Si miramos las posiciones de la Conferencia Oeste y buscamos a San Antonio, hay que ir hacia abajo. Muy hacia abajo. Una situación extraña, pero que parte de una realidad que los texanos no pueden esquivar. Porque la 2018-2019 tiene a los Spurs lejos de los primeros planos y con un claro riesgo de no clasificarse a los playoffs, lo que no ocurre desde 1997.
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La derrota en la noche del martes por 105-139 en Utah no hizo más que potenciar el presente negativo de los hombres de Gregg Popovich, quienes tienen el segundo peor récord de la Conferencia, con una marca de 11-13 tras perder tres de los últimos cuatro encuentros. ¿Qué pasa con los Spurs?
Sin rastro de la defensa
La dinastía de los Spurs en los 2000 se construyó en gran parte desde su defensa, un sello que caracterizó a los equipos de Popovich. Sin embargo, lo que se está viendo en la 2018-2019 es realmente preocupante en ese apartado. Veamos...
- San Antonio tiene el segundo peor rating defensivo de la NBA: permite 113,3 puntos cada 100 posesiones.
- Es el peor equipo en cuanto a porcentaje de campo permitido a los rivales: 48,6%.
- Es el 24° que más puntos permitidos: 113,4 por encuentro.
El nivel defensivo de los Spurs trajo como consecuencia algunos datos que ilustran por completo la situación.
- Sus últimas tres derrotas fueron todas por más de 30 puntos de diferencia. Es el quinto equipo en la historia en caer por esa diferencia en tres partidos durante una semana, el primero desde Portland en la 2005-2006 (vía Elias Sports).
- En esta temporada, los Spurs han sufrido los tres mayores registros anotadores de un rival desde la primera campaña completa de Popovich (1997-1998): 142 tantos de los Lakers (22/10), 140 de New Orleans (19/11) y los 139 de Utah en la noche del martes.
- También en esta temporada y contando desde la primera de Popovich, se vieron tres de las nueve peores derrotas del equipo: por 39 contra Minnesota (la tercera peor), por 34 contra Utah (7°) y por 31 frente a Houston (9°).
- Desde la campaña 1989-1990 hasta la 2017-2018, los Spurs permitieron 135 o más puntos en sólo 4 de sus 2.330 partidos de fase regular. En 24 partidos de esta temporada ya superaron ese registro: cinco encuentros permitiendo arriba de los 135.
Si miramos hacia atrás, San Antonio estuvo siempre entre los mejores en cuanto a rating defensivo. De hecho, no bajó del 4° lugar a lo largo de las últimas seis temporadas: 4° en a 2017-2018, 1° en la 2016-2017, 1° en la 2015-2016, 3° en la 2014-2015, 4° en la 2013-2014 y 3° en la 2012-2013.
Perder a Kawhi Leonard y Danny Green, dos especialistas en la materia, ayuda a explicar esta tendencia. Sin embargo, la situación es más profunda y reconocida por todos en la plantilla. "La defensa necesita repeticiones, formación de hábitos. Y eso se da en los entrenamientos. Lamentablemente, no podemos practicar mucho", dijo Pop tras la caída con el Jazz. Mejorar en este aspecto es, sin duda, determinante para conseguir la recuperación, sobre todo pensando que no sobran las luces ofensivas.
Un estilo que se va apagando
Hace unos días, Gregg Popovich dejó en claro sus principios y señaló que el triple es algo que viene odiando desde hace 20 años. Más allá de la segura exageración, está claro que el juego de los Spurs no se apoya en una herramienta cada día más utilizada y cada vez más importante para tener éxito en la Liga. Veamos...
- San Antonio es el segundo equipo que menos usa el triple en sus ataques: apenas el 27,1%, sólo por detrás del 26,7% de Cleveland.
- Además, es el tercer equipo que menos anota desde el perímetro: sólo 9,4 triples por juego.
Otra declaración de principios de los Spurs es su ritmo de juego: tiene el sexto más bajo de toda la NBA (99,2 posesiones). Y, de esa forma, lejos están de explotar los puntos al contraataque y en transición (son los que menos suman, apenas 8,2 por duelo).
Que los dos jugadores más importantes de San Antonio sean especialistas en el juego de media distancia (DeRozan y Aldridge) dice mucho del ataque de los Spurs. En una NBA que camina en la dirección opuesta, los Spurs tratan de aguantar con sus armas del pasado. ¿Les alcanzará?
Una plantilla limitada
La realidad es clara: San Antonio tiene, quizás, el roster más limitado de talento en muchísimo tiempo. Y la sequía que generaron las marchas de Leonard, Green, Parker y Manu Ginóbili (retirado) duele cada día más.
Está claro que DeRozan llegó y se adaptó de gran forma, incluso dando un salto en su juego en relación a lo que fue en Toronto. Pero, de ahí para abajo, no hay mucho. Aldridge bajó bastante su producción en relación al año pasado, y después de él no hay una vía fiable de anotación. Rudy Gay tiene destellos hasta que los problemas físicos golpean, Pau Gasol ya no está para hacer de primera espada (e incluso estará un tiempo de bajo por una lesión), Mills y Belinelli son complementos pero no soluciones... Y el resto (los Forbes, Bertans, Cunningham, Pondexter, etc.) son más que nada jugadores de rol y no hombres para confiar responsabilidades importantes en un equipo con aspiraciones.
Al mismo tiempo hay algo claro: el pilar donde los Spurs iban a construir su temporada (y su futuro), Dejounte Murray, se rompió los ligamentos de una rodilla en la pretemporada y todo cambió.
"Pop dará con la tecla", es un pensamiento común. Sí, la capacidad del legendario entrenador es incuestionable, pero tampoco puede hacer magia, y la realidad a veces choca.
¿Hay salida?
Apostar en contra de los Spurs es complicado, pero la competitividad del Oeste y lo demostrado por el equipo en este primer cuarto de la temporada nos llevan a pensar que la situación es preocupante. Quizás, lo único positivo es que, con todo este mar de problemas, están a dos partidos de distancia de la zona de playoffs.
Los Spurs acumulan 21 temporadas consecutivas con récord positivo (la racha más larga de la historia) y 21 apariciones consecutivas en la postemporada (la más larga en activo, y la segunda en la historia). ¿Llegará el fin de una era?
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