Los Jazz no aprovecharon la oportunidad en la madrugada de este pasado lunes al martes de situarse por primera vez desde el 12 de noviembre (7-6) con un récord en positivo. Pero lo peor de la derrota sufrida en Milwaukee ante los Bucks no fue el resultado adverso, sino la lesión de Ricky Rubio. El base tuvo que retirarse en el primer cuarto tras un encontronazo con Eric Bledsoe.
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— Utah Jazz PR (@UtahJazzPR) 9 de enero de 2019
Después de someterse el martes a una resonancia magnética, Utah ha anunciado que Ricky padece una pequeña distensión en los isquiotibiales en la pierna derecha. Dentro de una semana volverá ser evaluado, pero según Shams Charania (The Athletic) se espera que el base esté unas dos semanas de baja. Una lesión similar, pero en la otra pierna, que le hizo perderse la segunda ronda de los playoffs 2018 con los Thunder.
Sources with @Tjonesonthenba: Utah's Ricky Rubio and Thabo Sefolosha both had clean MRI results today on injured hamstrings -- with Rubio expected to miss approximately two weeks and Sefolosha out 10-12 days.
— Shams Charania (@ShamsCharania) 8 de enero de 2019
Como mínimo, el de El Masnou se perderá los partidos ante los Magic, Lakers, Bulls y Pistons en casa. Y podría causar baja también ante los Clippers (en LA), Cavs y Blazers. Todo un contratiempo que se suma a los problemas físicos de Dante Exum, el suizo Sefolosha, Grayson Allen y Tony Bradley. Esta noche, Raulzinho Neto será el único base natural que Quin Snyder tenga a sus órdenes, lo que hará que Donovan Mitchell y Joe Ingles tengan aún más el balón en sus manos. "Vamos a tener qué ver dónde estamos. Creemos en Raul y Donovan ha jugado ya de base en algún momento. Más que centrarnos en este específico problema, creo que el equipo tiene que trabajar aún más junto de lo que habitualmente lo hacemos", valoró el técnico, tal y como recoge The Athletic.
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Los problemas físicos se han cebado en los Jazz en los puestos exteriores justo en el ecuador de la campaña. La franquicia de Salt Lake City presenta 20-21, récord que mejora al 17-24 de la pasada campaña a estas alturas. Una marca que mejoró hasta el 48-34 tras una excelente segunda mitad de curso. Dado ese excelso rendimiento en los meses finales (playoffs incluidos), las expectativas se desataron en torno a un bloque muy compacto y solidario que hizo de la defensa su seña de identidad.
Optimismo con el calendario
A principio de octubre de 2018, buena parte de los pronósticos situaban a los pupilos de Snyder como uno de los fijos a disputar la postemporada en el Oeste. Un objetivo todavía al alcance (están a dos partidos de los Lakers, octavos), pero que se complica ante la exigencia de una Conferencia tan competitiva como impredecible. Para este segundo tramo de temporada, los Jazz tienen a su favor disputar 25 de los 41 partidos restantes en Salt Lake City. Después de un comienzo en casa cuesta arriba (2-6), han ganado 6 de sus últimas ocho citas ante su público. Y de las 15 visitas que aún deben rendir, hay varias asequibles (Wizards, Knicks, Hawks, Bulls y Suns).
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Un calendario asequible (el segundo más favorable para los 30 equipos, según Tankathon) que hace que en el seno de la franquicia sean optimistas. Aunque claro, para ello necesitan que Donovan Mitchell (con unos registros calcados a los de su curso rookie) aumente sus prestaciones y, claro está, que los problemas físicos no vayan a más.
En la comparativa con la pasada campaña, los Jazz se mantienen como uno de los mejores equipos defensivos de la NBA, si bien han pasado de ser líderes en ratio defensivo (102,9 puntos por cada 100 posesiones) a ocupar la quinta posición (105,4). Pero el principal foco de preocupación reside en una ofensiva que no ha progresado respecto a la 2017-18. Con 107,2 puntos por cada 100 posesiones, sólo hay nueve equipos que hoy en día presentan un peor ratio ofensivo. De ahí que desde la front office busquen mejorar en el mercado la fiabilidad de un tiro exterior (por eso la llegada de Kyle Korver desde Cleveland hace ya unas semanas). Puede que con un 34,5% de acierto en triples no les alcance.
Ha llegado el momento de comprobar si, como hicieron el pasado año, los Jazz son capaces de enamorarnos de nuevo. Aunque de momento no podrán contar para ello con su base titular, Ricky Rubio.
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