NBA Playoffs 2019: Harden destruye la defensa de los Jazz en una noche de MVP

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Utah Jazz 90 - 122 Houston Rockets

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Mike D'Antoni ha tenido siempre sobre él una nube negra que desprendía un mar de críticas sobre que sus equipos no defendían, que sólo sabían tirar triples. Un reduccionismo que en algunos momentos pareció tener algo de sentido, pero que conforme ha ido asentando su proyecto en los Rockets esa narrativa ha quedado completamente descontextualizada. Los Rockets tienen una defensa de élite y así lo han demostrado ante unos Jazz que no han estado altura del reto y que no han podido llegar siquiera a los 100 puntos.

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El hombre de la noche ha sido James Harden que con 29 puntos, 8 rebotes y 10 asistencias ha demostrado que es un hombre de grandes citas con un control excepcional y destruyendo todo planteamiento defensivo que le han echado encima los Jazz. No ha necesitado 60 puntos para dominar como en otras ocasiones, sino que ha podido leer con calma y tesón cómo los defensores le hacían frente y que desde él el balón circulase hasta encontrar el lanzamiento liberado.

Buena prueba de ello es que todos los jugadores, a excepción de Shumpert que solo ha jugado 6 minutos, han acabado en dobles figuras en anotación, con el especial caso de Eric Gordon (17 puntos) y Clint Capela (16 puntos, 12 rebotes) que han descargado a Harden de la necesidad de una actuación desmesurada.

Mientras en el caso de los Jazz estos echaron de menos a un Mitchell más anotador, acabando este con 19 puntos (38% en TC) y sin la sensación de un dominio como el del pasado año. El mejor de Utah sería Rudy Gobert gracias a sus 22 puntos y 12 rebotes en gran parte provenientes del fenomenal partido de Ricky Rubio con 15 puntos y 6 asistencias.

Las claves

  • Los Jazz plantearon una zona mixta en el comienzo del partido que empezó dando resultado con un 8-4 de inicio.
  • Los triples de los Rockets y su mortífera transición dieron al traste con la zona, haciendo sufrir a los Jazz en el balance defensivo.
  • Harden no tuvo problema en afrontar la defensa del bloqueo directo de los Jazz que le incitaba a penetrar, encontrando a compañeros liberados y lanzando floaters de forma muy efectiva.
  • Los Rockets evitaron continuar en exceso en el bloqueo directo con continuaciones hacia el triple, lo que favoreció que acabasen con 15 triples.
  • Mala noche en ataque para Utah que se quedó en un 39% en TC gracias a que Houston consiguió sacar de la zona a Gobert y redujo el impacto de Mitchell.

El mejor ataque es una buena defensa

Después del susto inicial de la zona, los Rockets se recompusieron recordando su ADN y gracias a un ritmo alto, transiciones abiertas y lanzamiento exterior recuperaron el mando del partido. Eso obligó a que Utah volviese al plan inicial de conducir a Harden hacia la zona donde le esperaría Gobert para tratar de frenarle.

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Harden y los Rockets anticiparon sus movimientos y en lugar de jugar el bloqueo con un interior pasaron a jugarlo con pequeños como Rivers, Paul o Gordon, lo que obligaba a los Jazz a estar atentos a demasiados frentes como para dejar las esquinas vacías desde donde Houston no perdonó.

Los Jazz mostraron carencias ofensivas, no ya solo por la gran defensa de los Rockets, sino por la incapacidad de crear juego y mover el balón. Si bien los Jazz han dado muestras desde enero de ser un equipo muy sólido en este sentido, en la noche de hoy estuvieron muy lejos de lo que son.

Houston trató de sacar a Gobert de la zona en ataque para limitar su incidencia y potenciar que los Jazz jugasen sobre el bote y no el pase, individualizando cada acción y haciendo que los Jazz colapsasen. Utah cayó en la trampa de los Rockets que negaba el pase y promovía la penetración, acabando con el clásico juego de Snyder del extra-pass que tan bien les había funcionado en regular season.

Progresivamente Houston fue minando más y más a Utah al mismo tiempo que seguían ampliando una ventaja que por momentos fue gigantesca. Después de mejorar en el tercer cuarto con un inicio de 10-3 que sorprendió a los Rockets, estos ajustaron y volvieron a ser el equipo que demostraron en la primera mitad.

Aquello que les funcionase a Utah en el tercer tiempo, esto es una negación del bloqueo directo y el mano a mano (push), se convirtió en su tumba en el último asalto, donde Chris Paul no encontró rival a la hora de repartir juego liderando un parcial que dio al traste con las opciones de remontada visitante.

Autor/es
Sergio Rabinal Photo

Sergio es productor senior de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.