El baloncesto argentino tuvo una gran representación en la NBA en el momento de plenitud de la Generación Dorada. Sí, es cierto que Manu Ginóbili se lleva todas las miradas con una carrera de Salón de la Fama que incluye cuatro títulos, pero fueron varios del país los que llegaron a la liga. Luis Scola, Andrés Nocioni, Carlos Delfino y Fabricio Oberto son algunos de esos nombres que dejaron marca.
Pero claro, el paso del tiempo también permitió que la sangre nueva se hiciera lugar. Y Nicolás Laprovittola es uno de los que se dio el gusto de pisar una cancha en la NBA, con el agregado de hacerlo en San Antonio Spurs y con el propio Ginóbili como compañero, el combo ideal para todo argentino.
Lo del base, quien hasta allí había pasado por Lanús (Argentina), Flamengo (Brasil, donde hasta se coronó campeón intercontinental), Lietuvos Rytas (Lituania) y Estudiantes (España) fue un premio al trabajo y sacrificio tras hacer una apuesta de riesgo. Después de ser parte de la Selección Argentina en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, Nico aceptó un contrato parcialmente garantizado con la franquicia texana para realizar la pretemporada. Y su papel fue tan bueno que terminó convenciendo a Gregg Popovich y se ganó uno de los 15 lugares finales para la plantilla que comenzó la temporada 2016/2017.
En total, Laprovittola terminó jugando 18 partidos (tres como titular) antes de que los Spurs decidieran su salida. Suficientes para cumplir el sueño de aquel chico que, curiosamente, empezó a jugar al básquet después de mirar la famosa película Space Jam, donde Michael Jordan hizo de las suyas con Bugs Bunny y los Looney Tunes. El sueño que, seguramente, comparten muchos en estas tierras. "Siempre vi a la NBA como algo muy lejano, como si fuera otro mundo. Poder estar ahí y competir en ese nivel me permitió verlo desde cerca, pero para nosotros, los latinos, es un mundo que nos gusta y apasiona. Nos gusta ver a los jugadores que saltan, vuelcan la pelota. Parecen monstruos, y fue increíble compartir con jugadores que nos asombran en cada jugada", recuerda Nico en una charla exclusiva con NBA.com.
Desde lo personal, por supuesto, el balance es más que positivo para Laprovittola. "La NBA fue una experiencia inolvidable para mi. Era un momento en el que me sentía en plenitud y llegué a un equipo que necesitaba lo que podía darle. En el tiempo en que estuve, pude ayudar y hacer las cosas bien en base a lo que me pidieron", recuerda el armador, quien promedió 3,3 puntos (37% triples) y 1,6 asistencias en 9,7 minutos. ¿Sus máximas? 11 puntos y 5 asistencias (22 minutos) en un duelo ante Los Angeles Clippers.
Y claro, lo que cerró una estadía perfecta en la NBA fue el hecho de ser compañero de Ginóbili.
"Haber estado en San Antonio, con lo que es y hace Manu, fue increíble. Era jugar con el ídolo máximo de mi infancia, compartiendo el día a día, estando en el mismo vestuario. Es difícil de describir con palabras, pero es algo que estará siempre en mi cabeza y en mi historia", describe "Lapro".
El base de 28 años comenzó esta temporada brillando en el Joventut de la Liga ACB de España (fue elegido el MVP de la última jornada). Y si bien no está seguro si la NBA volverá a estar en su camino, el recuerdo es el mejor. "Fue una experiencia que no sé si me tocará repetir, pero pude vivirla y hacer todo al máximo. Es algo que pone al jugador en un lugar distinto. Estoy muy orgulloso por haber estado ahí", cerró Laprovittola, ese niño que soñó mirando Space Jam y completó su propia película.