en parte la hemos cambiado y ahora algunos equipos tratan de observarnos y vencernos jugando con nuestro estilo: con plantillas profundas, mucho lanzamiento de tres y con un alto ritmo de juego”, señala Klay Thompson.

Draymond Green: "Hemos cambiado el baloncesto"

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Más precavido se muestra el técnico Steve Kerr para el que “todos los equipos ganadores, en cierta manera, cambian la forma en la que se juega al baloncesto. Es cierto que nosotros empezamos a correr más y a lanzar más triples, pero también hay muchos equipos que han ido lanzando cada vez más tiros de tres puntos. No ha sido una cuestión única de nuestro equipo”. El contrapunto lo pone el siempre histriónico Draymond Green quien no duda en apuntarse la autoría del cambio de paradigma baloncestístico y pone de ejemplo la influencia que tiene Stephen Curry en el baloncesto global. “Definitivamente hemos cambiado el baloncesto, eso es seguro. A veces veo partidos de instituto y observo como los chicos intentan hacer las cosas que hace Steph Curry… es realmente de locos, pero sí, creo que hemos cambiado la forma en la que se juega”.

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Con el small ball por bandera y el triple como arma ofensiva hegemónica, hoy Golden State Warriors es un equipo maduro, donde todos se conocen y entienden su rol después de mantener su bloque central durante este tiempo. “Si uno observa las cosas que ha conseguido este equipo, los éxitos obtenidos… todo es muy especial. Es difícil de explicar en palabras, pero todos nos sentimos afortunados de estar jugando al nivel en el que lo hemos hecho en los últimos cinco años”, señala Draymond Green. “Mantener este nivel de juego durante los años que llevamos haciéndolo y pensar en un año más, es en sí un reto”, asegura Curry.

Síntomas de agotamiento

DeMarcus Cousins suffered a torn quad in Game 2 against the Clippers.

En la actualidad, y pese a ofrecer algunos síntomas de agotamiento y posible desmembramiento (fue famosa la discusión entre Draymond Green y Kevin Durant), sigue siendo el favorito número uno al anillo y eso le situaría en una situación histórica pues ningún equipo gana tres títulos consecutivos desde que lo consiguiera Los Angeles Lakers entre 2000 y 2002. Para los Warriors sería el cuarto título en cinco años (el sexto en toda su historia) y definitivamente quedaría instalado como el mejor equipo del siglo XXI, por encima de la influencia que ha tenido en el baloncesto moderno o incluso superando la relevancia que tuvo el récord de victorias en temporada regular (73-9) que obtuvieron en la 2015-16. “Fue grande conseguirlo, pero no logramos el campeonato que es lo único que importa”, recuerda Green.

Desde el principio de temporada el objetivo siempre ha estado en la mente de todos y fue Curry el primero en hablar de ello sin ruborizarse. "Ganar un campeonato tres años seguidos es una gran oportunidad para nosotros de la que no debemos tener miedo de hablar y de perseguir", declaró en una entrevista a Nick Friedell de la ESPN. Tras Los Angeles Lakers (sumó tres títulos en Minneapolis entre 1952 y 1954 y los tres de inicio de siglo), Boston Celtics (ganó ocho títulos seguidos entre 1959 y 1966), y Chicago Bulls (logró dos tripletes entre 1991 y 1993, y 1996 y 1998), Golden State Warriors sería la cuarta franquicia en conseguir tres campeonatos consecutivos. “Sería legendario. Conseguir tres títulos es algo que pocos equipos han conseguido y lograrlo sería algo legendario”, afirma Klay Thompson.

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En el corto plazo la competición manda, pero a medio y largo plazo ¿cuál es el futuro de este equipo de leyenda? Este verano se abren varios frentes en la dirección deportivo, los rumores hablan de la salida de Durant y se duda de la continuidad de Thompson y DeMarcus Cousins. Sin embargo, pase lo que pase este verano, el técnico de los Warriors tiene claro que el ciclo de los Warriors no está cerrado. “No todo está hecho, esperamos, no sólo esta temporada sino en las futuras, seguir consiguiendo más éxitos para que el legado sea mayor”. Y es que por encima marcas y estilos de juego, en el vestuario de los californianos tienen claro que la historia sólo recuerda a los ganadores. Queremos ser recordados como unos ganadores. Queremos ganar todo lo que podamos porque eso es al final lo que cuenta en el legado de un equipo”, sentencia Draymond Green.

Las victorias se alimentan de victorias y realmente cuando el presente sea historia y se vea con la perspectiva del tiempo lo conseguido por este equipo, se valorará la hazaña alcanzada. De momento, “cada día es un desafío para nosotros”, nos recuerda Klay Thompson.

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