La historia de los Playoffs está plagada de momentos en los que un equipo se reconstruye después de caer a lo más bajo, momentos en los que se dan hitos cuando nadie más los esperaba. Una serie de Playoffs constituye un universo en sí mismo y las dinámicas cambian de un partido a otro. Después de caer en los dos primeros enfrentamientos, los Toronto Raptors consiguieron reponerse y ganar dos los dos siguientes para dejar la eliminatoria contra Milwaukee Bucks empatada.
Tan solo 5 equipos han conseguido remontar unas Finales de Conferencia después de perder los primeros dos encuentros de esa serie para conseguir el último billete para luchar por el anillo. Una de esas ocasiones tuvo como protagonista al hispano-congoleño Serge Ibaka cuando todavía formaba parte de los Oklahoma City Thunder. Hasta que los Cleveland Cavaliers remontasen el pasado año contra los Celtics todavía ostentaban el honor de haber sido el último equipo en realizar la gesta, algo que en aquel 2012 parecía impensable, pero que ese mítico conjunto supo realizar para encumbrarse a lo más alto.
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Con Kevin Durant, James Harden, Russell Westbrook y el propio Ibaka, los Thunder caían ante los San Antonio Spurs en la que eran sus segundas Finales de Conferencia consecutivas. Dos partidos en los que chocaron de bruces contra la realidad competitiva de unos Spurs llamados a ser la antítesis de LeBron James y el Big Three de los Heat. -3 y -11 puntos fueron las diferencias en los dos primeros choques en el AT&T Center de San Antonio, nada hacía presagiar una remontada, no tras la explosión del banquillo de los Spurs que vio renacer una vez más a los incombustibles veteranos, liderados por Tony Parker que parecían poner rumbo a otras Finales.
Dos días después, un 31 de mayo de 2012, ya en Oklahoma, los Thunder apeaban de la cancha a sus rivales por una diferencia de 20 puntos, dejando a los Spurs en tan solo 82 puntos. Todo salió a pedir de boca para los de Brooks que encontraron en Kendrick Perkins, Thabo Sefolosha y el propio Ibaka el clavo al que aferrarse para cambiar el destino.
Ibaka en aquel 2012 se había hecho un hueco en el quinteto titular de los Thunder como el protector del aro por excelencia. Su capacidad para aparecer desde cualquier lugar para taponar le convirtió en el factor X para cambiar el rumbo de la serie. Su promedio de 2.6 tapones por partido vinieron acompañados de un paso adelante en momentos concretos.
Un cuarto partido para la historia
Con 2-1 en la eliminatoria favorable a los Spurs, los Thunder afrontaban el último encuentro en su casa. Tradicionalmente el Game 4 es aquel que define toda la serie, ese partido que marca el 3-1 o el 2-2 y que puede dar al traste con cualquier opción de remontada.
Una ocasión en la que después de dos partidos discretos en ataque, los Thunder por fin encontraron a Serge Ibaka en ataque. 26 puntos en un partido que se decidió en los últimos instantes cayendo del lado de OKC significa incluso a día de hoy su récord personal de anotación.
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La noche fue perfecta para Serge, no fueron solo esos 26 puntos, sino que lo realizó sin fallar un solo tiro de campo (11 de 11) a los que añadió 5 rebotes y 3 tapones. Un hecho que tan solo cuatro jugadores más en la historia de los Playoffs se ha conseguido: Nene Hilario (2017), Larry McNeill (1975), Scott Wedman (1985) y Don Nelson (1974).
Ibaka buscará volver a definir las series con su juego colectivo y su impacto defensivo como ya hizo en el Game 4 contra los Bucks el pasado martes con sus 17 puntos y 13 rebotes que ayudaron a Toronto a dejar la serie 2 a 2. Todo por decidir y una cita con la historia.