Isaiah Thomas está lejos de poder volver a mostrar su versión más salvaje que conocimos en 2017 con los Boston Celtics. Su fichaje por los Denver Nuggets el verano pasado aseguraba una recuperación física total para poder poner en valor sus capacidades al 100%. Un proceso que se vio culminado el pasado 13 de febrero cuando volvía a las pistas después de haber estado inactivo desde el 22 de marzo de 2018.
En este corto lapso de tiempo entre los días previos al All-Star y la recta final de la temporada, Thomas ha ido contando con minutos residuales y de rotación. En un principio se pensó que formaba parte de un plan de reintegración en el equipo y adaptación al sistema, pero tras los comentarios de su entrenador Mike Malone la situación ha empeorado enormemente para el base.
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Malone comentó ante los medios una vez acabado el partido ante los Wolves que Thomas abandonaría la rotación diaria del equipo basándose en lo que el entrenador considera mejor para el grupo de cara al final del curso. Malone comentó que no ha sido una decisión fácil de tomar, pero que la rotación de los Nuggets volverá a ser la misma previa al regreso de IT.
Esto podría responder a varios puntos. En primer lugar y más evidente es el fantástico rendimiento que está teniendo Monte Morris como backup de Jamal Murray. Morris se ha convertido en uno de los jugadores más fiables del equipo y de la liga en general dentro de su rol secundario promediando 5.86 asistencias por pérdida cometida, en segundo lugar solo por detrás de Tyus Jones (mínimo 40 partidos) y tan solo el 4.8% de sus posesiones acaban en una pérdida, lo que le ensalza como un baluarte y un seguro con el balón en las manos.
En segundo lugar, el equipo no ha funcionado como se esperaba en los pocos minutos que ha tenido Thomas por partido. Con él en pista, los Nuggets han promediado un net rating de -5.4 a lo largo de 140 minutos, bajando en 19 puntos por 100 posesiones en la producción ofensiva, un alto precio a pagar por sus 8.6 puntos y 1.7 asistencias en 9 partidos.
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Tampoco nos engañemos, el riesgo que tomaron los Nuggets al firmale en verano fue mínimo. Eran conscientes de que no estaban ante el jugador de los Celtics debido a sus problemas de cadera, pero el contrato mínimo (2,029,463 millones) era riesgo a coste bajo por lo que no han comprometido ni su futuro salarial ni el desarrollo de sus jóvenes.
Thomas sigue siendo un anotador puro que necesita el balón para producir y que en esta pequeña muestra no ha conseguido acabar con la narrativa que le atormenta: la defensa. Veremos si Malone le vuelve a dar otra oportunidad de aquí a que la temporada termine.